jueves, 18 de agosto de 2022

CAMBIO CLIMATICO


Acojona, ¿qué no? Pues esto es lo que según la secta del cambio climático nos espera a corto plazo


Al Gore, que tras su fracaso al intentar alcanzar la presidencia de los
estados yankees se dio cuenta de que instituirse en gurú climático le
era más rentable. Hasta le dieron el Nóbel de la Paz en 2007, lo que
pone en tela de juicio la categoría y la imparcialidad del premio

Como España arde por los cuatro costados, tengo la sesera cocida en su propio jugo por curpa de la joía caló y el sujeto ese que parasita en la Moncloa se pasea en helicópteros y aviones sin corbata mientras el personal entra en combustión espontánea, qué menos que hablar del cambio climático, mantra de la progresía que permite a mogollón de chupópteros como Al Gore ganar una fortuna por cada conferencia que pronuncia informándonos del inminente apocalipsis. Según él, al día de hoy ya deberíamos ver los polos derretidos y enormes superficies terrestres sumergidas por el ascenso del nivel del mar. También tenemos a la niña sueca que clama, protesta, patalea y mira ceñudamente a políticos timoratos, muy acojonados ante la perspectiva de verse señalados por la niña rarita, lo que podría suponerles una pérdida de votos de los adictos a la nueva religión. En este instante, los dedos de los miembros de la secta me señalarán furibundos, clamando por el enésimo desmán del Amo del Castillo, que se acaba de declarar negacionista. Pero no, pobres e ignaros zombis adoctrinados. Yo no niego el cambio climático. Más aún, estoy totalmente convencido de que el cambio climático se lleva produciendo desde hace miles y miles y miles de millones de años. O sea, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Zombis adoctrinados en plena movida. ¿De verdad creen que por
no ir a clase el 15 de marzo va a cambiar algo? Si eso es lo que da
de sí el raciocinio de estos panolis que dicen ser estudiantes,
estamos listos.

El problema es que, lo que en sí es un proceso natural en el planeta, se ha convertido en una excusa más para crear y mantener chiringuitos de progres que se niegan obstinadamente a ganarse la vida con un trabajo normal, y prefieren la acomodaticia vida del "activista", parásitos de nuevo cuño que se limitan a acudir a manifestaciones contra todo lo que se les ordene y a vivir de la mamandurria que obtienen del estado, o sea, de nuestros impuestos, para no dar un palo al agua. De hecho, la niña siniestra ha sido debidamente entrenada por sus padres para convertirla en un referente del cambio ese, actuando en organismos internacionales con una impostada furia y lloriqueando porque "le han arruinado la infancia", lo que dicho por alguien que vive en uno de los países con mejor nivel de vida del mundo suena a cachondeo. Que eso lo diga una mocita ucraniana o un chaval iraquí sería lógico, pero viniendo de una sueca, como que no. Más aún, según leí en la prensa hace tiempo, sus astutos progenitores ya están preparando a la hermana menor de la niña siniestra para convertirla en otro símbolo planetario, no recuerdo si del feminazismo o de la defensa de los animalitos. En todo caso, temas muy de moda con los que ganar pasta gansa cuando, en realidad, lo que deberían hacer es acudir al instituto y labrarse un futuro para cuando el momio se les termine.

Bien, la cuestión es que, a diario, la prensa nos planta ante nuestras pasmadas jetas noticias con tintes de lo más siniestro que no voy a repetir porque nos las sabemos de memoria. No voy a negar que, obviamente, la acción del hombre pueda influir en determinados factores climáticos, pero hay titulares que dan que pensar y, por otro lado, a lo largo del tiempo se han producido cambios mucho más radicales que los que vivimos actualmente, y en esa época lo único que podría contaminar serían las ventosidades del personal y la hoguera para asar el filete de mamut. Veamos...

Hipotético aspecto de la mitad norte de África hace unos diez mil
años, antes de que el eje de la Tierra se desplazara 0'6º y convirtiera
ese vergel lleno de junglas e inmensos lagos en un desierto

1. En no sé qué ciudad se ha registrado la temperatura más alta de los últimos 30 años. Si dejamos de lado el matiz alarmista, la noticia nos dice que hace 30 años ya se registró una temperatura similar, y hace 30 años aún no hablaba nadie del cambio climático. Por lo tanto, que esa temperatura se repita al cabo de tres décadas no creo que deba atemorizarnos hasta el extremo de plantearnos un suicidio en masa.

2. Las glaciaciones. Ha habido varias a lo largo del tiempo. La última terminó por lo visto hace 12.000 años. ¿Tuvo el hombre influencia en este cambio tan radical del clima? Obviamente no. De hecho, de las nueve glaciaciones registradas, el hombre como tal solo existía en la última. La culpa sería de los dinosaurios o qué sé yo...

3. Inundaciones terribles o sequías de lo más secas. Hace algún tiempo, el estrecho de Gibraltar no existía. Se podía cruzar de Tarifa a Ceuta dando un paseo, y el Mediterráneo era un mar interior. Un buen día, el nivel del mar subió y el estrecho quedó sepultado por las aguas para que los agarenos pudieran venir a España en pateras. ¿Influyó el hombre en esto? Creo que tampoco...

El Lago Ligustino, una enorme albufera que nos ponía a los
sebiyanos la playita a 15 km. de nada, en Coria del Río. No lo
desecó la bajada del nivel del agua, sino los sedimentos que
arrastraba el Guadalquivir

4. Ídem con el estrecho de Bering, a través del cual los asiáticos cruzaron a patita desde Siberia a Alaska para reciclarse en indios con todas sus variantes raciales o, como se dice ahora, étnicas. Y del mismo modo, las aguas subieron, inundaron el paso y Asia quedó separada de América.

5. El Gran Cañón del Colorado o, en España y en un nivel más modesto, el cañón del río Lobos, en Soria (por poner un ejemplo). Hace mogollón de años, ríos de proporciones monstruosas los recorrían. Ríos con un caudal de tal envergadura que el Amazonas parecería una meada de gato si los comparamos entre ellos. Un buen día, esos ríos fueron perdiendo caudal y ya no son ni un reflejo de lo que fueron. Ríos con cientos de metros de profundidad y ahora igual te llega el agua por la cintura y en verano se secan en algunos tramos. Tampoco creo que el hombre haya influido mucho en eso, la verdad...

6. ¿Pudo tener relación el hombre con la desaparición de las inmensas junglas que poblaban el norte de África y la Península Arábiga, donde se reciclaron en petróleo en cantidades masivas? No creo... De hecho, los "hombres" de aquella época aún serían amebas flotando en un océano lleno de bichos raritos. 

Distribución de los hielos durante la última glaciación. La isla mohosa
unida a la Península Escandinava, y Almería con la cosecha de tomates
arruinada por el frío. Chungo, ¿qué no?

7. A lo largo de la historia reciente se han constatado y ha quedado testimonio de sequías interminables, de heladas, de inundaciones... Hablamos de épocas en la que la capacidad contaminante del hombre era inexistente, porque lo único que quemaba era leña para cocinar y calentarse. Cualquier incendio provocado por un rayo destruía más masa forestal que la que en aquel tiempo destinaba el hombre como combustible, como material de construcción y como consecuencia de la tala para obtener superficies cultivables.

Bueno, grosso modo, lo expuesto es una ínfima muestra de cambios climáticos verdaderamente impactantes en los que la especie humana no ha intervenido en modo alguno. No vamos a entrar en qué los produjeron porque eso es irrelevante en este discurso. Ocurrió y punto, pero lo significativo es que los nocivos humanos no estuvieron en el ajo. Por lo tanto, ¿cómo es que todos los males que amenazan a la humanidad provienen de ese cambio climático con el que no paran de darnos la brasa? A mi entender está claro: los intereses de los que mueven los hilos y que han creado una industria que mueve cantidades ingentes de millones que, por supuesto, van a parar a sus bolsillos.

Esta inofensiva pegatina fue la culpable del aumento de la producción
de energía eléctrica a base se combustibles fósiles. El rechazo a una
energía segura y limpia dio paso a una energía cien millones de veces
más contaminante, insegura y peligrosa

Para ello, hace ya tiempo declararon la guerra abierta a la energía nuclear como fuente de energía. El famoso logo de "Nuclear no, gracias" con aquel sol sonriente se propaló por el planeta, y los timoratos gobernantes hicieron más caso a los ecolojetas que a los científicos que no estaban sobornados por estos fulanos misteriosos que nadie saben quiénes son pero que cortan el bacalao. Cuando se habla de energía nuclear, los "verdes" echan espumarajos poniendo como ejemplo lo de Chernóbil, sin pararse a pensar que aquello fue una cadena de errores humanos en una central nuclear cuyos acabados y protocolos estaban a años luz de las Occidentales. De hecho, los accidentes nucleares son ínfimos comparados con los producidos por energías de otro tipo, pero han conseguido que el término nuclear salga a relucir y, de inmediato, a todo el mundo se le ponga delante de los ojos el hongo de una explosión atómica. Por cierto que, a pesar de que en su día se dio por sentado que Chernóbil sería un páramo inhabitable durante los próximos siglos, resulta que la fauna y la flora de la zona han seguido adelante, y no se ven osos con dos cabezas ni jabalíes con seis patas paseando por allí.

Cascos- como se llamaba coloquialmente a los envases de cristal-
de gaseosa y de sifón. Se usaban cientos o miles de veces hasta que
se rompían. Ahora se reciclan cientos o miles de veces con el gasto
energético que ello supone

También nos empezaron a concienciar en que era absolutamente necesario reciclar para salvar a nuestro vapuleado planeta, por lo que surgieron mogollón de industrias dedicadas a reconvertir el vidrio en vidrio y el papel en papel. Sin embargo, parece ser que los que ya peinan canas no recuerdan, y los que peinan melenas ni siquiera han conocido, que antaño había de devolver los envases. Había que devolver la botella de leche, de zumo de cebada, de refresco, de gaseosa, de sifón, etc. o te la cobraban. ¿No es más fácil esterilizar el envase y reutilizarlo antes que reciclarlo, para lo cual hacen falta máquinas que gastan mogollón de energía eléctrica que, a su vez, se genera de forma mayoritaria mediante combustibles fósiles porque "nuclear no, gracias"? En cuanto a los metales, ¿alguien no recuerda desde su más tierna infancia el chatarrero del barrio o el menesteroso recorriendo las calles en busca de cacharros abandonados o tirados en la basura para venderlos al peso? El reciclado del metal es más antiguo que el hilo negro, criaturas. Hasta se reciclaban las espadas cuando se averiaban tras una batallita y el herrero la emprendía a martillazos para reconstruirla y, llegado el caso, darles incluso una forma distinta a la que tenía anteriormente. En resumen, en esto tampoco hay nada nuevo bajo el sol, por lo que me temo que el reciclado tal como se concibe actualmente es mucho más contaminante que antaño, cuando se reutilizaban las cosas. Eso sí, el reutilizado movía muchísima menos pasta, y la pasta es lo que cuenta. Y sino, que se lo digan a los papis de la niña siniestra, que deben tener ya una cuenta corriente de seis ceros como poco a costa de las pataletas públicas de la nena.

Todo, hasta las verduritas de los cansinos de los veganos, se sirve
plastificado en vez de recurrir al envoltorio de estraza de toda
la vida. Pero, claro, el papel de estraza acabaría con miles de km²
de bosques. O sea, mejor seguir plastificando.

También están en el punto de mira los plásticos, que por cierto también son reciclables, que yo sepa. Pero como vivimos en un mundo absurdo, pues te cobran entre 5 y 10 céntimos por la bolsa del supermercado para obligarte a llevar una de rafia que no es de usar y tirar. Sin embargo, ¿no han caído en la cuenta de que, salvo las tabletas de chocolate y las conservas, el resto de la compra está envasada en plástico? Los fiambres, los alimentos procesados, las pastas, los refrescos, los lácteos, los productos de limpieza e incluso los tomates que cogemos del lineal y que metemos en una bolsa de plástico en la que pegamos una etiqueta con el peso en vez de poner a un currante para pesarlos y cobrarlos aparte o algo por el estilo. Y ya puestos, incluso crearían un puesto de trabajo más, que falta hace. Me parece estupendo que se reduzcan los plásticos, pero a base de cobrar la bolsa del supermercado no creo que reduzcan un carajo porque todo, absolutamente todo se envasa en plástico además de los alimentos. Un puñetero pendrive está metido en un envase de plástico y cartón que igual vale más que el pen, que podrían venderlo suelto sin más. Pero, claro, para eso tendrían que prescindir de los cómodos lineales del "sírvase Vd. mismo" y poner un mostrador kilométrico con varios empleados atendiendo al personal, con lo cual habría que crear más puestos de trabajo que reducirían el porcentaje de parásitos que se agarran a la escasez de ofertas en el mercado laboral para apuntarse en cualquier chiringuito que luche por acabar con el plástico gracias al cual pueden vivir sin doblarla. Paradójico, pero inexorable.

En fin, la lista de chorradas contra las que se lucha para justificar los mantras pre-apocalípticos sería interminable y no estoy por la labor de extenderme más ya que, según he leído, hasta enviar un SMS afecta al jodido cambio climático, así que mandar varios bites más supongo que también y no quiero tener eso sobre mi atormentada conciencia. No sé, ni creo que nadie lo sepa, cuál es el nivel real de responsabilidad del hombre en el architrillado cambio, pero si sé, porque lo he vivido, cómo se manipula a la gente con pseudo-estudios científicos que justifican lo que quiera justificar el que los paga. Dos ejemplos de hace ya unas décadas:

1. Un "estudio" que aportaba pruebas contundentes afirmaba que el aceite de oliva y el cianuro eran de una toxicidad similar. El zumo de la aceituna que llevaba consumiéndose desde hacía siglos sin que, en apariencia, fuese precisamente nocivo, de la noche a la mañana se convirtió en lo más dañino, cancerígeno (ahora todo lo que no interesa que se venda es declarado cancerígeno), letal y asqueroso. Lo sano era el aceite de girasol o, para bolsillos menos pudientes, el de soja. ¿Quién pagó el "estudio  científico"? No creo que haga falta siquiera mencionarlo. Lo cierto es que, unos años después, el estigma fue borrado y se declaró el aceite de oliva como una fuente de salud, aliado incuestionable de la super sana dieta mediterránea en la que, ahora que caigo, abundan las frituras embadurnadas en esas harinas procedentes de cereales modificados genéticamente, por lo que también palmaremos de cáncer sí o sí.

2. Otro "estudio" absolutamente riguroso sentenció que el pescado azul era más mortífero que una mamba negra contagiada de difteria, así que el atún, la caballa, las sardinas, jureles y boquerones tan elogiados actualmente por la mil veces manida dieta mediterránea se pudrieron en las pescaderías. Todos los borregos se abalanzaron balando histéricamente hacia las pijotas, las bacaladillas y la merluza. Ya pueden imaginar cómo acabó esta historia. Sí, igual que la del aceite. Cuando el fulano que pagaba a los expertos y cualificados "científicos" cerró la cartera, el pescado azul que también llevábamos siglos y siglos consumiendo retornó victorioso a las pescaderías, e incluso lo que antaño era el pescado de los pobres porque las sardinas, los jureles y las caballas estaban tirados de precio, ahora están más caros que la refinada y señorial merluza. Merluza de criadero, por cierto, alimentada con piensos cuyo origen me niego a conocer porque me gusta la merluza frita y no quiero aborrecerla para siempre. Además, todos vamos a palmar en breve, así que me da lo mismo.

La niña siniestra en plena bronca. Esta criatura, que debería estar
recibiendo tratamiento médico y dejar de faltar a clase, no es más
que un juguete a punto de romperse perversamente utilizado por
unos padres desaprensivos y los que pagan sus movidas

En fin, no voy a negar que el hombre del siglo XXI contamina una burrada, que muchos ríos se están yendo al carajo por culpa de vertidos incontrolados (¿y por qué no los controlan más?), que el aire en muchas ciudades es irrespirable y que los cuñados están todo el día dando la brasa con la misma monserga, pero también estoy convencido de que, tras toda la tramoya organizada tras el cambio climático, hay intereses que mueven cientos de miles de millones, y que todos estos gurús que nos machacan a diario advirtiéndonos de la irreversibilidad de dicho cambio está al caer (llevan más de 20 años repitiéndolo, pero por lo visto el cambio no se acaba de decidir a llegar) no son más que títeres manejados por los que mueven los hilos del mundo. Todo forma parte de un plan que va mucho más allá de gastar menos carbón y menos plástico, y todo es un teatrillo barato que no entiendo como gente con un nivel intelectual medianamente razonable no lo captan. Recuerden la heroica travesía de la niña rarita para ir a abroncar a los parásitos de la ONU, que hablan mucho pero cuyas resoluciones se pasan todos por el forro. De avión nada. En barco y, por supuesto, velero, que es más ecolojeta y no contamina. Un velero super ecolojeta que, por cierto, carecía de cocina, ducha y calefacción, así que la niña rarita llegaría a Nueva York tras 21 días de travesía harta de latas de fabada fría, oliendo a zorruno y llena de sabañones.

El regreso tras su periplo americano- que obviamente no llevó a cabo a lomos de cualquier acémila porque eso sería maltrato animal- lo realizó en otro barquito, un catamarán propiedad de una pareja de australianos que vive del cuento- léase "influencers", o sea, famosetes-, lo cual no dejo de reconocer que tiene su mérito. Siempre es más agradable ganar pasta contando chorradas náuticas en Youtube y vendiendo tus pijaditas del "merchandeisin" derivado de tus actividades lúdicas que asfaltando carreteras en la N-IV a la altura de Écija a mediados de julio. Aunque no he buscado datos sobre el barco, imagino que este sí tendrá ducha y cocina tanto en cuanto la parejita vive en él todo el año, y no creo que lo pasen a base de latas de fabada fría y limpiándose los bajos con toallitas húmedas. Toallitas biodegradables, naturalmente.

En los extremos, la pareja de famosetes que vieron una oportunidad
de oro para aumentar el número de "fologüers" en su canal de
Youtube monetizado y que por 10 dólares te mandan una postal para
que la enmarques y presumas delante de tus amiguitos del Tuiter, Feisbú,
 Instagram o el Tictoc ese. En el centro, la niña eternamente cabreada
con una cuñada que no sé quién carajo es.

Pero lo relevante de ambas travesías es lo que no se vio en las noticias, y eran los medios desplegados- tanto navales como aéreos y contaminando una burrada- para escoltar a la niña rarita no se fuese a hundir el barco o a pillarles una tempestad y se ahogara, lo que conllevaría una avalancha de suicidios masivos por parte de sus fervorosos seguidores. Tampoco sabemos a cuánto ascendieron los honorarios de la niña que, siendo menor de edad en aquel momento, ya se encargarían sus papis de trincar e ingresar en su cuenta corriente. Hace ya tres o cuatro años de esa pantomima. El apocalipsis sigue sin llegar, los polos aún no se han derretido, la sequía que padecemos es la enésima que padece el mundo, el parásito de la Moncloa sigue concienciándonos a todos de que usar corbata en verano es una gilipollez, lo que es de todos sabido desde que se inventaron las corbatas, y que sus garbeos en Falcon obedecen a meras cuestiones de seguridad aunque gasten miles de litros de queroseno. Y la niña rarita ya no es noticia. Ya apenas se la menciona sin que sus pataletas y sus broncas hayan servido para otras cosa que crear miles y miles de memes mientras un ejército de parásitos y vividores de la política vertían lágrimas de cocodrilo que se secaron en el instante en que la niña se largó en barco con viento fresco- nunca mejor dicho- y ellos volvieron a su día a día a base de coches oficiales, aviones privados, comilonas suntuarias, sueldazos y dietas astronómicos y una total y absoluta carencia de soluciones para nada que no sea mantener sus indignos culos en sus indignas poltronas.

Bueno, vale por hoy. Que el cambio climático les sea leve, amén. 

Hale, he dicho

Ya saben, si no quieren verse engullidos por tormentas de arena, por olas monstruosas, calcinados por el sol o ahogados por las trombas de agua, coman menos carnaca y más grillos, como recomienda nuestro insigne ministrillo de nosequé gilipollez, no pongan los huevos en la puerta de la nevera, no usen corbata y pongan el aire acondicionado a la misma temperatura que hace en la calle. Todo sea por salvar el planeta, qué carajo. Ah, y no olviden usar el lenguaje inclusivo, inclusiva, inclusive, inclusivi e inclusivu.


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