En su momento ya se hizo mención a este famoso avión a raíz de la entrada que dedicamos a su piloto, el coronel Paul W. Tibbets. ¿Qué por qué motivo me da ahora por hablar de un chisme que se sale del período histórico que abarca el blog? Y yo qué sé... Será que he soñado esta noche con el puñetero avión, o que me ha dado el volunto. La cosa es que me apetece hablar de ese tema porque, por otro lado, la aviación es un campo que prácticamente no se ha tocado nunca a pesar de que habría mucho que decir a raíz de la Gran Guerra, de modo que vamos a ello. Además, conocer algunas curiosidades curiosas sobre el controvertido bombardero siempre viene bien cuando el cuñado que se ha bajado de Youtube todos y cada uno de los documentales esos de la Segunda Guerra Mundial en color pretenda vacilarnos en cuanto salga a relucir algo referente al armamento nuclear ahora que Mr. Trump ha decidido aumentar el poderío militar yankee como si estuviera en plena Guerra Fría. Bueno, al grano...
Curiosidad 1. Esa sonriente anciana de la foto es Enola Gay Haggard, nacida en Carrol (Iowa) el 29 de septiembre de 1890. El 20 de diciembre de 1912, o sea, con 22 años de edad, se casó en su pueblo con un pastelero llamado Paul Warfield Tibbets, al que dio dos retoños: Paul Warfield Jr. y Barbara Ann. Esta señora es, como ya se habrán imaginado vuecedes, la misma cuyo nombre ha pasado a la historia con las connotaciones más siniestras que se pueden concebir. No obstante, cabe suponer que debió sentirse orgullosa de su pequeño Paul cuando le informaron que la víspera del que sería el primer ataque nuclear de la historia su nombre fue pintado a toda prisa en el morro del B-29 que transportaba la bomba. Según un tal Leonard Orr, que había sido sargento de la policía militar en la base de Tinian de donde partiría el avión camino de Hiroshima, el coronel Tibbets quería muchísimo a la autora de sus días y quiso hacerle aquel homenaje a pesar de que al piloto del aparato, el capitán Lewis, le sentó como una patada en el hígado que su jefe se arrogase aquella libertad sin tomarse siquiera la molestia de avisarle aunque fuese como simple fórmula de cortesía. Como ya se comentó en su día, Tibbets decidió pilotar él mismo el avión llevando a Lewis como copiloto en su afán de ejecutar la misión encomendada bajo su estricto control. La señora Tibbets palmó el 23 de julio de 1966 en Orlando, Florida.
A la izquierda vemos la Grand Slam con sus 8 metros de largo, y a la derecha la Tallboy, de "solo" 6'35 metros de longitud |
Curiosidad 2. Cuando comenzó el Proyecto Manhattan dirigido por el general Groves, la fuerza aérea no tenía ni un solo aparato capaz de transportar las bombas a pesar de la gran capacidad de carga de los B-29, cuyas bodegas podían contener 20.000 libras (9.071 kg.) de bombas en distintas configuraciones. Para hacernos una idea de lo que debía ser verse venir uno de aquellos chismes soltando su carga letal, podía cargar desde 180 bombas de napalm M-47 de 31 kg. a cuatro bombas de uso general de 4.000 libras (1.814 kg.). De ahí que Groves se plantease adquirir a los british (Dios maldiga a Nelson) varios bombarderos pesados Avro Lancaster, los cuales sí estaban adaptados y probados para transportar las dos bombas de aviación más grandes fabricadas hasta aquel momento: la Tallboy y la Grand Slam, de 12.000 y 22.000 libras respectivamente (5.443 y 9.979 kg.). Esta última, provista de espoletas de retardo, eran capaces de volar una manzana entera de casas ya que su detonación producía un pequeño seísmo local. En cualquier caso, el problema se solucionó a finales de 1944 con la creación del Programa Silverplate, por el que se encargaría la modificación de varios B-29 para albergar en su interior las nuevas bombas.
Los generales Arnold y Groves. Salvo estos dos y el mismísimo presidente, nadie más en todo el ejército estaba en el ajo de lo que se cocía en Los Álamos |
Curiosidad 3. El Programa Silverplate contemplaba inicialmente la modificación de solo tres bombarderos según solicitó el general Groves. Sin embargo, el general Henry H. Arnold, como Jefe del Estado Mayor del Cuerpo Aéreo del Ejército USA, o sea, el mandamás absoluto sobre cualquier cosa que tuviese alas y volase, quiso curarse en salud y elevó la cifra a 14 aviones más otro número igual destinados a quedar en reserva por los que pudieran averiarse o perderse durante los entrenamientos y operaciones derivadas del Proyecto Manhattan. Entre ellos estaba el que luego sería el Enola Gay, que había salido de la factoría de la Martin Aircraft Co. en Omaha (Nebrasca) el 18 de mayo de 1945 con el número de serie 44-86292.
Curiosidad 4. Como todo lo concerniente al Proyecto Manhattan, el Programa Silverplate debía llevarse a cabo en el más absoluto secreto, por lo que se divulgó la falsa noticia de que los obreros y especialistas encargados de llevar adelante los trabajos se dedicaban en realidad a preparar un ferrocarril especial destinado a transportar al presidente Roosevelt y al primer ministro Churchill durante una gira por los Estados Unidos. Los nombres clave de ambos personajes serían respectivamente Thin Man (Hombre Delgado) y Fat Man (Hombre Gordo) que, mira por donde, eran los nombres asignados a los dos artefactos nucleares si bien la Thin Man fue rebautizada como Little Boy a raíz de la muerte de Roosevelt en abril de 1945. La unidad surgida del Programa Silverplate fue el 509th Composite Group bajo el mando del entonces teniente coronel Tibbets. Lo de composite significaba que la unidad era totalmente autosuficiente y que podía efectuar cualquier tipo de misión sin necesidad de apoyo externo, lo que venía de perlas para mantener el obsesivo secreto impuesto por Groves, que padecía de ataques de urticaria severa solo con imaginar que el secreto mejor guardado de la historia tras la fórmula de la Coca-Cola fuese desvelado.
Curiosidad 5. El Programa Silverplate contemplaba la adaptación de las bodegas de bombas y las trampillas de las mismas para poder acoger en su interior la Fat Man y la Little Boy. Además se eliminaron las cuatro torretas dirigidas por control remoto que defendían el avión de los ataques de los cazas enemigos, suprimiendo de ese modo las dos dorsales y las dos ventrales. La única que se quedó como estaba era la de cola, armada con dos ametralladoras de calibre 12,70 mm. con una dotación de 500 cartuchos por arma. En la foto podemos ver al artillero de cola del Enola Gay, el sargento técnico George R. Caron, el único que pudo ver la explosión. En la imagen de la derecha mostramos una foto del mismo asomado por la ventanilla de la posición del artillero. Este hombre fue al que la leyenda adjudicó la famosa frase de "¡Dios mío, qué hemos hecho!", la cual por lo visto jamás pronunció.
Curiosidad 6. Finalmente, el Programa Silverplate se culminó con la entrega de quince aparatos modificados para transportar cualquiera de las dos bombas diseñadas. Todos salvo cuatro fueron bautizados como era costumbre en la aviación yankee: el 71 como Jabbitt III, el 72 como Top Secret, el 73 como Strange Cargo, el 77 como Bockscar, que después de la guerra era escrito como Bock's Car y que fue el que lanzó la Fat Man, el 83 como Full House, el 85 como Straight Flush, el 86 como Next Objetive, el 88 como Up An' Atom, el 89 como The Great Artiste, el 91 como Necessary Evil, y el 95 como Laggin' Dragon. Los numerados como 84, 90 y 94 nunca recibieron nombre, y el 82, como hemos dicho, fue bautizado el día antes del ataque como Enola Gay. Estos aviones estaban compartimentados en tres partes para poder presurizarlas en caso de volar a la máxima altitud, pudiendo circular por dentro del aparato por un túnel que lo recorría de cabo a rabo según podemos ver en la imagen de la derecha, en la que aparece el sargento ingeniero de vuelo Wayne Duzenberry. La escotilla inferior comunicaba con la bodega de bombas donde viajaba la Little Boy hacia su fatal destino. Solo el artillero de cola quedaba aislado del resto del avión.
El teniente Jacob Beser |
Curiosidad 7. Con el capitán Lewis a los mandos, el Enola Gay partió de la base de Wendover camino de Tinian el 27 de junio de 1945, arribando a su destino el día 6 del siguiente mes. Fue de los últimos en llegar. Una vez que el 509th estuvo al completo se comenzaron a efectuar entrenamientos y vuelos de prueba para adiestrar a las tripulaciones, incluyendo incluso ataques con fuego real a objetivos en el Japón. Para darle más realismo a la cosa se dedicaron a lanzar las conocidas como Pumpkin Bombs, las bombas calabaza, llamadas así por su similitud morfológica con la Fat Man. Estas bombas eran pintadas de color naranja para poder estudiar la trayectoria durante la caída, y en algunas ocasiones eran cargadas con 2.500 kilos de alto explosivo y una espoleta de proximidad para que estallasen antes de tocar el suelo de la misma forma que lo haría una bomba atómica. A las dos de la mañana del 20 de julio, el Enola Gay y otros nueve aparatos del 509th llevaron a cabo el primer ataque real con Pumpkin Bombs sobre cuatro ciudades en el Japón, teniendo que ser bombardeadas dos de ellas mediante radar debido a las nubes. Teniendo en cuenta que esa posibilidad podía presentarse el día del ataque nuclear, antes de partir, el operador de radar del Enola Gay, el teniente Jacob Beser, recibió los datos de la frecuencia de radio que usaría el radar de la bomba escritos en papel de arroz para que, caso de ser capturado durante la misión, poder comérselo. Por cierto que tres días más tarde también formó parte de la tripulación del Bockscar contra Nagasaki.
Curiosidad 8. A las 00:15 horas del 6 de agosto, tras explicar los detalles de la misión a todos los que tomarían parte en la misma, Tibbets llamó al capellán de la base de Tinian, el capitán William Downey (foto de la derecha), para que echase algunas bendiciones y tal, que eso de partir camino de la masacre con el visto bueno del Cielo siempre le da a uno cierta tranquilidad. Downey era protestante, por lo que compuso para la ocasión una oración que terminaba con la frase "... en el nombre de Jesucristo, amén", sin pararse a pensar que dos de los que estaban en el ajo eran judíos, el sargento Abe Spitzer, operador de radar del The Great Artiste, y el teniente Beser. No obstante, parece ser que no protestaron, e incluso Beser se lo tomó con cierto sentido del humor aduciendo que aquella misión era un ataque interconfesional ya que, además de judíos, había católicos y, por supuesto, protestantes entre las tripulaciones de los tres B-29 que tomaron parte en la fiesta.
En fin, creo que con estas ocho curiosidades curiosas podrán mantener a raya a sus cuñados más feroces salvo que emitan una nueva serie de documentales.
Hale, he dicho
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