Los que me leen desde España ya habrán visto cienes de veces este titular:
No creo que haga falta entrar en detalles, porque la prensa e, imagino, la caja tonta, habrán dado cuenta del luctuoso suceso hasta la saciedad. Ese fulano, por nombre Fernando González de Castejón y Jordán de Urríes, IX marqués de Perijá y XVI conde de Atares, en un avenate homicida le endilgó un tiro a la consorte y, de paso, a una amiga que estaba en el lugar y la hora equivocados. Tras el doble asesinato tuvo al menos la gentileza de ahorrarnos a los paganos las costas del proceso y mantenerlo la torta de años en el trullo a costa del estado, pegándose un tiro y auto-ajusticiándose. El cabrito ese, al parecer, era la oveja negra del clan. Un vivales con la sesera a falta de un hervor y, en resumen, un prenda de cuidado.
Bien, un hideputa menos en el mundo al que no echarán de menos ni sus cuñados. Sin embargo, no ha habido un solo titular en el que se le haya citado por su nombre. Siempre han hecho referencia al "conde asesino" o el "aristócrata asesino", como si el hecho de ser un mal bicho fuese inherente a la nobleza. No han puesto "el asesino de la calle Serrano", que habría bastado para identificarlo porque en la calle Serrano no se cometen asesinatos a diario, sino que se ha insistido constantemente en su condición de aristócrata.
Pero, ¿se imaginan si aparece este titular?
Se lía parda. Bueno, no creo que haya un solo periodista que se hubiese atrevido pero, de haberlo, en medio nanosegundo los ciudadanos de etnia gitana, antes gitanos a secas, habrían clamado al cielo, acusando al autor del titular de racista, fascista, xenófobo y todos los "fobos" que tengan a mano tanto en cuanto equipara de alguna forma su raza, etnia o cómo carajo quieran llamarla con la condición de asesino. Todos los gitanos y, por supuesto, la progresía sectaria hispana, habrían salido en tromba pidiendo dimisiones, lapidaciones y crucifixiones, porque eso de resaltar que el asesino era gitano está muy feo. El fulano era un machista maltratador y punto. No hace falta entrar en detalles sobre sus genes.
¿Y qué me dicen de este?
Pues la reacción habría sido la misma. Los probos subsaharianos, antes negros a secas, con o sin papeles, habrían puesto el grito en el cielo, coreados una vez más por la progresía casposa que exigiría de inmediato el despido del periodista que ha tenido la osadía de señalar que el criminal pertenecía a esa raza. ¿Se han dado cuenta que cuando un crimen pasional lo protagoniza un español no hay problema con mencionar su origen y, por supuesto, su nombre y apellidos, pero cuando procede de Sudamérica, Rumanía, Marruecos o cualquier otro país solo ponen sus iniciales para no marcar al resto de sus paisanos con el estigma del crimen?
Uno más...
Sobran los comentarios, ¿no? Si aparece este titular, a estas horas los bomberos aún estarían apagando contenedores de basura y los empleados municipales limpiando las toneladas de porquería que los jóvenes progresistas, el futuro de la nación, habrían desparramado por todas las capitales de España. Dirán que un asesino es un asesino, y en este caso era además un hombre maltratador y violento perteneciente a esa apolillada élite decadente y parasitaria que es la nobleza, residuo de explotadores, de fornicadores patológicos, último bastión de vagos CVM LAVDE y, naturalmente, machistas contumaces porque la arrogancia propia de los de su clase los convierte en asesinos en potencia. En resumen, lo relevante no parece haber sido que un tal Fernando González de Castejón se haya cargado a su mujer y a una amiga de la familia, sino que el asesino- su nombre es lo de menos- era un conde, un aristócrata.
Pero la cosa no queda ahí. Pretender asimilar a la aristocracia con crímenes pasionales no era bastante al parecer, así que había que resaltar otras "cualidades" del asesino. Vean unos fotogramas de un vídeo publicado en el diario "El Mundo" acerca del suceso.
Y yo me pregunto, ¿se habría dado relevancia a las fotos en este hipotético caso que vemos a continuación?
Juraría por mis muelas del juicio que no, y más si consideramos que la progresía vetusta y apolillada venera a esos dos sátrapas, imagino que porque no se ven obligados a vivir bajo su yugo y porque cuando van de visita a Cuba o Venezuela los tratan a cuerpo de rey. Bueno, de presidente de república, que esos no son monárquicos aunque les mola bastante vivir como monarcas.
Este es el siguiente fotograma del mismo vídeo:
Obviamente, un fulano que tiene "una cruz militar" (imagino que la Cruz de Hierro, digo yo...) con una esvástica debe ser al menos primo lejano del ciudadano Adolf, ergo un genocida en potencia. Es un detalle muy importante lo de la "cruz militar". Por cierto, si registran la vivienda de un aficionado al coleccionismo o a las cuestiones de militaria, encontrarán quincallería de tiempos de los nazis como para ponerlo en cuarentena cuarenta siglos.
Pero me pregunto si habrían permitido publicar este otro comentario:
Juraría que nones. Total, el puño, la rosa, la hoz y el martillo no tienen relación alguna con los desórdenes mentales del asesino, así que no ha lugar a mencionar ese detalle ya que los probos ciudadanos que también tienen en casa puños, rosas, hoces y martillos podrían ser señalados como potenciales maltratadores y homicidas.
Uno más. En el fotograma previo a este que verán abajo se hacía saber que el asesino no trabajaba, lo cuál no veo qué tiene de particular tanto en cuanto los políticos no saben lo que es doblarla a pesar de sus suntuarios suelzados, momios y prebendas. Así mismo, es de todos sabido que la Arcadia de cualquier español es que le toque la Primitiva, pero no para crear una empresa o ampliar la que ya tiene, sino para mandar al carajo a todo el mundo, largarse a algún paraíso fiscal y no dar golpe durante el resto de su vida. Bien, así pues, tras advertir que el asesino no trabajaba, nos explican los motivos de su incuria y su vagancia:
Conformes con que el fulano ese era un criminal desalmado pero, ¿desde cuándo es malo ganar pasta de los beneficios de una empresa creada por uno mismo? Si puso al frente a empleados cualificados y solo tenía que ir una vez al mes a echar unas firmas, pues ya quisieran muchos poder hacer lo mismo. Pero lo más chirriante es lo de las herencias. ¿También es malo heredar un pastizal tan cuantioso que te libere de la carga del trabajo, del estrés, de levantarte a las 6 de la mañana, de soportar colas en el transporte público o atascos en hora punta, de los berrinches, de aguantar broncas de jefes psicópatas, etc., y todo para que al cabo de tropocientos años te quede una pensión de mierda que ni siquiera habrás podido mejorar con planes de pensiones privados porque te habrán expoliado a fondo a base de impuestos?
Obviamente, este otro comentario habría sido censurado sí o sí:
Por no hablar de este otro...
En fin, creo que con estas muestras es suficiente para ver con claridad el motivo del título de este articulillo. Está de más decir que nadie pretende justificar ni aminorar la responsabilidad del asesino. De hecho, si de mí dependiera y no se hubiese aplicado justicia a sí mismo, ese fulano no veía más la luz del sol o, mejor aún, iría derecho al palo, que es donde deben acabar todos los que perpetran crímenes de ese tipo, ya sea contra sus parientas, sus parientes, sus hijos, sus vecinos y... bueno, lo de los cuñados habría que analizarlo con más detenimiento.
Lo que me chirría como portón de castillo mohoso es la continua machaconería resaltando su clase social, estigmatizando así a muchas personas decentes y trabajadoras e incluso políticos incluyendo algún socialista (José Barrionuevo, el polémico ministro del Interior con Felipe González, fue II vizconde de Barrionuevo), que pertenecen a la aristocracia. El asesino era Fernando González de Castejón y punto. Ser conde, arquitecto, ingeniero de caminos, informático, barrendero o sexador de huevos es lo de menos. Del mismo modo, si hay gente que tiene en casa una foto del Ché Guevara, un psicópata de manual, ¿por qué no puede tenerla del ciudadano Adolf? Puestos a tener fotos de psicópatas, podemos tener una foto del enano corso (Dios lo maldiga), de Leopoldo II de Bélgica, de Pol-Pot, del padrecito Iósif, de Idi Amín, de Pedro I, de Gadafi, de Fidel Castro, de Pinochet, etc. Si algo han sobrado en el planeta son cabrones con poder.
Otrosí, me irrita sobremanera que si alguien pone en su casa- donde cada cual puede poner lo que le salga del níspero- una foto de Franco, automáticamente sea señalado como un peligro público. Pero si pone una de Lenin o del padrecito Iósif pasa a ser considerado un probo progresista, que no sé por qué se consideran como tales porque, cada vez que gobiernan, en vez de progresar se atrasa varias décadas.
Vivimos en una época tenebrosa en la que las distintas varas de medir se emplean a diario contra todo aquel que es considerado como ajeno al pensamiento único y contraviene los mantras de la nueva inquisición que nos pretende imponer cómo hablar, qué comer, qué beber, cómo viajar y hasta cómo fornicar. Una sociedad decadente y podrida hasta la médula que exige un permiso paterno para ir a ver un museo con la clase, pero permite abortar sin que se entere ni el tato. Una sociedad clientelar en la que ya no prima el mérito y el esfuerzo, sino el sexo al que pertenece cada cual. Una sociedad en la que priman los prejuicios y los estereotipos más abyectos. En fin, una mierda de sociedad. Luego me miran como un bicho raro porque me niego obstinadamente a salir de mi burbuja, qué carajo...
Bueno, no quería dejar enfriar este tema del que en una semana ya nadie hablará, pero que es un preclaro ejemplo de las varas de medir que usan a diario para separar lo que se considera bueno de lo malo solo por ser de una clase social, una profesión o un sexo determinado.
Hale, he dicho
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