jueves, 2 de agosto de 2018

VEXILLUM LEGIONIS


Probos ciudadanos recreacionistas haciendo como que parten del campamento a darle estopa a los enemigos del
imperio. Junto al SIGNIFER marcha el VEXILLARIVS

Bajorrelieve del Arco de Marco Aurelio que presenta
la rendición de sus enemigos germanos. Junto al césar
se aprecian dos VEXILLARI de sus legiones
Bien, prosigamos con el tema de las enseñas legionarias, que aún queda camino por delante. Hoy, el VEXILLVM, un característico estandarte que, aunque más antiguo que la AQVILA, era el segundo más importante en una legión. Como dato curioso, su morfología perduró hasta nuestros días a lo largo del tiempo. En la Edad Media, en los gonfalones usados en Italia, durante los siglos XVIII y XIX en muchos estandartes del ejército prusiano y, ya en el siglo XX, como componente indispensable en la parafernalia nazi. E incluso hoy día los conservamos en los simpecados cofradieros que solemos ver en las procesiones de Semana Santa. Pero antes de entrar a fondo en el tema, veamos el origen del palabro. Según el visigodo Isidoro, que se molestó en legarnos unas enjundiosas etimologías de mogollón de términos latinos, VEXILLVM procede de VELVM, uséase, vela. Pero no la de cera, sino de barco. Según este eminente personaje, es una forma corrupta del diminutivo de VELUM, que sería VELXILLVM. VELVM tiene otras acepciones como toldo, manto, tela o cortina, siendo de esta última donde proviene visillo, o sea, una tela que, estando colgada oculta, es decir, VELARE, el interior de la casa. Recuerden esta chorradita para sorprender a la parienta cuando les de el coñazo para que cojan la escalera y le pidan que los descuelguen para echarlos a la lavadora porque la costra de nicotina adherida tiene ya un espesor tal que no deja ni pasar la luz. Bueno, coñas aparte, VEXILLVM sería como decir velita o cortinita. 

Probo ciudadano votando en unos comicios. Los romanos lo
votaban todo, y no como ahora, que votar es dar a un fulano
y sus palmeros patente de corso para hacer lo que les de
la gana, especialmente robar y colocar cuñados por la jeta
El VEXILLVM era pues un trozo de tela cuadrangular, generalmente de unos 50 cm. de lado, que pendía de una asta que, a su vez, sostenía la bandera mediante un travesaño horizontal. No se sabe cuándo se adoptó para uso militar, pero parece ser que se inspiraron en una enseña de origen etrusco o incluso celta, si bien la realidad es que aún no se sabe con exactitud su procedencia. La representación más antigua que se conoce de este estandarte es la que aparece en una urna datada en tiempos de Sila, donde aparece un sujeto portando un VEXILLVM. Este hombre representa a un APPARITOR, un funcionario público cuya misión era actuar de asistente a los magistrados. Pero, además, se sabe que era izado en el monte Juniculo mientras se celebraban las COMITIA CENTVRIATA, las asambleas del pueblo que formaban parte del intrincado sistema legislativo y político de la antigua república. Por lo tanto, parece ser que este estandarte era usado como distintivo de determinados personajes o eventos  civiles antes de ser adoptado por el ejército. 

En lo tocante a su uso militar, al igual que la AQVILA, su custodia era encomendada a la 1ª cohorte de cada legión y era depositado junto a los demás SIGNA en el SACELLVM, el santuario donde se custodiaban las enseñas de todas las unidades acantonadas en un CASTRVM. En las imágenes inferiores podemos ver una recreación de dicho recinto. A la izquierda tenemos su aspecto exterior, y a la derecha una vista del interior. En el pozo que se abre en el centro de la estancia se guardaban los dineros custodiados en el campamento para el salario de las tropas, adquisición de vituallas, mantenimiento, el wifi gratuito para el personal, etc. Una vez cubierto con su trampilla se colocaba sobre el mismo un pequeño altar con todos los dioses preferidos de la legión de turno.



Pero el VEXILLVM era además, según palabras de Virgilio, un estandarte de guerra en toda su extensión. Cabe suponer que tal afirmación se debía a que, cuando se declaraba el estado de alarma, se sacaba del SACELLVM y se plantaba delante del pabellón o la vivienda del legado que mandaba la legión a modo de llamada a las armas. Pero, por otro lado, ya en tiempos de César se denominaba como VEXILLATIO  a unidades segregadas de una legión que, por el motivo que fuese, eran enviadas a llevar a cabo determinados servicios fuera de su campamento. A estas unidades, cuyo número de efectivos no era fijo sino que se supeditaba a las necesidades de cada momento, se les daba ese nombre y recibían sus propios VEXILLI para ser identificados por propios y extraños. Del mismo modo, en caso de necesidad se recurría a VEXILLATIONES nutridas por veteranos que eran llamados de sus dulces retiros para ir a dar un poco de guerra.


Durante las marchas se colocaban a los lados de las AQVILÆ de las legiones que formaban el ejército, y una vez entrados en combate se situaban al frente de la 1ª cohorte que, como dijimos, estaba encargada de su custodia. Ya se explicó en la entrada anterior como evolucionaban las distintas enseñas durante la batalla, así que no lo vamos a repetir de nuevo. Solo añadir que, como vemos en la foto de la derecha, en caso de que la legión se viese abrumada por los enemigos, el VEXILLVM debía ser protegido a toda costa, colocándose en el interior de la formación. Para un soldado romano, las enseñas eran sagradas, y lo importante era "NEQVE AB SIGNIS DISCEDERE", o sea, no abandonar los estandartes. Solo matando a sus defensores podrían sus adversarios apoderarse de ellos. Como ya sabemos, los romanos eran terriblemente supersticiosos, y la perspectiva de perder sus emblemas en batalla era peor que si se les presentasen sin avisar en el campamento los 6.000 cuñados de cada efectivo de la legión. No obstante, el valor espiritual del VEXILLVM no alcanzaba al del AQVILA, por cuya posesión cualquier legionario era capaz de dejarse arrancar las tiras de pellejo.


En el caso que nos ocupa, no solo las unidades de infantería tenían su propio VEXILLVM, sino también las de caballería, tanto las TVRMÆ de cada legión como las ALÆ. Su morfología era básicamente la misma que la del VEXILLVM de infantería, de cuyos detalles daremos cuenta más adelante. Lo único que variaba de forma ostensible era, como es lógico, el tamaño del asta, más corta en este caso para ser manejada con más comodidad. En la imagen de la derecha podemos ver varios ejemplos procedentes de la columna de Antonino Pío. Tanto a la izquierda del bajorrelieve como en el extremo opuesto podemos ver como los VEXILARII se pasean a caballo con sus respectivas enseñas mientras que en el centro vemos a unos SIGNIFERI de infantería.


El estatus del VEXILLARIVS era similar al del AQVILIFER, o sea, eran equiparables a un suboficial de nuestros días. Jerárquicamente estaban por debajo del centurión y por encima del OPTIO. Así mismo, la elección para el cargo recaía por sistema en hombres de probada valía y arrojo ante el enemigo. En tiempos de paz sus quehaceres eran los mismos que los de sus demás colegas abanderados dedicándose a cuestiones de tipo administrativo, y su salario era el mismo: doble paga. Su indumentaria era la reglamentaria del ejército, pero, en este caso, con el añadido de la típica piel de oso o lobo que tanto se ha popularizado. Los VEXILLARII de la guardia pretoriana usaban pieles de león, que era un bicho de más categoría y para eso ellos eran los guardias de la persona del emperador. En las fotos de arriba podemos ver dos VEXILLARII, el de la izquierda de una legión normal y corriente cubierto con una piel de lobo, mientras que el de la derecha pertenece a la guardia pretoriana con su pellejo leonino. En su VEXILLVM vemos el bicho tótem de esta selecta unidad: el escorpión. Por lo demás, ambos llevan en su costado izquierdo una PARMVLA, la pequeña rodela que empleaban en lugar del pesado SCVTVM reglamentario.


En cuanto al aspecto del VEXILLVM, ya hemos comentado sus dimensiones aproximadas. El asta, de madera que podía estar forrada por una fina lámina de plata, estaba rematada bien por una moharra lanza, una pelta o, como aparecen en la escena V de la columna de Trajano, pequeñas imágenes de dioses. El color de la tela era rojo o púrpura para que resultase bien visible en la distancia, y en la misma se solía pintar el número de la legión y el nombre del emperador o bien algún animal zodiacal relacionado con la unidad. Por ejemplo, la LEGIO X, la favorita de César, llevaba pintado un toro, animal asociado con la diosa Venus, la GENITRIX o tronco familiar de la GENS IVLIA, es decir, de donde provenía el clan de los Julios. Eso son antepasados y lo demás son chorradas, ¿que no?.. La parte inferior se remataba con flecos de oro, y tanto las letras como el animal o figura que acompañaba al texto podían estar pintados, bordados o sobrepuestos con tela de otro color. También se podía dar el caso se estar profusamente bordado a base de motivos florales con hilo de oro para que resultase aún más vistoso. A la derecha tenemos un par de ejemplos. El de la izquierda está basado en un bajorrelieve del Arco de Constantino, y pertenece al período de Marco Aurelio. El VEXILLVM está formado por un trozo de tela cuadrangular o STOLA púrpura festoneada por arriba y los lados y rematada en su parte inferior por una hilera de flecos dorados. A ambos lados penden dos correas de cuero en cuyos extremos vemos dos piezas metálicas llamadas SIPHARA que podían tener forma de almendra, pelta o corazón. El ejemplar de la derecha corresponde a la tipología más básica que se puede ver en multitud de bajorrelieves y monedas de la época. Con todo, hay que tener en cuenta estos ejemplos, aún siendo los más habituales, no eran los únicos, y se tiene constancia de otros diseños en los que variaba el material de las SIPHARA, que podrían ser de tela, o de la distribución de los emblemas dentro de la STOLA.


Como colofón, un par de chorraditas más. Una de ellas es que solo se ha hallado un VEXILLVM de época que podemos ver en la foto de la derecha. La pieza, aparecida en Egipto y datada hacia el siglo III d.C., presenta una diosa con una corona de laurel en una mano y una palma de la victoria en la otra. Fue hallada a principios del siglo XX. El VEXILLVM, como pasó con las águilas, no desapareció con el advenimiento del cristianismo como religión oficial. Una vez que Constantino se hizo un "ferviente cristiano" se les añadió en la parte superior del asta el crismón, dejando así de lado su vertiente pagana. Acababan pues de nacer los lábaros, palabro que sale mucho en los crucigramas como "estandarte de los emperadores romanos", pero en realidad lo fueron a partir de Constantino y no como estandartes de emperadores, sino con el mismo uso que tenían desde hacía siglos. En cuanto al término lábaro, lo usó por primera vez hacia el 400 d.C. un poeta de origen hispano llamado Aurelio Clemente Prudencio (348-410), considerado como uno de los mejores autores de su tiempo. Sin embargo, no se sabe aún de dónde leches sacó el palabro, porque al día de hoy aún se desconoce su etimología. Y por último, comentar que la actual ciencia de la vexilología que estudia las banderas y demás enseñas similares tomó su nombre precisamente de estos estandartes.

Bueno, con lo dicho supongo que ya tenemos información sobrada para apabullar a cualquier cuñado, así que vale por hoy. Ya proseguiremos porque, como decía el eximio y añorado Daniel Rabinovich en su impagable monólogo, él te mató. Davía da... ¡pará!...más.

Hale, he dicho

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AQUILA LEGIONIS


Recreación según Angus McBride de la batalla de Teutoburgo, librada en el año 9 d.C. y que resultó una de las más aplastantes derrotas sufridas por las legiones romanas en toda su historia . La escena muestra a Marco Caelio, centurión de una VEXILLATIO de veteranos de la LEGIO XVIII cuyo VEXILLARIVS aparece con la jeta cubierta con una máscara típica de las unidades de caballería. Al parecer, fue una práctica común entre los VEXILLARII durante el siglo I d.C.

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