Afortunadamente, para los que no nos gustan las películas de gladiadores (comandante Oveur dixit), también hay películas de gladiadoras. Así es, dilectos lectores, el hembrerío de la época también se batía en la arena como verdaderas gladiadoras y, al parecer, daban la misma guerra que los fornidos nubios, galos y germanos que causaban furor entre las matronas hasta el extremo de que muchas de ellas se entregaban a las más salvajes pasiones entre los robustos brazos de los más afamados luchadores. De hecho, y a modo de curiosidad preliminar, Annia Galeria Faustina, la mujer de Marco Aurelio, tenía más afición a encamarse con gladiadores que con su augusto marido y, como está mandado, las malas lenguas aseguraban que su hijo y futuro emperador Cómodo era en realidad el fruto de sus roces con la casta gladiatoria. De ahí, siempre según los maldicientes, la pasión del emperador por los juegos de gladiadores. Bueno, vamos al grano...
Hipotético combate entre gladiadoras según un grabado decimonónico |
Son varios los autores que dejaron constancia de la participación de mujeres en los LVDII GLADIATORII: Dion Casio, Marcial, Tácito, Suetonio, Estacio y Juvenal nos legaron algunos datos al respecto si bien, estando considerada la mujer en un estrato inferior al del hombre, no se prodigaron tanto a la hora de narrar sus hechos como ocurrió con los gladiadores. Sin embargo, la participación de GLADIATRICES en cualquier evento era anunciada a bombo y platillo como algo excepcional y que ponía de relieve la magnificencia del EDITOR de los juegos ya que se las consideraba, por así decirlo, como algo exótico y lujoso que daba un toque especial.
Mocita poniéndose cachas a base de mancuernas |
La referencia más antigua acerca de GLADIATRICES se remonta a principios del imperio, cuando en un SENATVS CONSVLTVM aprobado durante el consulado de Tito Estatilio y Mario Lepido se especificaba que ninguna mujer libre menor de 20 años podía emplearse como gladiadora, lo cual quedó corroborado en posteriores edictos en los años 11 y 19 d.C. Esto indica que esta costumbre dataría de, al menos, finales de la República o incluso antes. En todo caso, es evidente que las damiselas romanas no solo disfrutaban de lo lindo en los juegos, sino que incluso se presentaban en las SCHOLÆ GLADIATORIÆ para aprender de los DOCTORES las artimañas de la lucha o bien se entrenaban en los IVVENVM COLLEGIA en los que, junto con jóvenes del sexo opuesto, se adiestraban en el manejo de las armas y el pugilato, fortalecían sus cuerpos y adquirían una complexión atlética. Cabe suponer que, obviamente, el grueso de las GLADIATRICES tenían el mismo origen que los hombres, o sea, esclavas y prisioneras de guerra, pero no deja de sorprender que, al igual que tantos ciudadanos libres, muchas optaran por algo tan impropio del sexo femenino y más en una sociedad como la romana. ¿Por qué lo hacían? Las hipótesis son diversas e igualmente válidas: por mera afición, por ganar fama y dinero, por sentirse enteramente libres de la tutela del varón y hacer de su vida lo que les apeteciera e incluso para evitar matrimonios no deseados por ellas ya que, como era costumbre los padres eran los que decidían quién emparentaría con su nena con meros fines político-económicos cuando se trataba de familias de clase alta. Colijo pues que las broncas familiares entre padres e hijas serían monumentales por esta causa.
Mosaico que representa a dos VENATRICES haciendo frente a un felino. Algunos expertos afirman que se trata de un exvoto. En visible que cazaban con el pecho desnudo |
Pero la cosa fue a más con el paso del tiempo ya que un SENATVS CONSVLTVM posterior especificaba que "... para los hijos, hijas, nietos, nietas, bisnietos y bisnietas de un senador y para aquellos cuyo padre, abuelos o hermanos sean de rango ecuestre está prohibido firmar contratos para luchar contra animales, participar en combates de gladiadores o actividades similares, no pudiéndose contratar a estos hombres o mujeres aunque ellos mismos lo soliciten.". Eso no impidió que, según Dion Casio y Tácito, el vesánico Nerón, durante los juegos celebrados en el año 59 en honor a su extinta y venenosa madre Agripina la Menor, introdujera a mujeres de elevado rango social en las peleas del circo, llegando incluso a las pertenecientes al orden senatorial o ecuestre vetadas en el edicto anterior las cuales tuvieron que combatir como GLADIATRICES y como BESTIARII durante las VENATIONES. Así pues, queda claro que el sexo "débil" participaba tanto obligado como de buena gana en los eventos circenses de la época, y que el público disfrutaba a lo bestia entre otras cosas por la enorme carga erótica que contenía aquella mezcla de sexualidad, sangre y fiereza entre mujeres. Algo similar a las actuales peleas en barro o algo así, vaya.
Fotograma de la película de Cecil B. DeMille "El signo de la cruz" (1932) en el que precisamente se muestra un combate nocturno entre enanos y GLADIATRICES |
Las modalidades y formas de combatir de las GLADIATRICES eran las mismas que las de los hombres, combatiendo entre ellas o bien contra dos hombres a los que se les ataba una mano a la espalda por aquello de igualar la cosa. Con todo, muy bragadas debían ser para, a pesar de tener una mano inutilizada, enfrentarse a dos energúmenos acicateados además por la posibilidad de verse humillados al ser vencidos por una hembra. De hecho, la presencia mujeril llegó a ser no solo un motivo de expectación, sino que se las hacía participar incluso en las grandes ocasiones: según Suetonio. Estacio y Dion Casio, Domiciano tuvo la ocurrencia de presentar como cosa novedosa un combate nocturno entre GLADIATRICES y enanos que, al parecer, fue toda una sensación en el flamante Coliseo.
El emperador Tito Flavio Sabino Vespsiano |
También actuaban en las VENATIONES. Juvenal relataba como una VENATRIX de nombre Mevia salía a la arena con un venablo en la mano y el pecho desnudo, lo cual imagino que sería de gran agrado por parte del respetable, no así de la "respetabla" (Aído dixit), que se cabrearían en grado sumo con sus maromos si contemplaban con aire místico los encantos de la tal Mevia la cual, al parecer, estaba especializada en cazar fieros jabalíes de Etruria. Según Dion Casio, bajo el mandato de Tito se celebró una VENATIO monumental para celebrar la inauguración del Coliseo en la que se llegó a dar muerte nada menos que a 9.000 animales de todo tipo, participando en la misma tanto VENATRICES como BESTIARII. Vaya, que no se perdían una las buenas señoras.
Igualmente combatían como PROVOCATRICES, TRACIAS y ESSEDARIÆ, siendo de las primeras una de las pocas representaciones artísticas de GLADIATRICES que han llegado a nuestros días y que podemos ver en la foto de la izquierda. El bajorrelieve, datado en el siglo II d.C., muestra la MISSIO (el perdón) de dos luchadoras: Amazon y Achilia. Fue descubierto en Halicarnaso (actualmente Budrum, en Turquía) y se puede admirar en el Museo Británico. Por la actitud de ambas luchadoras, con la cabeza descubierta y en pie una frente a la otra, el combate que les valió el perdón acabó en tablas y, ciertamente, debió ser espectacular y extremadamente fiero para que el EDITOR de los juegos las liberase. En cuanto a las ESSEDARIÆ, Petronio menciona la actuación de varias de ellas durante unos juegos celebrados por un magistrado y en el que tomaron parte MVLIEREM ESSEDARIAM. Cabe señalar aquí una pequeña cuestión semántica ya que, en latín, el término MVLIERE se aplicaba a mujeres de poca calidad, reservando el de FÆMINA a matronas y demás mujeres de rango. Es pues evidente que, a pesar de todo, se seguía viendo este oficio como impropio de mujeres y, más aún, de mujeres de clase alta, considerándose por ciertos estamentos sociales como infamante su participación en estos eventos.
Otra de las escasísimas representaciones la tenemos a la derecha, donde vemos a una joven enarbolando lo que podría ser una sica propia de los gladiadores tracios. Se muestra con el busto descubierto y se aprecia unas vendas de refuerzo en su rodilla izquierda, pudiendo tener otras similares en su desaparecida pierna derecha. Su pose, saludando al público, da a entender que es la ganadora de un hipotético combate. En mi opinión podría tratarse de una figura votiva de la misma GLADIATRIX como acción de gracias por haber obtenido la MISSIO tras un combate. Otra posibilidad sería que formase parte de un conjunto escultórico del cual solo resta la pieza que vemos ya que, por la posición de la cabeza, bien podría estar mirando a una enemiga vencida y postrada en el suelo mientras que con la mano levantada responde a las aclamaciones del público.
Ajuar funerario del BVSTVM de Southwark, en Londres |
En cuanto a restos físicos de estas fogosas hembras, si pocos hay de hombres menos los hay de mujeres ya que, hasta ahora, solo se ha descubierto la tumba de una GLADIATRIX y, con todo, solo se da un 70% de probabilidades de que se tratase de una gladiadora y no de una mujer muy aficionada a estos espectáculos y que, por ello, ordenase que en sus exequias se tuviera en cuenta su pasión por los juegos. El hallazgo tuvo lugar en Londres en 1996, cuando se encontraron una treintena de tumbas de cremaciones o BVSTVM datadas hacia el siglo III d.C. Entre ellas apareció una provista de un suntuoso ajuar funerario consistente en ocho lucernas sin estrenar y seis tarros para quemar incienso, cantidades ambas muy superiores a las que se suelen encontrar en otras tumbas. Tras analizar los restos de osamentas sin pulverizar se concluyó que pertenecían a una pelvis de una mujer de unos 30 años muerta hacia el siglo I d.C. y que, por el contexto del enterramiento y demás pormenores se podía considerar como el BVSTVM de una GLADIATRIX. Habría un caso más pero del que aún no se pueden dar un mínimo de certezas y que apareció en septiembre de 2010 en Kenchester (R.U.), constando el hallazgo de un esqueleto de mujer metido en un ataúd de madera y cuyos miembros denotaban haber pertenecido a una persona muy fuerte, con un desarrollo físico superior al de una mujer normal.
Tumba de Kenchester |
En fin, esta ha sido la película de gladiadoras de hoy. Como colofón, señalar que fue Septimio Severo el que, allá por el año 200 d.C., acabó prohibiendo las GLADIATRICES debido, según Dion Casio, a que en unos juegos participaron un gran número de ellas las cuales combatieron con tal furia que el público acabó tomando parte y la cosa acabó convertida en una verdadera batalla campal. Pero como Severo se tuvo que largar a la Britania en 205 para meter en cintura a los caledonios, parece ser que su prohibición se fue relajando gracias a la lejanía ya que hay constancia de que, tras el edicto, aún participaban mujeres en los juegos. Concretamente, el CORPVS INSCRIPTIONVM LATINARVM XIV indica que el CVESTOR de Ostia, un tal Hostiliano, fue el primero en presentar mujeres en unos juegos en dicha ciudad (a buenas horas, mangas verdes). En concreto fueron quince GLADIATRICES las que tomaron parte en dichos juegos los cuales, al parecer, le dieron una enorme popularidad al CVESTOR, cosa que siempre perseguían los que estaban metidos en política para ganar elecciones.
Bueno, creo que no olvido nada relevante, y si lo olvido pues lo siento en el alma, criaturas, pero uno no es perfecto.
Hale, he dicho
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.