Éste es otro malvado prácticamente desconocido para el gran público. Pero si les digo que fue el artífice de la caída de la Orden del Temple, ya sabrán por donde van los tiros. Nogaret pertenece a una variedad de malvado diferente a la del estudiado anteriormente, Dirlewanger. Éste último era un mero psicópata, mientras que Nogaret, aparte de ser un sujeto muy inteligente, era el típico malvado de despacho, o sea, de los que son capaces de lo que sea con tal de llegar al poder y, una vez instalados en el mismo, asentar su poderío pasando por encima de quien hiciese falta. Como digo, era inteligente, taimado, astuto como una serpiente y absolutamente fiel a su rey, Felipe IV de Francia. Obviamente, su fidelidad inamovible era la única forma de ganarse la confianza del monarca para escalar puestos hasta convertirse en su sombra y, además, el hombre dispuesto a realizar el trabajo sucio a fin de seguir medrando y tener cada vez más poder. Tipos así se han visto a montones en la historia, pero éste siempre me ha llamado la atención porque fue capaz de acabar con la todopoderosa orden a base de urdir engaños, manipular testigos y fabricar pruebas falsas contra ellos, lo que tratándose nada menos que de la orden militar más poderosa de Francia, por no decir del mundo, no era moco de pavo. Veamos de forma resumida sus andanzas...
Felipe IV de Francia |
La ocasión se le presentó a raíz de los conflictos entre Felipe IV y el papa Bonifacio VIII. Grosso modo, la disputa surgió debido a que la corona, siempre endeudada, obligó al clero de sus dominios a pagar impuestos, de los que estaban exentos. El Vaticano se opuso a esta medida y tras varios años de pleitos, bulas y amenazas, el 12 de marzo de 1303, Felipe IV acusa al papa de asesinato, sodomía, idolatría, herejía y simonía, y ordena su detención y traslado a París para ser juzgado.
Prendimiento del papa por las tropas de Nogaret |
Afrenta de Anagni |
Ejecución de Molay en la Isla de los Judíos, en el Sena, el 18 de marzo de 1314 |
Clemente V |
Bueno, como hemos visto, Guillaume de Nogaret se asemeja bastante a nuestros modernos trepas de hoy día, esa casta de "políticos" que son capaces de violar a su abuela en el altar de la iglesia con tal de medrar y, sobre todo, tener poder. Son eficaces instrumentos del estado para eliminar a quien haga falta, recurriendo a lo que sea y de la manera que sea: son manipuladores, demagogos, mentirosos, cínicos, sin escrúpulos éticos ni morales. Igual que el Temple se convirtió en una pesada carga para la corona, hoy podría serlo para el estado un banquero o un empresario. Para quitarlos de en medio solo hay que leer las actas del proceso a los templarios y adecuarlas a nuestros días. Quizás la única diferencia entre Nogaret y nuestros trepas de hoy día radique en que el primero lo que más ansiaba era tener poder. Los trepas quieren, además de poder, mucha pasta para cuando se les termine el chollo. En fin, como vemos, no hay nada nuevo bajo el sol.
CURIOSIDADES
Al parecer, el envenenamiento de Nogaret se llevó a cabo de una manera muy sutil. Sobornaron a su proveedor de velas para que, a una de ellas, la impregnara con un veneno conocido como serpiente de faraón, un tósigo compuesto a base de sulfocianuro de mercurio. Al arder en la vela se producen unos vapores impregnados en mercurio y cianhídros que producen la intoxicación y, a continuación, la muerte. Algo muy desagradable, me temo.
Según la leyenda, Nogaret, junto con Felipe IV y el papa Clemente, fueron maldecidos desde la hoguera por Jacques de Molay para que comparecieran ante Dios antes de un año. La maldición se cumplió puntualmente. Primero murió Nogaret, al cabo de pocos días de la ejecución. El papa Clamente, al cabo de un mes, y el rey Felipe IV en noviembre de ese mismo año, 1314, como consecuencia de un derrame cerebral mientras cazaba.
La tradición del viernes trece como día de mal augurio en el mundo anglo-sajón proviene precisamente del día de la semana en que fueron apresados los templarios.
El verdadero nombre de Sciarra Colonna era Giacomo. Sciarra era un mote que en lengua vulgar significaba pendenciero, peleón. Hizo gala del mote soltándole un bofetón a nada menos que el papa.
Debido a que Nogaret jamás cumplió la penitencia impuesta por el papa para que se le levantase el entredicho que pesaba sobre él desde lo de Anagni, la anatema papal se fue transmitiendo a sus sucesores (al parecer, las excomuniones son hereditarias mientras un descendiente no cumpla la penitencia). En 1870, siendo papa Pío IX, se personaron en el Vaticano dos ancianas, las últimas descendientes de Nogaret. Se habían enterado del tema de la excomunión y querían saber si, cumpliendo ellas la penitencia, se les levantaría el entredicho. El papa las eximió y anuló la excomunión.
Cuando las tropas de Nogaret irrumpieron en los aposentos papales en Anagni, todo el séquito pontificio huyó de la sala. El único que permaneció en todo momento junto a Bonifacio fue el cardenal español Pedro Rodríguez, titular de la basílica de Santa Sabina, en el Aventino.
La intención de Colonna era la de matar allí mismo al anciano papa. Sólo la autoridad de Nogaret pudo impedirlo ya que su intención era trasladarlo a Francia para ser juzgado. Como hemos visto, la población de Anagni acabó por evitarlo.
Bueno, ya'tá.
Hale, he dicho
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