jueves, 30 de enero de 2020

ORIGEN DE LOS RANGERS


Las primeras tropas llegadas con los colonos ingleses no tenían ni la más remota idea del enemigo con quien se enfrentarían,
totalmente distinto a los que combatían en Europa

Los Rangers han protagonizado varias de películas, como los abnegados buscadores del soldado Ryan o los aún más sufridos yankees del Black Hawk que los flacuchos derribaron en Mogadiscio. Desde la creación del 1er. batallón en 1942 al actual 75º Rgto. de Rangers han tomado parte en todas las movidas habidas y por haber tanto en cuanto son una cotizada fuerza de élite que mata más y mejor a los malvados enemigos de la democracia y el mundo libre, especialmente en Vietnam, donde se internaban en lo más profundo de la jungla para darle estopa a los obstinados seguidores del Viet Cong. Sin embargo, su origen es mucho más antiguo de lo que pueden imaginar, más aún que el personaje que interpretó Spencer Tracy en la cinta "Paso al noroeste" (1940), basada en la novela homónima publicada por Kenneth Roberts ("Northwest Passage") en 1937 donde narra las andanzas de uno de los más famosos rangers de la galaxia, Robert Rogers. Así pues, veamos de dónde surgieron estos aguerridos ciudadanos que tanto han dado que hablar a lo largo del tiempo.

Probo ciudadano recreacionista haciendo
de guardabosques. Estos sujetos se movían
por la espesura como Pedro por su casa
Empecemos por el nombre, ranger, un palabro bastante antiguo por cierto. Si miramos el diccionario, range tiene tropocientas acepciones de lo más dispar, pero originariamente era un término tomado del francés antiguo rengier que evolucionó como ranger en el francés medio. El uso medieval del palabro ranger en la abominable lengua de los anglosajones era el sujeto que llevaba a cabo un ranging, que en contexto con nos ocupa y dándole sentido en el egregio idioma español sería algo así como merodeador o persona que se dedica a recorrer una determinada distancia para vigilar. De hecho, ranger es una de las palabras con las que podemos designar en inglés a un guardabosques, que es precisamente la acepción más acertada para denominar a los primeros ciudadanos que fueron llamados de este modo. La primera vez que aparece por escrito el término ranger se remonta nada menos que a 1371 refiriéndose a los guardas que vigilaban cotos de caza regios en Inglaterra. Se menciona a un tal Henry Dolyng, ranger de New Forest, y a Thomas Croydon, de Waltham. La misión de estos sujetos era exactamente la misma que la de los modernos guardas forestales: vigilar e impedir que los furtivos se colaran en los cotos para hacerse con algún venado, jabalí o cualquier otra res para aumentar las aportación de proteínas en sus magras dietas a base de cebollas y pan. Bien, ya sabemos de dónde procede el término, que creo nos ayudará a entender mejor cómo y por qué fue usado por los colonos ingleses en el Nuevo Mundo.

Este tipo de asentamientos eran la presa ideal para los ciudadanos-nativos.
No dejaban bicho viviente tras saquear todo lo que podían y más
Cuando a principios del siglo XVII llegaron a la costa este y los probos nativos empezaron a mostrarse francamente enojados por la presencia de aquellos visitantes, los british (Dios maldiga a Nelson, que ya se me olvidaba) se dieron cuenta de que sus tácticas militares no valían un pimiento contra unos enemigos invisibles que jamás presentaban batalla en campo abierto. Las mínimas guarniciones armadas con picas y arcabuces eran presas fáciles de los indios, y acabaron teniendo claro que si salían de sus asentamientos defendidos por empalizadas podían liquidarlos uno a uno sin darse el gusto siquiera de poder ver quién puñetas le había disparado la flecha que se le acababa de clavar en la barriga. 

Jamestown
John Smith, el famoso aventurero que fundó el primer asentamiento inglés en el Nuevo Mundo, Jamestown, y hasta se trajinó a la Pocahontas, ya se dio cuenta de que lo iban a tener difícil para enfrentarse a los nativos hostiles cuando escribió que "...nunca luchan en campo abierto, pero siempre esperan la oportunidad de disparar contra sus enemigos ocultos entre la maleza o tras los árboles, y hasta que puedan disparar otra flecha hacen de los árboles su defensa". En resumen, una guerra de guerrillas como la que los gabachos (Dios maldiga al enano corso) padecieron en España, donde una partida de labriegos conocedores del terreno armados con navajas y trabucos hacían entrar en pánico a una columna entera porque la sola perspectiva de caer vivos en manos de españoles cabreados les provocaba crisis de ansiedad.

Fotograma de la cinta "El Nuevo Mundo" (2005), en el que aparece John
Smith manteniendo un encendido cambio de impresiones con un nativo.
Su armadura de placas no servía de gran cosa en un clima donde el
combatiente se cocía en su propio jugo, como bien aprendieron los españoles
Así pues, decidieron que lo más sensato era adoptar tácticas similares a las de los nativos porque sus picas, sus arcabuces, sus coseletes y su disciplina no valían una higa en aquel nuevo paraíso. Para mantener a raya a los indios eran imperioso hacer ranging, o sea, distanciarse de los asentamientos y emboscarlos antes de que tuvieran oportunidad de caer sobre los colonos para dejarlos sin cuero cabelludo y meter fuego a sus casas, graneros y demás instalaciones que con tanto esfuerzo habían edificado. El primero en llevar a cabo este tipo de operación de guerra preventiva fue precisamente John Smith que en 1622 narró como se pateó el territorio de Nueva Inglaterra con solo ocho hombres, manteniendo mogollón de escaramuzas con los indios sin sufrir ninguna baja. Los resultados de esta nueva táctica dejó claro a los colonos que, si no se querían ver con un corte de pelo radical y vivir razonablemente tranquilos, tenían que recurrir a contratar hombres adecuados para hacer frente a los indios. Hombres duros, curtidos, capaces de sobrevivir durante días o semanas bajo las condiciones climatológicas más extremas, porque los indios no sabían eso de que en invierno no tocaba matar gente y que había que esperar hasta la primavera; y, demás, ser buenos luchadores, ex-soldados que habían emigrado a América en busca de fortuna. Estos grupos de hombres se dedicarían a hacer ranging para mantener alejados a los nativos, así que fueron llamados rangers.

Tropas puritanas en Plymouth. Al igual que en Jamestown, el armamento
y las tácticas europeas no les sirvieron de nada en el Nuevo Mundo
El primero del que se tiene noticia fue Edward Backler, que en 1634 fue contratado para liderar un grupo de rangers por los colonos de Kent Island, una plantación ubicada en Virginia al norte de la bahía de Chesapeake, en lo que actualmente es el estado de Maryland. Pronto le siguieron otras colonias, que tenían sus propios rangers para merodear por la comarca y alejar o, si tenían ocasión, eliminar a los indios que siempre estaban al acecho. En 1670 las colonias del norte tuvieron que recurrir a estos grupos de hostigadores porque, además de los indios, tenían sobre ellos la amenaza latente de la proximidad de los gabachos establecidos en el Canadá. En 1670, los colonos de Plymouth formaron una unidad de rangers al mando de un tal Thomas Willet a pesar de que tras su fundación- fue el segundo asentamiento en América en 1620 tras Jamestown- pudieron establecer relaciones amistosas con los wampanoag, una tribu local.

Metacomet, o rey Philip para los
colonos
Las buenas relaciones con los wampanoag y su jefe tribal, Metacomet, duraron el tiempo que los ingleses tomaron la buena voluntad de los nativos como signo de debilidad y empezar a tomarles por el pito de un sereno para ocupar más tierras. Esto dio lugar a un largo y sangriento enfrentamiento entre los años 1675 y 1678 que se conoció como Guerra del Rey Felipe, nombre cristiano que los british dieron a Metacomet. Lo de darle el título de rey era al parecer una costumbre de los british para designar a los jefes tribales. Los colonos recurrieron a partidas de rangers que, con la ayuda de tribus amigas como los mohawk y los mohegan, lograron derrotar a los wampanoag que amenazaban los asentamientos de Plymouth y Massachusetts, un vasto territorio que actualmente comprende los estados de Maine, Rhode Island, Massachusetts y Connecticut. Uno de los líderes de estos grupos de rangers fue Benjamin Church, que fue el primero en reclutar indios amigos para sumarlos a sus rangers y que, por razones obvias, eran hombres sumamente eficaces para el tipo de guerra que se desarrollaba por aquellos lares.

Benjamin Church (c.1639-1717)
Church era un criollo nacido en Plymouth hacia 1639, y está considerado como uno de los padres de los rangers actuales por haber sido el primero en establecer una serie de métodos de combate y plasmarlos por escrito. Supo llevar a cabo una inteligente combinación de las tácticas de lucha de los nativos con el armamento europeo, donde obviamente tenían ventaja contra unos enemigos que seguían usando armas del paleolítico. Pero lo más importante era que aprendió a guiar a su gente como si fuera un auténtico guerrero indio basándose en lo que había aprendido de ellos, como por ejemplo no usar nunca la misma ruta para hacer el mismo recorrido, emboscar al enemigo y dispersarse para no darles opción a perseguirlos o atacar de noche para hacer prisioneros e interrogarlos para obtener información sobre los movimientos de sus compañeros. Y a pesar de su aparente falta de jerarquía o de fuerza poco disciplinada, nada más lejos de la realidad porque Church mantenía entre sus hombres un rigor cuartelero y les había infundido un gran espíritu de sacrificio para poder soportar las duras condiciones de vida que debían arrostrar constantemente. Además, tuvo la sensatez de hacer tratar a los indios amigos que les acompañaban como camaradas, dejando de lado la típica arrogancia europea hacia los que consideraban razas inferiores. 

Ranger de Church tras dar caza a un indio hostil
Sin embargo, durante la Guerra del Rey Felipe, Church se obsesionó de tal forma con la captura de Metacomet que sus métodos con los presos nativos llegaron a ser inhumanos, recurriendo a brutales interrogatorios que pusieron en entredicho su liderazgo. De hecho, tras la guerra aún prosiguió con sus razzias contra tribus enemigas, especialmente contra la colonia de Arcadia, en territorio francés del Canadá, donde se despachaba a gusto con los nativos y sus poblados hasta que, finalmente, los mandamases de la colonia de Plymouth, de quién dependía, le exigieron garantías sobre la seguridad y la integridad física de los indios que apresaba. Tras retirarse en 1704 con el grado de coronel escribió sus memorias que tituló "Entertaining Passages  Relating to Philip's War" (Textos Entretenidos Relativos a la Guerra de Felipe), que en realidad eran un compendio de sus notas acerca de sus movidas con Metacomet pero que fueron considerados como el primer manual militar de América. Fueron publicadas en 1716. Por cierto que Church no dudó en pasar de sus propios preceptos cuando se le empezaron a cruzar los cables, concretamente el nº 4 que recomendaba no causar daños o perjuicios inútilmente, de lo que hizo caso omiso cuando se vanagloriaba de no haber dejado en pie más que cinco casas en Arcadia en su postrera incursión a aquel territorio.

Tropas inglesas en las colonias
La llegada del nuevo siglo no implicó en modo alguno el establecimiento de la paz, sino todo lo contrario. Durante la primera mitad del siglo XVIII, las colonias del norte se vieron obligadas a mantener sus partidas de rangers para salvaguardar sus fronteras que, además del hostigamiento por parte de los nativos, también se veían amenazadas por los gabachos del Canadá. De hecho, todo lo que ocurría en Europa se veía trasladado al Nuevo Mundo, empezando por la Guerra de Sucesión española en la que Francia y España lucharon aliadas contra los british, partidarios del pretendiente de la Casa de Habsburgo. Esto los mantuvo entretenidos entre 1702 y 1713. Posteriormente, la Guerra de los Siete Años (1756-1763) también tuvo su eco americano con las Guerras Franco-Indias (1754-1763), y en esta ocasión los mandamases british llegados con contingentes de tropas a las colonias vieron claramente que eso de poner cuadros de infantería a pegarse tiros unos a otros no traía cuenta en un terreno cuasi selvático y contra un enemigo, Francia en este caso, que contaba con el apoyo de tribus aliadas.

Retrato hipotético de Robert Rogers (1731-1795)
La primera compañía de rangers formada oficialmente por el ejército británico se creó el 23 de marzo de 1756. Estaba compuesta por 50 hombres, tres sargentos, un abanderado, un teniente y un capitán. Sus miembros fueron cuidadosamente seleccionados entre los más fuertes y curtidos, experimentados en la caza y en moverse por el territorio en cualquier época del año. Y en esta ocasión ya no estaban bajo las órdenes de los colonos que los contrataban, sino sujetos a la disciplina del ejército británico y a su Código de Justicia Militar. Su misión eran ante todo infiltrarse en territorio enemigo para hostigarlo sin descanso, destruir almacenes, atacar columnas de aprovisionamiento, etc. y, naturalmente, también a las tribus aliadas del francés. Al mando de la compañía se puso a un personaje de lo más controvertido, Robert Rogers. Tenía todas las "virtudes" para convertirse en un personaje legendario: infiel, hembrero, dado a toda clase de vicios, estafador, falsificador, jugador, bebedor, apresado y asesinado tropocientas veces por los enemigos, acabó convirtiéndose en el típico mito de los más afamados hombres de frontera. Sin embargo, lo incuestion era su eficacia contra los gabachos, que no tuvieron más opción que preparar unidades contra-rangers que, acompañadas por indios amigos, intentaban dar caza a los Rogers Rangers, como bautizaron a su unidad en su honor, de la misma forma que los rangers en Vietnam llevaban a cabo operaciones LRRP contra el Viet Cong.

Rangers de Rogers haciendo de las suyas en territorio enemigo
El buen resultado de la compañía de Rogers hizo que se formaran diez compañías más para combatir a los gabachos siguiendo siempre la misma táctica que tan buenos resultados les daban: emboscadas e incursiones en terrenos ventajosos, dispersión y reunión en puntos previamente establecidos en caso de verse superados e infiltración en el territorio enemigo que a veces alcanzaban varios cientos de kilómetros, donde menos podían imaginar ver aparecer a una partida de energúmenos deseosos de sembrar muerte y destrucción + IVA. Porque de la misma forma que Church optó por imponer una disciplina adecuada, Rogers, fiel a su carácter, era totalmente contrario a ella, y tanto sus mandos como sus tropas y él mismo no eran precisamente proclives a observar las normas y usos de la guerra. Un tipo de guerra nada ortodoxa requería hombres totalmente heterodoxos, cuando no faltos totalmente de escrúpulos. 

Rangers tras un enfrentamiento con gabachos e indios aliados. Al que está
tumbado le están pelando el cráneo
Los british estaban tan contentitos con el rendimiento de sus rangers que el 14 de septiembre de 1757 autorizaron la formación de la "Ranging School" propuesta por Rogers para adiestrar a los cadetes en las técnicas de combate desarrolladas por su controvertido creador, que redactó un decálogo de 28 reglas tácticas básicas que se debían seguir a rajatabla: las "Rogers Rules of Discipline" (Reglas de Disciplina de Rogers), que aún siguen vigentes en forma abreviada entre los rangers actuales. Ojo, estas normas no deben confundirse con las "Standing Orders" (Órdenes Permanentes), otro decálogo de solo 19 breves normas que, al parecer, son fruto de la ficción, concretamente reflejados en la novela de Kenneth Roberts mencionada anteriormente. No obstante y a pesar de su origen espurio figuran en el manual actual de esta unidad. 

Bien, así es como nacieron los rangers, como unos meros grupos de merodeadores cuya misión no era otra que repeler las agresiones de los nativos hostiles. Está de más decir que se mantuvieron operativos durante la Guerra de la Independencia, pero eso ya lo contaremos otro día. Hoy tocaba solo hablar de cómo surgieron y sus primeros pasos por este latente mundo. Por cierto, no deben confundir estos rangers con los Rangers de Texas, una fuerza policial creada en 1823 para proteger a los colonos llegados a dicho estado cuando se lo apropiaron a los mejicanos y de quienes también daremos cumplida cuenta en su momento.

Bueno, por hoy s'acabó lo que se daba.

Hale, he dicho

Rangers de New Hampshire durante un descanso. Como vemos, ni el más crudo invierno detenía a estos correosos
merodeadores, que aprovechaban incluso el mal tiempo para hostigar a las tribus hostiles. Eran hombres habituados
a moverse sin descanso sin importarles el hambre, la sed o el cansancio

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