lunes, 20 de febrero de 2017

Curiosidades: el origen de la calavera de las SS


Timbalero de una división de caballería de las SS. En la cubierta del timbal se pueden apreciar las calaveras distintivas
del cuerpo alternadas con emblema del partido nazi


El SS-Sturmbahnführer Otto Skorzeny
luciendo la totenkopf en la gorra de plato
Si hay un símbolo que sea conocido por todo el mundo es indudablemente la totenkopf, la siniestra y sonriente calavera que fue el emblema de las tristemente célebres SS, las siglas de las schutzstaffeln (escuadras de protección) creadas a comienzos de 1925 como guardia de corps de Hitler una vez que el ex-cabo del ejército imperial empezó a hacerse famosete en las cervecerías muniquesas, donde acababan a palos, cuando no a tiros, con los socialistas y comunistas a los que aquel desaforado austriaco empezaba a preocuparles seriamente. Tal fue la fama adquirida por este símbolo que mucha gente no repara en que la calavera también era el emblema de otra serie de unidades, pero es un hecho que la totenkopf es asociada de forma sistemática con la no menos famosa organización paramilitar liderada durante casi toda su existencia por Heinrich Himmler, al que todo lo referente a la exaltación de los añejos valores patrios producía espasmos de placer, por lo que no dudó en asesorarse a base de bien para que su unidad de élite estuviera representada precisamente por una compleja simbología extraída del más profundo acervo y de las más arraigadas leyendas germánicas.

Contrariamente a lo que se suele pensar, la adopción de la calavera no tenía relación alguna con las siniestras connotaciones del cuerpo negro, ni tampoco se tomó para querer avisar a la gente que eran unos malos malosos con más peligro que un macaco histérico con un picahielos en la mano. La realidad es que la elección de este símbolo se debía, como ya hemos anticipado, al deseo de rodear el cuerpo de élite con todo lo relacionado con las leyendas, mitos y, por supuesto, unidades militares más prestigiosas del antiguo ejército prusiano. De hecho, el distintivo original empleado por las SS en sus orígenes no era la citada calavera, sino una vistosa águila como las que podemos ver en los gorros cuarteleros de los sujetos que aparecen en la foto de la derecha, datada hacia 1925. Quienes sí la adoptaron inicialmente fue una pequeña unidad creada en marzo de 1923 por orden expresa de Hitler a modo de guardia personal ya que en aquellos tiempos empezaba a cuestionarse la fidelidad de las SA, totalmente leales a su jefe, el capitán Ernst Röhm, de cuyo accidentado final ya hablamos en su momento. Esta unidad estaba formada inicialmente por apenas una docena de miembros cuya fidelidad a Hitler estaba por encima de cualquier comentario, jurándole lealtad solo a su persona. De hecho, se seleccionaron entre hombres que no tuvieran anteriormente ningún tipo de relación con las SA. Este grupo fue conocido inicialmente como stabswache, que podríamos traducir como barrera de protección. Su misión, como podemos imaginar, era escoltar al führer cuando los mítines acababan a hostias y era necesario sacarlo como fuera de la trifulca sin que le despeinaran su pulcro flequillo. Por cierto que los componentes de este embrión de lo que luego fue la organización paramilitar más poderosa de Alemania aún iban vestidos de paisano.

Húsar del 5º Regimiento. Obsérvese la gran calavera que
luce en su mirlitón
Pero dos meses después, Hitler ordenó formar una unidad de cien hombres basada en el grupúsculo inicial y denominada como stosstruppe, fuerza de choque, bajo el mando del capitán Julius Schreck y el teniente Josef Berchtold, dos antiguos oficiales del ejército imperial reciclados primero en jefes de los freikorps y luego metidos a simples camorristas. Esta pequeña unidad fue la primera que actuó como una auténtica guardia de corps ya que, en este caso, no se trataba de meros guardaespaldas a modo de disuasorios gorilas, sino de una unidad paramilitar bien organizada, jerarquizada y, lo más importante para crear un espíritu de cuerpo, uniformada. Para hacernos una idea de la gran importancia que tuvieron las stosstruppe como embrión de lo que luego serían las SS baste mencionar que dos de sus miembros fueron Rudolf Hess, luego lugarteniente del führer, y Josef Dietrich, que sería el comandante de la más selecta división de las SS, el Leibstandarte Adolf Hitler. Así pues, y ya que eran la guardia personal del futuro canciller de Alemania, qué menos que elegir como símbolo uno con gran raigambre en el ejército prusiano: la totenkopf, las cuales fueron adquiridas inicialmente en surplus del ejército imperial, procedentes de las usadas en las prendas de cabeza de los húsares.

El kronprinz Guillermo y el mariscal Von Mackesen vistiendo ambos el
uniforme de los Húsares de la Muerte
Para hallar el origen de este símbolo tenemos que remontarnos a 1740, cuando se usó una calavera para adornar el catafalco del rey Federico Guillermo I de Prusia. Esta calavera se presentaba, como era y es habitual en cuestiones funerarias, sin mandíbula inferior, terciada hacia su derecha y con dos tibias cruzadas, todo ello bordado en plata sobre terciopelo negro. En memoria suya, en 1741 se creó el 5º Rgto. de Húsares, llamados Húsares Negros o Húsares de la Muerte. Esta unidad se formó con escuadrones del 1er. Rgto. Preussisches Husaren y del 2º Rgto. Leib Husaren, dos unidades de élite de la caballería prusiana creadas en 1721 y 1730 respectivamente.  Está de más decir que la alusión a la muerte era debida a la vistosa calavera que lucían en sus mirlitones, copia fiel de las bordadas en el catafalco regio, y la referencia a la negrura era a causa del color del dolman que, por cierto, también sirvió de inspiración al uniforme negro de las SS. El emblema tuvo éxito ya que años más tarde, concretamente en 1809, la misma calavera fue usada como distintivo por el 3er. Batallón del Rgto. de Infantería nº 93 de Brunswick.

A partir de ahí, la calavera tuvo bastante predicamento. Durante la Gran Guerra, la totenkopf fue usada por unidades de stormtruppen, lanzallamas e incluso algún que otro aviador que, procedentes de unidades de caballería, le había tomado cariño a las puñeteras caninas. Además, mostrarla era como hacer saber a todo el mundo que uno provenía de un cuerpo de postín. Un ejemplo lo podemos ver a la izquierda, donde aparece el Albatros D. V del teniente Georg von Hantelmann, que antes de dedicarse a pilotar aviones había sido oficial del regimiento de Húsares de la Muerte y no dudó en mandar pintar la calavera en el fuselaje de los aparatos que pilotó.

Oprarios de la Deschler & Sohn en el taller
Una vez adoptada por las SS se encargó su producción a la firma Deschler & Sohn de Munich, especializados en la manufactura de quincallería militar como condecoraciones, botones, emblemas y demás parafernalia. En aquella época aún se empleaba la antigua calavera estilo prusiano sin mandíbula inferior. Sin embargo, en 1934 la flamante arma acorazada alemana, como legítimos herederos de la tradición militar de la caballería prusiana, adoptaron la totenkopf como emblema. Por ese motivo, el distintivo de las SS fue modificado añadiéndole la mandíbula inferior, mientras que el arma acorazada de la Wehrmacht se reservó para sí el privilegio de usar la totenkopf original, que para eso eran militares de verdad y no una unidad paramilitar creada por un partido político. 

En fin, esta es el curioso origen de la controvertida calavera que, como vemos, no fue ni ideada ni mucho menos usada en exclusiva por el temido y odiado cuerpo negro. No obstante, cierto es que si alguien le dio la fama mundial que aún conserva la totenkopf fueron los SS que la pasearon por casi toda Europa, convirtiendo un añejo emblema militar en el símbolo de la maldad absoluta.

Hora de cenar, así que AVE ATQVE VALE.

Hale, he dicho...

A la izquierda vemos la totenkopf prusiana original. A la derecha el modelo diseñado en 1934 para sustituir al anterior.











No hay comentarios: