lunes, 8 de abril de 2019

NEGRILLOS. El desarrollo

Panzer I B de la 3ª Cía. del Batallón de Carros de Combate en alguna parte de Asturias a finales del verano de 1937

Bien, prosigamos...

Tropas de la recién formada Panzerwaffe repitiendo unas 850 al día cómo
subir y bajar de sus vehículos. Este entrenamiento tenía un fin primordial:
hacer que fueran capaces de salir como cohetes del carro si era alcanzado
Como todas las criaturas, ya funcionen con sangre y un corazón o con gasofa y un carburador, el Panzer I A no se quedó tal cual. De hecho, creció como un nene bien alimentado con bocatas de mortadela para merendar porque el motor Krupp original tenía menos potencia que un moscardón pitopausico, así que el Heereswaffenamt hizo el requerimiento habitual para fabricar una planta motriz más adecuada. El M305 que llevaba el modelo A tenía una relación potencia-peso de 11'1 caballos por tonelada, lo que se notaba sobre todo a la hora de maniobrar campo a través. En esta ocasión fue la Maybach la que se hizo con el jugoso contrato para fabricar el nuevo motor, un NL 38 TR refrigerado por agua de seis cilindros que alcanzaba una potencia de 100 HP, por lo que la relación potencia-peso mejoraba hasta los 17'2 caballos por tonelada, lo que se traducía, además de en una mejora notable del rendimiento de vehículo en terrenos accidentados, en una mayor velocidad punta por carretera hasta los 42 Km/h.  y, al mismo tiempo, un aumento de la autonomía hasta los 170 km. por carretera. A todo ello había que añadir una transmisión mejorada que, no obstante, seguía conservando las cinco velocidades hacia adelante y la reversa como en el modelo A.

Panzermänner (carristas) dedicados al mantenimiento de
las MG-13 que arman sus vehículos
Sin embargo, el Maybach era un bicharraco más grande que el Krupp original, lo que obligó a rediseñar el casco porque no cabía en el compartimento del motor del modelo anterior. Para darle cabida hubo que alargar el chasis 40 cm., lo que suponía tener que modificar también el tren de rodaje añadiendo una rueda de rodadura y un rodillo de retorno más. Obviamente, la suspensión también hubo que rediseñarla y la cadena tuvo que ser alargada hasta el centenar de eslabones contra los 64 de la anterior. Estos cambios supusieron como es lógico un aumento de peso hasta los 5.800 kilos, lo que supuso a su vez una mayor presión sobre el terreno ya que en el modelo A era de 0'39 kg/cm² y en el B llegó a los 0'52 kg/cm². Con todo, que nadie piense que eso supone una presión elevada porque una mujer paseándose por este mundo con zapatos de tacón ejerce muchísima más presión sobre el terreno que uno de estos chismes. Para hacernos una idea, en el manual de combate de los Tiger, un chisme que casi alcanzaba las 60 Tm. en orden de combate, se recomendaba que, en caso de duda ante un terreno poco consistente, un tripulante se aupase sobre otro, y este debía ponerse a la pata coja con el peso de ambos. Si el suelo no se hundía significaba que resistiría sin problemas en enorme tonelaje del monstruo.

Para comprender mejor lo que supusieron estos cambios recurriremos a unas imágenes que valen más que tropocientos discursos descriptivos. En el gráfico de la derecha tenemos las vistas laterales y superiores de ambos modelos y, como salta a la vista, salvo el tren de rodaje y la parte trasera todo quedó tal cual. El compartimento de motor del modelo B se aprecia más largo y con las escotillas de acceso al mismo distribuidas de otra forma, quedándose además con un solo tubo de escape situado en la parte trasera en lugar de los dos laterales del modelo A. Por lo demás, el resto del vehículo permaneció invariable: mismo armamento, mismo equipo de radio, mismo visor de puntería, etc., salvo la capacidad de los dos depósitos de combustible, que por falta de espacio hubo que reducirlos a 84 y 62 litros de gasolina.

Las primeras unidades del modelo B salieron de las cadenas de montaje en agosto de 1935 hasta que se dejó de fabricar en 1937. Posteriormente y ya en plena 2ª Guerra Mundial, los tedescos aprovecharon muchos chasis de este modelo para reconvertirlos en cañones auto-propulsados, plataformas para antiaéreos, transportes de municiones, vehículos de recuperación, etc., pero en nuestro caso los omitiremos tanto en cuanto no tienen relación con los Panzer I que vinieron a España a recibir su bautismo de fuego. Solo nos resta añadir los vehículos de mando que, al igual que sus colegas A y B, también recibieron su bautismo de fuego en la tórrida España.


Primera versión del vehículo de mando sobre el chasis del LaS. Como vemos,
la casamata fija ocupaba solo un poco más que la torreta giratoria, y la
escotilla del piloto seguía siendo la misma de la versión convencional. La
estructura metálica que vemos en el guardabarros derecho era un soporte para
proteger la antena cuando se llevaba abatida
La idea se remontaba prácticamente a los inicios del germen del PzKpfw I A, el LaS que ya tratamos en la entrada anterior. Cualquiera pensará que era una chorrada fabricar una versión aparte como vehículo de mando cuando ese cometido podía llevarlo a cabo un carro normal, pero con los medios de la época no era posible porque los equipos de radios eran unos trastos enormes que, además, tenían que ser manejados por un operador. Para entendernos, que eso de que con unos auriculares y un simple botón para cambiar de canal puede uno hablar con el comandante del batallón, con el mando de la división y, de paso, escuchar los 40 Principales era impensable en aquella época. Por lo tanto, era necesario reconstruir el chasis del LaS para dar cabida a un tripulante más, aparte de los dos equipos de radio que llevaría a bordo: por un lado, la FuG-2 que usaban los carros normales, y por otro una FuG-6 de onda ultracorta que proporcionaba un alcance de 9,5 para transmisiones de voz y de 12,8 para morse, siempre, como ya sabemos, dependiendo de la orografía del terreno.


Esta foto nos permite ver la posición de la antena, así como la
estructura destinada a sujetarla y protegerla cuando se abatía,
operación que podía efectuarse desde el interior del vehículo
En cuanto al vehículo, inicialmente se eliminó la torreta, que fue sustituida por una casamata de forma tronco-piramidal como vemos en el croquis y la foto de la derecha. La disposición de los tripulantes era la siguiente: el piloto conservaba su puesto de conducción habitual mientras que el comandante del carro iba en la parte derecha del mismo. Como arma de autodefensa disponía de una MG-13 con una dotación de 900 cartuchos y se añadió una pequeña mesa de mapas, que para eso era el jefe. En cuanto al operador de radio, ya podemos imaginar que iba literalmente incrustado en ese pequeño espacio, así que no debía ser un puesto apto para claustrofóbicos. Al parecer, solo se fabricaron seis unidades con el chasis del LaS I, dando comienzo la producción en serie con el chasis del PzKpfw I B con 200 chasis que fueron suministrados a la Daimler-Benz para llevar a cabo la transformación entre 1936 y 1938.


En esta versión el soporte de la antena se sustituyó por un simple raíl de
madera que podemos apreciar perfectamente en el costado derecho.
En este caso se reformó totalmente la parte central de la barcaza acoplando una casamata, también tronco-piramidal, pero que ocupaba toda la anchura del vehículo de forma que el operador de radio se situaba detrás del conductor y el comandante del carro disponía de más espacio. La foto de la izquierda nos permitirá verlo mejor. La escotilla del comandante estaba formada por dos hojas sobre la que había una entrada de aire, con la ametralladora desplazada hacia el lado derecho de la casamata. Inicialmente estaba montada sobre una rótula que, en una versión posterior que no llegó a España, estaba encastrada en un bulbo hacia fuera para ofrecer una protección más eficiente. En el costado izquierdo vemos la escotilla de acceso del piloto y el operador de radio. De este modo nació el Kleiner Panzerbefehlswagen I Sd. Kfz. 265, que traduciríamos literalmente como Pequeño Vehículo Blindado de Mando. Todos los vehículos de este tipo enviados a España fueron de esta versión inicial ya que, posteriormente se creó una mejorada que incluía, además de la rotula ya mencionada antes, una cúpula cuadrangular en lugar de la escotilla, lo que permitía al comandante del carro tener una visión en 360º sin necesidad de asomar la cabeza y que le volaran los sesos ya que tenía dos mirillas en cada lado, o sea, ocho en total. Por cierto que la distribución en el ejército alemán de estos vehículos era de uno por compañía, llamado Kompanie Chefpanzer, dos por batallón y tres por regimiento. Obviamente, a España no se enviaron ni remotamente esas proporciones, pero ya hablaremos de eso en su momento. 

Bien, a modo de recapitulación, estos fueron los Negrillos enviados a España: el ohne Aufbau de adiestramiento, los PzKpfw I A y B, y el Kleiner Panzerbefehlswagen I. De todos ellos, así como de dos curiosas versiones ideadas por los españoles, hablaremos largo y tendido en la próxima entrega. Para concluir esta aportaremos algunos detallitos técnicos de esos que siempre vienen bien para humillar sin piedad al cuñado que ha visto dos o tres documentales en Youtube y encima en alemán con imágenes de época y no se ha enterado de un carajo, pero afirma saberlo todo sobre estos chismes. Veamos pues...



FOTO A: Muestra los visores del piloto. La caja señalada con una flecha contenía los cristales blindados que, cuando no era necesario, se abatía para permitir la apertura del visor y tener un campo de visión más amplio, aparte de facilitar la renovación del aire. 

FOTO B: Hemos mencionado varias veces la rueda tensora, pero puede que muchos no sepan de qué va la cosa. Bien, la rueda tensora es la opuesta a la tractora, y eso sigue igual en los carros modernos. Como se aprecia en la foto, el sistema de tensado en este caso era prácticamente el mismo que usan las motocicletas para tensar la cadena, con una tuerca y una contratuerca para impedir que se afloje. ¿Que para qué se tensa? Pues para que no se salga, naturalmente. Por otro lado, dependiendo de las condiciones del terreno podía ser necesario aflojar la tensión, como por ejemplo con barro o nieve para evitar que la acumulación de ambos pudiera hacer saltar la cadena. Por eso es habitual ver en las fotos de carros rusos que suelen llevar la cadena floja, de manera que cae sobre los rodillos de retorno.

FOTO C: Ya hemos visto una foto similar, pero en esta hemos señalado el tubo que se ve junto a las ametralladoras. No es más que el culatín plegable con que estaban equipadas las MG-13 que, en este caso, era inservible como es lógico. La flecha amarilla señala el soporte donde se fijaba el visor. 

FOTO D: Dedicada a los cansinos que no paran de dar la murga con la chorrada esa del fulano que se aúpa en el carro enemigo, abre la escotilla y lanza una granada dentro. Esto ya se explicó en la entrada dedicada al Fury, pero lo repetimos por si acaso: las escotillas tenían todas su sistema de cierre interior que, como ya podemos imaginar, solo se podía abrir con explosivos. En este caso, bastaba girar un cuarto de vuelta la palanca para bloquear la escotilla superior, mientras que la lateral tenía un sistema similar. Que nos quede claro: salvo que un carro llevase una escotilla abierta era materialmente imposible arrojar nada dentro. Por cierto, las juntas estaban recubiertas con un burlón de goma para impedir la entrada de agua.

FOTO E: Acceso trasero al motor de arranque. Estaba cubierto por una tapa atornillada en cuyo centro había una pequeña portezuela circular giratoria. La pieza ranurada que marcamos con una flecha era simplemente para arrancar el motor a golpe de manubrio si el arranque eléctrico no funcionaba por cualquier motivo, aunque lo habitual era por las bajas temperaturas. 

FOTO F: Vista trasera de un Panzer I B que nos permite ver algunos de los accesorios que iban en los guardabarros: en el izquierdo tenemos el manubrio que servía tanto para el arranque en frío que ya hemos mencionado como para aflojar tuercas. Tras él vemos una pieza en forma de S, que era un gancho de acero para las eslingas. A la derecha se ve el gato, que por cierto era siempre el mismo modelo aunque fuese un Tiger de 57 toneladas. Se accionaba con una palanca que también servía como barra de uña.

FOTO G: Un accesorio habitual y bastante chorra que muchos desconocen: el claxon. Como es lógico, se usaba cuando se circulaba por los cuarteles o calles en tiempo de paz, impidiendo así arrollar a viejecitas candorosas. No obstante, era un accesorio que cuando se perdía no se solía reponer.


Esto era lo que el piloto de un Panzer I veía desde su puesto de conducción con los visores abiertos y los cristales abatidos
FOTO H: La flecha izquierda señala el raíl donde se encajaba la antena cuando se abatía. La de la derecha señala la cizalla que, como el gato, era siempre la misma para todos los modelos.

FOTO I: Muchos se preguntarán cómo se filmaban los documentales de tropas en plena acción permaneciendo razonablemente a salvo. Bien, pues ahí lo tienen: un Panzerbefehlswagen I B acondicionado para su uso en una Propaganda Kompanie. Estos vehículos eran denominados como Filmpanzer auf Panzerbefehlswagen I B, y el operador podía rodar desde una posición protegida si bien, como ya sabemos, el blindaje de estos carros no era ninguna maravilla, así que de lo más a salvo que estaban era de un tiro de fusil o de ametralladora ligera. Por cierto que, también en este caso, en las escotillas se aprecian perfectamente los cierres interiores anti-héroes con granada de mano asesina.

Bueno, s'acabó por hoy. Continuará...

Hale, he dicho

Monografía completa pinchando exactamente aquí: AQUÍ

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