Rata de túnel con la máscara M17. El cable que se ve en el suelo es el del teléfono TA-1/PT con el que podrá mantenerse en contacto con el personal de superficie |
Así mismo, no debemos olvidar que cuando un rata se percataba de que el túnel era más grande de lo habitual no se complicaba la vida, daba media vuelta y se procedía a expulsar o matar a los ocupantes del complejo e intentar averiguar las posibles salidas secundarias y respiraderos que hubiese. Ojo, había ocasiones en que este proceso se llevaba a cabo antes de que el rata entrase en el túnel para, a continuación, proceder a explorarlo, pero eso quedaba al arbitrio del comandante de su unidad o de la información obtenida a través de los Kit Carson Scouts, los vietnamitas que colaboraban de buen grado o, como está mandado, dándole al jefe de la aldea las dos hostias reglamentarias. Finalmente se procedía a la voladura del complejo.
Un Mity Mite en funcionamiento. El humo que vemos es el producido por el motor, no es gas ni nada semejante. |
Máscara M17. La funda se llevaba en el costado izquierdo, con la abertura mirando hacia adelante |
Mujeres y críos saliendo a toda leche de un escondite a consecuencia del humo blanco usado para detectar las salidas del complejo de túneles en la aldea de Thu Xuan en 1966 |
Inicialmente se empleaban granadas como las usadas por la policía para mandar a casa a los revoltosos callejeros patrios pero, lógicamente, bajo denominación militar. Básicamente había dos tipos que podemos ver en la foto de la derecha. En primer lugar vemos una M7A3, una versión mejorada de la M7A2 que, simplemente, tenía un poco de más capacidad. La A2 contenía 100 gramos de CS en cápsulas de gelatina para favorecer su difusión cuando ardía, lo que se llevaba a cabo con una mezcla de combustión de 155 gramos. La A3 contenía 127 gramos de CS y 211 gramos de mezcla de combustión. En la parte superior del bote tenía cuatro agujeros y uno en la inferior para permitir la salida del CS ardiendo, proceso que duraba unos 20 segundos de media. El peso total de estas granadas era de 396 y 439 gramos respectivamente, y su funcionamiento era como el de cualquier granada convencional: se extraía el pasador de seguridad, se arrojaba, saltaba la palanca que activaba el multiplicador e iniciaba la mezcla de combustión. Se fabricó una versión especial con un retardo de 8 a 12 segundos, la M226, ideada para arrojarla desde helicópteros y dar tiempo a que tocaran tierra antes de empezar a arder. En cuanto al ejemplar de la derecha es una M25A2, una granada con forma de pelota de béisbol con cuerpo de plástico y un contenido de 227 gramos de CS en forma de aerogel de sílice para extender mejor el contenido. Tenía un pequeño retardo de entre 1,4 y 3 segundos antes de empezar a soltar porquería. Pero estas granadas solo valían para túneles cortos con una o dos cámaras laterales. Si el rata se encontraba con algo de más envergadura hacía falta algo más contundente y capaz de llevar el CS a todos los recovecos.
Para eso tenía que actuar el Mity Mite, capaz de mover unos 13 m³ de aire por minuto. El proceso para inundar el complejo tanto de humo como de CS podemos verlo en la secuencia de fotos de superior.
A: En función del tamaño se arrojaban los botes de humo necesarios y, tras detectar las salidas secundarias y respiraderos, se sellaban con tierra, barro, sacos terreros o lo que hubiera a mano. A continuación se vertía CS en la entrada principal en la cantidad que se estimaba oportuna, bien como aparece en la foto o bien directamente desde el depósito del Mity Mite.
B: En esta secuencia vemos el sellado de la entrada principal, para lo que se usaba un simple poncho. El tubo corrugado del ventilador se introducía por la abertura de la capucha, se ajustaba con el cordón y, si la había disponible, se sellaba con cinta aislante o cinta americana. Los bordes del poncho se cubrían con tierra para impedir fugas.
C: En esta foto vemos con detalle el tubo introducido por la capucha del poncho. Recordemos que tanto el humo como el CS expulsaban el aire del interior del complejo, por lo que los vietcongs que pudiera haber dentro no solucionaban nada aunque tuviesen máscaras antigás. Estas protegen de las porquerías, pero si no hay oxígeno palmas asfixiado sí o sí.
D: Una vez preparado todo el dispositivo, se ponía en marcha el ventilador, que generalmente solía necesitar una hora para inundar el complejo. Obviamente, a más grande más tiempo. Una vez que se consideraba que el CS había llegado hasta a los confines de los hormigueros se removían los sellados y se insuflaba aire para limpiar el interior y permitir a los ratas hacer su trabajo, lo cual solía llevarse otra hora como mínimo.
Por lo general, estos solían colocarse la máscara M17 para curarse en salud por si había quedado alguna bolsa de CS o la limpieza no había sido lo suficientemente satisfactoria. Para asegurarse de que estaba bien colocada se procedía como vemos en las fotos de la derecha. En la foto A vemos al yankee tapando el emisor de voz mientras aspira para comprobar que no entra aire. En la foto B tapa con ambas manos los filtros laterales exhalando con fuerza, obligando a que el poco aire que haya dentro de la máscara salga despedido por el borde inferior. De ese modo, la siguiente bocanada de aire que tomase estaría debidamente filtrado. Esto tenía como finalidad impedir que, caso de verse repentinamente bajo la acción de un agente químico, ser afectado por el que hubiese quedado dentro de la máscara mientras se la colocaba. De no tomar esta precaución, podría bastar el poco gas atrapado en el interior para hacer su efecto. Con el CS, aunque no era letal en ningún modo, había que tomar todas las precauciones posibles, porque verse dentro de un hoyo donde apenas se puede uno mover y que de repente empiecen a picar los ojos, a llorar y moquear y sin saber donde estás debe ser una experiencia increíblemente siniestra.
Con todo, los charlies aprendieron rápidamente como impedir el avance del humo o el CS en sus complejos de túneles. No les resultó nada complicado. Bastaba con distribuir a los largo de los túneles sifones o esclusas que, una vez inundados de agua, impedían el paso de cualquier substancia ya fuera gaseosa, como el humo de colores, o el micropolvo del CS. Otra solución consistía en sellar estas esclusas con esteras de palma o bambú (flechas rojas) y sellarlas con barro o incluso con plásticos procedentes de los despojos yankees a los que tanto provecho les sacaban. Tal como vemos en el gráfico de la izquierda, todo el personal que evacuase el túnel y se colocara a continuación del sifón de agua o de la esclusa sellada no sentiría los efectos del gaseado y, obviamente, tampoco serían delatadas las salidas y respiraderos situados a partir de esa zona.
En fin, como vemos los líderes del mundo libre gastaron cantidades industriales de CS para desalojar los puñeteros túneles, lo que conseguían siempre y cuando los fanáticos canijos comunistas no hubiesen puesto en marcha algunos de sus básicos pero eficaces métodos de sellado. Con todo, de poco servía evitar ser gaseado si no se ponía tierra de por medio para escapar de lo que venía detrás: decenas de kilos de C4 que convertirían el complejo en una tumba una vez que se colapsaban todas las entradas. Si para un rata la perspectiva de palmarla enterrado en vida era terrorífica, para un vietcong tampoco debía ser nada atrayente, y más si tenemos en cuenta que en sus redes de túneles tenían hospitales y escuelas con heridos, enfermos, mujeres y críos. Un ejemplo lo tenemos a la izquierda, donde podemos ver un...¿hospital? junto a un lote de suministros médicos incautados por los ratas de túnel durante la operación Junction City, entre febrero y mayo de 1967. Lo de Vietnam fue una guerra bastante asquerosilla, para qué negarlo...
Bueno, vale por hoy.
Hale, he dicho
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