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"Muerte de Viriato, jefe de los lusitanos" (1807), obra de José Madrazo. Tiene anacronismos a cascoporro, pero bueno... |
Audax, Ditalco y Minuro retornaron al MONS VENERIS de noche para, de ese modo, actuar con más impunidad. Sabían que Viriato era de los que dormían con un ojo abierto y, según Apiano, hasta lo hacía con la armadura puesta por si alguna alarma lo obligaba a salir de la piltra en plena noche. Tanto Apiano como Diodoro Sículo aseguran que, nada más llegar, los tres fueron inmediatamente recibidos por el caudillo, que estaba ya devorado por la ansiedad por conocer la respuesta de Cepión. Entraron en su pabellón y anunciaron que el pretor había accedido a firmar un nuevo tratado, lo cual alegró sobremanera a Viriato, logrando así que el ambiente fuera más distendido y el lusitano bajara la guardia y, finalmente, se dejara llevar por el sueño. Llevaría días sin pegar ojo, y la buena noticia debió relajarlo bastante. Audax, que al parecer era el que llevaba la voz cantante, estuvo pendiente de observar cuando Viriato dormía profundamente, momento en el que entró en su pabellón seguido por sus dos compadres. Siendo como eran hombres de la total confianza del caudillo, nadie les puso pegas para entrar. Una vez dentro, y sabiendo el detalle de que nunca se desprendía de su armadura, lo apuñalaron en el cuello, dejándolo listo de papeles sin que no se enterase nadie. Se desconoce la fecha exacta de su muerte, ocurrida en el 139 a.C.
Una vez perpetrado el crimen, los tres malvados salieron tan campantes y se largaron. Nadie sospechó nada porque era muy habitual que Viriato recibiera constantemente mensajeros y allegados a cualquier hora, por lo que nadie pudo sospechar nada de los tres emisarios que hacía poco rato acababan de llegar del campamento del pretor, al que retornaron a toda velocidad antes de que se descubriera el asesinato. Hasta la amanecida no se encontró el cuerpo inerte de Viriato con el pescuezo masacrado. La muerte del caudillo no solo supuso un duro golpe para la moral de los lusitanos sino que, de hecho, marcó el principio del fin de su lucha por sacudirse a los invasores de encima. Porque Viriato no solo era un buen estratega, sino el alma de la rebelión. Si el alma palmaba, la rebelión se terminaba. Los lusitanos, hastiados de guerra, acababan de perder el único acicate que tenían para seguir en la brecha, y aunque fue sucedido por Táutalo, uno de los caudillos lusitanos más cercanos a Viriato, éste no tenía ni remotamente la capacidad ni el carisma de su predecesor. Cepión no tardó mucho en derrotarlo clamorosamente, dando término por fin a la guerra de la Lusitania.
Bien, así fueron los hechos, de modo que ya es hora del
EPÍLOGO
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Grabado decimonónico que recrea la cremación de Viriato |
Los funerales de Viriato fueron acordes a su rango. Su cadáver fue vestido con sus mejores galas y colocado en una pira, y mientras ardía se llevaban a cabo los sacrificios y ofrendas de rigor a los dioses para que le concedieran un dúplex molón en el Más Allá. Según Apiano, todo su ejército corría alrededor de la pira entonando alabanzas en su honor, mientras otros cantaban y bailaban. Cuando la pira se extinguió, siguiendo las costumbres funerarias hispanas, sus cenizas fueron depositadas en una urna y, finalmente, 200 guerreros realizaron simulacros de combate ante su tumba, algo similar a los BVSTVARII romanos. En cuanto a la localización de la tumba, es un misterio. Hasta el día de hoy, diversos historiadores han intentado localizar la posible ubicación de la misma, pero todo ha quedado en teorías imposibles de corroborar. Sea como fuere, esto ya se sale de nuestro tema, y es una cuestión demasiado extensa como para tratarla aquí.
Bien, aquí acaba la historia. Pero como más de uno tendrá curiosidad por saber el destino de los demás protagonistas de este culebrón bélico, veamos los más importantes de ellos para chinchar a esos cuñados cuya última lectura fue "Mi primera cartilla".
AUDAX, DITALCO Y MINURO
Todos hemos oído alguna vez la lapidaria frase "Roma no paga a traidores" o, en plan culturillas, ROMA TRADITORIBVS NON PRÆMIAT, ¿no? Bueno, pues olvídenla. Es una frase inventada años más tarde con la intención de lavar la honorabilidad de Roma, que bajo ningún concepto quería aparecer como fautora de la traición y el asesinato de un enemigo cuando dormía apaciblemente. ¿Qué pasó entonces?
Según Diodoro Sículo, los tres mendas llegaron al campamento de Cepión para reclamarle todo lo prometido, pero fiarse de Cepión era como fiarse de las promesas electorales de un político. El pretor se limitó a permitirles conservar los regalos que les había hecho para convencerlos de que debían convertirse en traidores y asesinos, y se limitó a reclamar a Roma el resto de lo pactado. Nunca más se supo ni de los compadres ni de la pasta gansa prometida.
Eutropio nos da otra versión, más o menos similar. En este caso, Cepión, que no estaba por la labor de reconocer su felonía, les espetó que EST NVNQVAM ROMANIS PLACVISSE IMPERATORES A SVIS MILITIBVS INTERFICI, uséase, "Nunca ha sido agradable para los romanos que un general deba ser asesinado por sus propios soldados". Más o menos, viene a tener el mismo significado que la primera frase, la más conocida aunque falsa. Cepión, en este caso, pretendería mantener su honorabilidad a salvo, y no aparecer como un instigador de crímenes políticos. En aquella época, en Roma aún se tenía en cuenta que el honor y el cumplimiento de la palabra dada eran sagrados. Así pues, el pretor se limitó a despacharlos afirmando que habían entendido mal lo que hablaron en su primera entrevista, y que él jamás les habría animado a cargarse a su caudillo. Así pues, los expulsó del campamento y los mandó al carajo. Aunque nadie lo menciona, es posible incluso que los liquidara en secreto para, de ese modo, borrar los principales testigos de su alevosía.
QUINTO SERVILIO CEPIÓN / QVINTVS SERVILIVS CÆPIVS (PRONÚNCIESE CUINTUS SERUILIUS CAEPIUS PARA FARDAR DE LATINES)
Aunque fue sin dudas el vencedor de esta larga guerra y el que logró reducir a los belicosos lusitanos, se le debió quedar la jeta a cuadros cuando, al volver a Roma tras finalizar su mandato, se le negó el triunfo por haberse valido de malas artes para acabar con el enemigo. La mentalidad romana era así. Había que vencer a toda costa, pero en buena lid. No le fue bien a nuestro hombre de ahí en adelante a pesar de haber acabado con los más enconados enemigos de Roma tras la derrota de los cartagineses. En 105 a.C. 34 años después de su periplo hispano, fue enviado como procónsul junto a Gneo Manlio Máximo a acabar con las tribus germanas de teutones, cimbrios y ambrones. El encuentro tuvo lugar en Arausio, al sureste de la actual Francia, sufriendo una de las más aplastantes derrotas conocidas por un ejército romano. Por este motivo, fue procesado por el tribuno de la plebe Gaio Norbano porque, en aquella época, el que la hacía la pagaba, y no como ahora que los políticos roban a calzón quitado o promueven golpes de estado y se van de rositas. Cepión fue severamente castigado, ya que se le despojó de su ciudadanía, se le negó fuego y agua en un radio de 800 millas de Roma y se le impuso una multa de 15.000 talentos, una cantidad simplemente esotérica para la época ya que un talento equivaldría a 32'3 kilos de oro. Si hacemos la multiplicación obtenemos 484.500 kilos, que al precio actual del oro equivaldrían nada menos que a unos 28 mil millones de euros. A todo ello, se le sumó la prohibición de hablar con familiares y amigos hasta que se largó. La multa no la pudo pagar, como es lógico, porque semejante pastizal era más de lo que contenía el erario público de Roma en aquella época, y palmó en Esmirna, donde pasó el resto de su vida. Ciertamente, Roma no pagaba a traidores, y a taimados y bellacos tampoco.
Bueno, ya saben como palmó Viriato.
Ah, una chorradita final: durante nuestra guerra civil, los del reino vecino, en aquel tiempo bajo la dictadura de Antonio Oliveira y Salazar, enviaron a la Legión Viriato, un contingente de unos 8.000 voluntarios para combatir contra la república. Esto muestra que ambos países siempre han tenido a este probo lusitano como héroe nacional en toda regla.
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