jueves, 12 de enero de 2012

Restauración Vs. Perpetración. Castillo de Arnóia






Este pequeño castillo de una virguería románica que, en su día, fue cabeza de la Tierra de Basto, en el distrito de Braga. Aún no se le ha dedicado una entrada en lo referente a su historia y tal, de modo que antes de eso prefiero tocar lo que atañe al proceso de restauración que se llevó a cabo en el mismo en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo.

De su historia, como digo, ya hablaremos otro día. Pero, como anticipo, no quiero dejar de comentar que el origen de esta fortificación se remonta a finales del siglo X. O sea, tiene sobre sus añejas piedras la friolera de 10 siglos. 1.000 años. 12.000 meses. 365.000 días, que se dice pronto. Para que luego venga el "experto" de turno a llenarlo de puertas de cristal, cartelitos chorras y te ponga luces de neón en la torre. ¿Cómo se puede tener la sangre fría de cometer semejantes perpetraciones, amparados en las conocidas milongas de "fundir espacios" o "combinar lo antiguo con lo moderno"? Afortunadamente, esta pequeña joya salió bien parada de las garras de los diletantes que se arrogan el Conocimiento Supremo de la Verdad Definitiva. O sea, los conocidos..."expertos". Bueno, al grano, que me se me calienta la boca y me conozco...

Como decía, no fue hasta los comienzos de la década de los 60 cuando se acometieron las primeras obras para enmendar en ruinoso estado del castillo el cual, ya en el siglo XVIII, estaba en muy mal estado según rezaba en las Memorias Parroquiales de la comarca, llegando al siglo XX con sus murallas y su torre del homenaje en un preocupante estado de degradación. La primera fase, comenzada en 1961, consistió en consolidar y reparar la torre. Dos años más tarde se retomaron las obras para dejar concluida su restauración.

En la foto inferior, a la izquierda, podemos ver el estado en que estaba dicha torre en 1963, en plena obra. Como se ve, sus muros estaban medio derruídos y sus entresuelos, como cabe suponer ya que eran originariamente de madera, desaparecidos vete a saber cuando. A la derecha podemos verla en su estado actual, con su parapeto y el almenado repuesto con la misma morfología que los restos que aún perduraban. Pregunto: ¿Es eso "engañar" a la historia? ¿No sería peor ponerle una barandilla de acero inoxidable para que todos tengamos muy clarito que el parapeto original se fue al garete hace décadas o siglos?¿Y si mañana se derrumba la escalera principal del Palacio de Oriente en Madrid y ponemos una escalera mecánica porque si la reconstruimos estaríamos engañando a la historia?

La única licencia que se permitieron en este caso fue la instalación de una escalera metálica para acceder a la torre, ya que originariamente carecía del típico patín de obra y era de madera. En esa zona, muy húmeda y donde caen unas nevadas de aúpa, habría que reponerla cada dos por tres.




Prosigamos... Ahí abajo tenemos el interior de la torre, más hueco que la bóveda craneana de algunos "expertos". A la derecha vemos el resultado de la restauración comenzada en 1972, reponiendo los entresuelos de madera y, en la parte superior, el maderamen del tejado a cuatro aguas que cierra la torre. La ventana que aparece a la izquierda en ambas fotos es la misma. En este caso, afortunadamente, no tuve que ver, como me ha pasado en más de una ocasión, como los entresuelos han sido fabricados con vigas de hormigón y bovedillas de esas de hormigón pretensado para, culminando la infamia, poner luego encima solería de gres.





Y, rematando las obras de la torre, abajo a la izquierda podemos ver el estado en que se encontraban los escasos merlones supervivientes. A la derecha, los que se repusieron, respetando cuidadosamente la morfología original de los mismos.




Para concluir lo referente a la restauración de la torre del homenaje, abajo a la izquierda tenemos el aspecto de su puerta de acceso en 1963. Aparte de faltarle parte de la sillería, la tierra y los escombros se habían acumulado, cegando casi por completo el subsuelo de la misma el cual, tras las obras, quedó como vemos en la foto de la derecha, con su entresuelo de madera, la sillería perdida respuesta y una puerta de madera anclada en las ranguas originales que, aunque pintada de verde, siempre queda más convincente que una de cristal, digo yo...¿O no?





Posteriormente, en 1972 y 1977, se llevaron a cabo nuevas campañas para restaurar y consolidar las murallas, las cuales permanecen aún desmochadas. El aljibe que se encuentra en el patio de armas fue cubierto por una reja metálica para que nadie se descalabre (se puede ver en la panorámica inicial de la torre), así que solo resta que, algún día, se animen y completen la rehabilitación, restaurando el perdido parapeto de la muralla. Sería lo único que le falta para devolver el castillo a su aspecto original.

Hale, he dicho...

Nota: Todas las fotos en blanco y negro pertenecen a la base de datos del SIPA, de las que se puede hacer uso siempre y cuando no sea con fines comerciales. Las fotos en color son propiedad del autor, y tienen todos los derechos reservados.




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