sábado, 2 de septiembre de 2017

Autoametralladoras 2ª parte


Autoametralladora Charron modelo 1904


Bien, prosigamos con la entrada de ayer. El dedo, mejor, gracias. Los mejillones, fastuosos, gracias.

Como vimos ayer, los gabachos (Dios maldiga al enano corso) fueron pioneros en el diseño de este tipo de vehículos que, como se explicó, tuvieron su génesis en el modelo creado en 1902 por la Société Charron, Girardot et Voigt que, para abreviar, denominaremos en adelante como CGV. Este vehículo, que como se comentó fue presentado en el 5ème Salon de l'Automobile et du Cycle llamó la atención de los militares si bien el hecho de tener blindado solamente el habitáculo del tirador lo hacía inviable para un campo de batalla ya que la cifra de voluntarios para actuar como jefe del vehículo y conductor habrían sido simplemente nulas. Así pues, los ingenieros de la CGV volvieron a sus mesas de proyecto a darle forma a un diseño que contentase los requerimientos del ejército.

Vista lateral que nos permite apreciar el puesto de conducción del vehículo
y el asiento del jefe del mismo
Aquí entramos en una nebulosa histórica bastante intrigante ya que la autoría del modelo que se presentó posteriormente no está nada clara y, de hecho, según qué fuentes se consulten se atribuye a uno de los dos padres que se otorgan a la criatura. Uno sería simplemente el equipo de diseño de la CGV, pero parece ser que el que gestó este chisme fue alguien tan ajeno a la empresa y a Francia como un capitán (otros dicen que teniente) georgiano por nombre Mijáil Alexándrovich Nakaschidze el cual había servido en la guerra Ruso-Japonesa y de la que había sacado jugosas conclusiones al respecto, especialmente acerca de lo conveniente de disponer de vehículos de apoyo capaces de moverse rápidamente por la zona de combate y proporcionar a las tropas potencia de fuego inmediata. Sin embargo, la industria rusa de la época carecía de la tecnología necesaria para acometer un proyecto semejante, así que el gobierno del zar se puso en contacto con la CGV para que llevara a cabo la fabricación del vehículo en cuestión siguiendo el diseño del probo oficial del Ejército de Manchuria. Colijo pues que, en realidad, ambas teorías sobre la paternidad del vehículo pueden ser perfectamente válidas ya que la CGV aportaría el chasis y la planta motriz que los rusos no podían fabricar para colocar encima la carrocería y los elementos defensivos diseñados por Nakaschidze.

La foto muestra las ruedas de radios originales del vehículo comercial
empleado para la construcción de la autoametralladora. Junto a ella, la
rueda de llanta metálica que las sustituiría
El modelo en cuestión fue la primera autoametralladora enteramente blindada y su diseño ciertamente muy acertado hasta el extremo de que estuvo vigente durante décadas. Además, contaba con detalles francamente novedosos y mirando en todo momento tanto por la seguridad de la tripulación como del vehículo en sí. Según podemos observar en la foto de la derecha, el compartimento del motor estaba enteramente blindado y provisto de dos accesos laterales y dos delanteros, uno superior enteramente cerrado y otro inferior con una rejilla de lamas de hierro para permitir la entrada de aire al radiador situado justamente tras la misma. En dicha rejilla se encontraba, tal como vemos en la foto, la manivela de puesta en marcha del vehículo. Al contrario que su antecesor, este modelo disponía de un foco convencional que funcionaba por gas situado sobre el radiador más otro en el interior de la cabina y cuya posición podemos ver en el hueco circular en el centro de la misma. Este foco estaba diseñado para ofrecer poca visibilidad al enemigo estando en acción, y podía cubrirse con una tapa de protección cuando no se usaba.

El puesto de conducción, donde iban el conductor y el jefe del vehículo, era un habitáculo amplio que, en caso de necesidad, disponía de un parabrisas blindado que se abatía dejando totalmente cubierta la parte delantera de la cabina. Para facilitar la visión tenía dos pequeñas aspilleras romboidales que se abrían desde el interior. En los laterales delanteros y de la cámara trasera también se abrían amplias aberturas que podían ser cerradas de forma inmediata mediante sus correspondientes portillos, en este caso deslizantes. Como vemos en la foto, las ruedas traseras tenían sendos guardabarros blindados mientras que en las delanteras solo disponían de guardabarros normales que, posteriormente, fueron eliminados, seguramente para impedir la acumulación de barro. Un detalle que denota lo avanzado de su diseño es que las ruedas iban llenas de líquido de forma que, caso de ser perforadas por una bala, tardaban 10 minutos en vaciarse, permitiendo así salir echando leches en busca de una zona segura donde proceder al cambio de la misma con la rueda de repuesto que iba en la parte trasera del vehículo.

El CGV tenía cierta capacidad para operar por terrenos accidentados, y en prevención de tener que cruzar algún obstáculo menor como una zanja o el cauce de un pequeño arrollo estaba equipado con dos perfiles de acero en forma de U que se colocaban en los costados del vehículo. Llegado el momento bastaba soltarlos y ponerlos en el suelo, justo delante de las ruedas delanteras tal como vemos en la foto de la derecha. Salta a la vista que el capitán Nakaschidze reparó hasta en el último detalle para no ver el vehículo inmovilizado ante una simple cuneta un poco más profunda de lo habitual. Esta foto nos permite además ver el aspecto de la autoametralladora dispuesta para la acción, con el parabrisas y los portillos laterales cerrados. Se puede ver también el proyector de combate emplazado en la cabina de conducción, así como las llantas enteramente metálicas. Además, su capacidad de vadeo no era nada despreciable para la época ya que podía cruzar cauces de hasta 60 cm. de profundidad, lo que detendría incluso a un todoterreno moderno salvo que esté equipado con un tubo de escape elevado.

Esta foto nos permite ver con claridad la torreta en la que se alojaba una Hotchkiss de calibre 8 mm. Lebel similar a la que armaba el modelo 1902. En su interior había distribuidos unos arcos colocados en todo el perímetro de la torreta para facilitar el giro de la misma que, obviamente, era manual. Para proteger el cañón de la máquina tenía, según vemos en la imagen, un protector en forma de U colocado en la tronera. La máquina estaba servida por dos hombres: un tirador y un cargador. Recordemos que estas ametralladoras funcionaban mediante peines de 20 cartuchos que, aunque podían empalmarse, requerían la ayuda de un servidor para poder mantener fuego sostenido.

En cuanto a las prestaciones del vehículo, era en lo único que no estaba a la altura de su buen diseño ya que inicialmente estaba propulsado por un motor de 30 H.P. que, para un peso de 3 Tm. en orden de combate, iba muy ajustado de potencia. Posteriormente se aumentó con un motor de 35 H.P., alcanzando una velocidad en carretera de 45 Km/h. El motor de gasolina estaba alimentado por un depósito de 120 litros que le permitía alcanzar la nada despreciable autonomía de 600 Km. La lubricación del motor dependía de un depósito de 60 litros de aceite que, al igual que el de gasolina, estaba situado en el interior del vehículo. El blindaje consistía en chapa de acero de 6 mm. de espesor que podría detener cualquier proyectil de fusil o ametralladora de la época. La foto superior nos ofrece una vista del perfil de la torreta, con una acusada angulación en su parte delantera para desviar los proyectiles enemigos, así como la ubicación de la rueda de repuesto y el estibado de uno de los perfiles para cruzar obstáculos. Como podemos ver, la cámara de combate carecía de accesos directos, por lo que sus dos tripulantes debían entrar y salir del vehículo por la del jefe del mismo, que era la única de que disponía.


Obsérvese que, conforme a la costumbre de la época, aún llevaba el volante
en el lado derecho, una herencia de la aún vigente conducción de carruajes
tirados por caballos.
Como hemos podido ir viendo, el CGV era un diseño bastante avanzado para su época si bien, como hemos comentado, su planta motriz era muy mejorable. Por otro lado tenía un punto flaco un tanto comprometido y es que, en caso de que el motor se detuviera estando en acción, el conductor debía bajarse bajo el fuego enemigo para accionar la manivela y arrancarlo de nuevo. En alguna fuente consultada se comenta que ese problema se solucionó equipando al vehículo con un sistema de arranque interno, pero no he podido corroborarlo de modo que esa cuestión queda en el aire. Lo que sí está claro es que todas las fotos que hay de este chisme se ve perfectamente la manivela de arranque, así que en lo que a mí respecta cuestionaría lo del arranque interno.


Otra vista trasera, en este caso de un modelo desprovisto ya de los
guardabarros delanteros. Obsérvese el saliente en el lateral de la torreta,
destinado a facilitar la salida y extracción del peine de la ametralladora
Bien, con esto podemos dar por concluido lo referente al diseño de esta autoametralladora de la cual se fabricaron inicialmente dos ejemplares en 1904 con un precio de 80.000 francos por unidad. Uno fue enviado a Rusia en 1905 para llevar a cabo las pruebas pertinentes, llegando a tomar parte en las maniobras de verano de Krasnoie-Sélo de 1906 y, de paso, hacer una pequeña demostración al personal que, ya desde el año anterior, se estaban poniendo pesaditos con tanto demandar el ser tratados como seres humanos y rogando al padrecito Nikolai que los dejaran de considerar como ganado cuando sus amos vendían una propiedad incluyendo sus mujiks y hasta especificando el número de hembras preñadas como si de cabras se tratase. Probaron su letal eficacia en las revueltas que tuvieron lugar en 1905 ante el palacio de invierno del padrecito Nikolai en San Petersburgo, que en aquella época era la capital de Rusia, y tuvieron el excelso honor de ser los primeros civiles bonitamente masacrados por un arma de este tipo, buena prueba de que el zar se preocupaba por el progreso de su pueblo y de que fueran acribillados de una forma moderna y eficaz y no a tiros de revólver, que eso lo hacía cualquier policía de chichinabo. Los rusos se pusieron tan contentos con aquella virguería mecánica que hicieron un pedido inicial de 12 unidades (36 según otras fuentes) de las que las dos primeras fueron incautadas por las autoridades alemanas al pasar la frontera de dicho país. Los tedescos no dudaron ni un segundo en apropiarse de ellas por la cara, y se dedicaron a estudiarlas a fondo para sacarles todo el jugo al invento. El otro prototipo fue enviado al ejército francés para ser debidamente testado.

Vista en sección que nos permite ver el afuste de la ametralladora, que
disponía además de un mecanismo de bloqueo para hacer fuego contra
blancos estáticos
Sin embargo, los gabachos se lo tomaron con calma ya que lo llegaron a enviar a unas maniobras en Marruecos, que en aquel momento era el punto más calentito para el ejército francés debido a los irritantes rifeños que, como ya sabemos, no paraban de incordiar como moscas cojoneras tanto a nuestros desagradables vecinos como a nuestras tropas. En todo caso, no acabaron de decidirse y, entre una cosa y otra, estalló la guerra sin que aún se hubiese formalizado ningún tipo de contrato. Así pues, se limitaron a requisar una unidad de la partida de diez que sería enviada a Rusia, y lo enviaron al Cuerpo de Caballería Sordet al mando del general homónimo. Dicha unidad tuvo menos vida operativa que un monopatín en una carrera de Fórmula 1 ya que fue disuelta el 26 de agosto de 1914, nada más empezar la fiesta. La autoametralladora fue puesta al mando del sub-teniente Moineau, el cual entregó la cuchara como un verdadero héroe junto a toda su sección en septiembre de aquel año, aniquilados por los malvados tedescos y sus malvadas ametralladoras. Al final, el CGV fue enviado a retaguardia como vehículo de instrucción, sin que haya constancia de que se le diera otro uso. 

En fin, así fue como surgieron las autoametralladoras que, está de más decirlo, fueron rápidamente emuladas por los países en liza, especialmente británicos (Dios maldiga a Nelson) y alemanes (faltaría más). El desarrollo y evolución de este tipo de vehículos fue fulgurante debido a la guerra, y su empleo táctico como arma de apoyo para la infantería se puede decir que aún está vigente en los modernos blindados que, aunque estéticamente ya no se asemejan en nada, son los herederos directos de estos artefactos. 

Bueno, voy a cambiarme el jodido esparadrapo del dedo, que con tanto tecleo se me está despegando y duele de cojones.

Hale, he dicho

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Continuación de la entrada pinchando aquí

El primer vehículo blindado
El primer carro de combate


Otra vista trasera que nos muestra el compartimento de respetos, el sistema de fijación de las pasarelas y la rueda de repuesto


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