Las lenguas son algo vivo. Tan vivo que la gente no solo no para de hablar, sino incluso de modificar, crear o variar significados. Debido a ello, hoy usamos palabras que hace apenas 20 años no existían, o les hemos dado un significado totalmente diferente al original por diversas causas. Hace cuatro siglos, si uno se cabreaba con el cuñado paliza, le decía en su jeta que era un perro malsín y un desocupado. Si usamos hoy dichos términos, nos mirará apenado diciendo que, ciertamente, está en el paro y que su perro mastín la diñó atropellado por un tractor. O sea, no se enterará de que estamos de él hasta la coronilla. Para ello deberemos decirle con firmeza y denuedo que es un gorrón y un gilipollas, con lo cual es posible que deje de dirigirnos la palabra en buena hora.
Así pues, veremos en esta entrada algunos de esos palabros cuyo significado ya no son los que eran, así como algunas etimologías que, además de curiosas, nos revelarán cosas que desconocíamos. Vamos a ello...
Durad Brankovic, déspota de Serbia |
Déspota: Hoy día consideramos que un déspota es un sujeto malvado, tiránico, falto de escrúpulos y que abusa de su poder en el trabajo, la familia y hasta en el bar. Sin embargo, los déspotas originales no eran nada de eso. Era un simple título honorífico usado por los bizantinos para distinguir a determinados miembros de la familia imperial. A partir del siglo XIII, diversos territorios del cuasi extinto imperio de Oriente fueron divididos en despotados cuyos gobernantes, los déspotas, eran nombrados por el emperador.
Sátrapas persas |
Sátrapa: "Vive como un sátrapa" solemos decir cuando nos referimos a alguien que vive rodeado de lujos sin cuento. Sin embargo, los sátrapas, al igual que los déspotas, eran los gobernadores de las satrapías, divisiones territoriales del imperio persa desde tiempos anteriores a la conquista del macedonio Alejandro, el cual repartió dichas satrapías entre sus diádocos. Cabe suponer que el símil proviene de dar por sentado que los persas vivían, como se suele decir también, rodeados de un lujo asiático.
El dictador Lucio Cornelio Sila |
Dictador: Actualmente, el término dictador tiene unas connotaciones bastante chungas y relacionadas con la represión, ruidos de sables y cosas así. Sin embargo, el cargo de dictador era otorgado por el Senado de Roma cuando consideraban que la República estaba en serio peligro y convenía que el mando lo detentara una sola persona. Recordemos que el gobierno en tiempos normales era encomendado a dos cónsules. Así pues, para que no hubiera diferencias de opinión, se optaba por conceder el mando supremo al que se consideraba más adecuado para sacar al personal las castañas del fuego. La duración de la dictadura no podía exceder de seis meses, si bien era habitual dimitir del cargo cuando el peligro quedaba conjurado aún cuando no se hubiera llegado al plazo.
Kaiser, Zar, Tsar, Czar: Como ya sabemos, es el término con que se designan a los emperadores en Alemania, Rusia, Bulgaria y demás países de Europa del Este. Seguramente, más de uno no ha caído en que dichos términos provienen del latín CÆSAR, o sea, césar.
Carta puebla |
Puebla: Los topónimos de muchas poblaciones hispanas comienzan por el término "puebla". Puebla del Río, Puebla de Cazalla, Puebla de los Infantes, Puebla de Sanabria, etc. Sepan que reciben ese nombre por haber sido fundados en base a una carta puebla otorgada por algún monarca o, a veces, una jerarquía eclesiástica. O sea, una autorización real para poblar una zona y para lo cual se concedía fuero propio y determinadas ventajas de tipo fiscal para incentivar la repoblación.
El reino de Granada en sus postrimerías |
De la Frontera: Morón de la Frontera, Jerez de la Frontera, Conil de la Frontera, Arcos de la Frontera... Pero más de uno se dirá: Sí, de la frontera, pero, ¿qué frontera? Obviamente, hoy día esas poblaciones no lindan con ninguna frontera. Pero en los siglos XIV y XV sí, con la frontera del reino nazarí de Granada. Curiosamente, cuando dicho reino desapareció se quedó la coletilla fronteriza en dichos topónimos.
Vista de Alcalá de Guadaíra |
Alcalá, Alcolea: Éstos términos provienen, como creo es evidente, del árabe. Y ambos están relacionados con fortificaciones: Alcalá viene de al-qal'a, que significa castillo en un lugar elevado. Alcolea, de al-qulay'a, castillo pequeño. O sea, que toda población cuyo nombre contenga una de estas dos palabras, ya sabe que en su día hubo un castillo en la misma aunque del mismo no quede ni el más mínimo rastro.
El procurador de Judea, al que indudablemente le cayó el mayor marronazo de la historia universal. |
Procurador: Hoy día, son unos sujetos que han estudiado derecho y sirven para que los pleitos nos salgan aún más caros. De hecho, es un oficio un tanto obsoleto y sin sentido en los tiempos que corren. Pero los procuradores actuales no tienen nada que ver con los originales, ya que procurador era el término usado en Roma para designar a los gobernadores de provincias a partir del siglo I d.C. Había otros tipos de procuradores de tipo administrativo en la metrópoli, pero el más significativo es el de gobernador de provincias. Gaio Poncio Pilato fue procurator de Judea, y no gobernator, como dicen en la peli esa de La Pasión, de Mel Gibson.
Un borde |
Borde: Solemos usar éste término para denominar a alguien especialmente antipático, estupidillo o, como decimos en mi tierra, malahe. Sin embargo, cuando decimos que Fulanito es un borde, en realidad estamos diciendo que es un hideputa. Borde es como denominaban antiguamente a los hijos de padre desconocido, habidos casi siempre con mujeres de mala vida. Por cierto que el término burdo, que usamos al referirnos a algo basto y mal terminado, tiene el mismo origen.
Y como colofón, una duda curiosa que siempre he tenido y tendré porque es imposible de corroborar. En la entrada de ayer comentaba que Yusuf es José en árabe. Si vemos cualquier escrito del siglo XIX para atrás, veremos que José se escribía Josef. Así pues, ¿no llamarían a los Pepes "Yosef" en esa época? Porque sería bastante absurdo poner una F que no se pronuncia, digo yo. Obviamente, no hay constancia fonética, o sea, ninguna grabación que me permita salir del brete, pero intuyo que podría ser así.
Bueno, que es viernes y me piro. Ahí queda eso, criaturas.
Hale, he dicho...
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