viernes, 12 de abril de 2024

UN MUNDO SIN HOMBRES

 

Esta es la imagen idílica de un mundo sin hombres que han vendido al mujerío de Occidente. Lo que no les han dicho es que jugando a la rueda churumbel el planeta se colapsaría en cuestión de días

Últimamente, no hay ocasión en la que entre en Yutub a bichear chorradas o musiquilla de la que me gusta en el que no me sugieran tropocientos vídeos en los que un primate en plan encuestador afanoso aparezca preguntando a jóvenes y no tan jóvenes hembras de la especie cómo sería un mundo sin hombres. Así pues, y ya que hasta el potito habla de este tema, pues no voy a ser menos, y más considerando que la musa anda remisa a retornar. 

Bien, la cuestión es que en estos vídeos aparece un ciudadano micro en mano que se acerca a una mocita de apariencia frondosa, jeta literalmente enfoscada con medio kilo de afeites y derrochando más arrogancia que una infanta de León. Sin embargo, el 99% de las encuestadas, esbozando una sonrisa de oreja a oreja, responden estupideces similares:

- Viviríamos más tranquilas.

¿Acaso convivir con tus congéneres es tranquilizador, cuando la realidad es que os odiáis a muerte entre vosotras?

- Dejarían de matarnos.

¿Cuántas mujeres palman a diario a manos de hombres, y cuántos hombres palman a diario en guerras para defenderos a vosotras? ¿Cuántos hombres palman a diario a manos de delincuentes y/o por accidentes laborales a los que no dedican ni un renglón en los periódicos? Y a todo esto, ¿cuántas veces te han matado a ti?

- Sería maravilloso.

Sí, hasta que os pique la entrepierna. Ah, no, que ya usáis falos ecológicos fabricados con caucho procedente del reciclado de neumáticos de camiones.

- Habría menos violencia.

¿En base a qué enjundioso estudio llega a semejante conclusión, palurda? La violencia psicológica que ejercen las mujeres es devastadora, y eso sí está más que comprobado.

Mientras las sufragistas exigían el voto para las mujeres- ojo, solo para las de un estatus social determinado- los malvados opresores caían como moscas en las trincheras. No obstante, más de una dirá que, naturalmente, caían como moscas porque la violencia y la guerra son patrimonio exclusivo de los hombres si bien dudo que los de la foto opinen lo mismo

En fin, no voy a aburrirles con la infinidad de gilipolleces que sueltan estas empoderadas criaturas que se pasan la vida pegadas al esmarfon colgando sus paranoias en el Tictoc ese. Pero lo más divertido empieza cuando el ciudadano entrevistador les replica, y las desafía a que le digan cómo llevarían a cabo la infinidad de trabajos que hacen los hombres, porque hay una cosa cierta que hasta muchas mujeres reconocen: no hay un solo trabajo, NI UNO, desempeñado por mujeres que los hombres no sepan o puedan realizar. Sin embargo, hay cantidades masivas de trabajos que las mujeres no saben o no pueden realizar. Sea como fuere, las inopes mentales estas, sin echarse atrás, responden memeces aún más surrealistas:

- Las mujeres podemos hacer lo mismo que los hombres- afirman levantando altivamente la cabeza como una walkiria dando la bienvenida a la Valhalla a los memos caídos en combate por defender a sus familias.

Si el ciudadano entrevistador no se rinde y les da contrarréplica, la soberbia se les empieza a evaporar:

- ¿Quiénes trabajarían de albañil, o de pocera, o en las labores del campo, o de repartidora de butano, etc.?

- Ay... no sé...- dice una.

- Estoooo... Bueno, sería cuestión de ponerse- supone otra.

- (...........)- calla otra, mirando al cielo a ver si una ángela la ilumina.

Si estos malvados machistas opresores dejaran de deslomarse y jugarse la vida en mitad del océano y se largasen a Raticulín, en un mes todas en bici. Eso sí, sería muy ecológico, aunque creo que ir de Cádiz a La Coruña en bicicleta debe ser muy fatigoso

Y si el ciudadano entrevistador quiere apuntillarlas, les pregunta que, caso de verse atrapadas en un fuego, quién preferiría que fuese en su auxilio, una congénere o un bombero de 1'90 que se machaca a diario en el gimnasio y la podría llevar bajo el brazo como quien lleva un crío de teta.

En ese caso, la mayoría suelen optar por mantener la boca cerrada ante la obviedad de una respuesta que se niegan a querer dar porque sería reconocer que son imbéciles. No obstante, alguna que otra resiste con tesón y suelta la enésima idiotez:

- Bueno, si la bombera ha pasado las pruebas de acceso es que puede salvar a cualquiera, ¿no?

Que sí, que las comparaciones son odiosas pero, díganse la verdad:
si las cosas se han puesto chungas de cojones, ¿cuál de los dos
primates de la foto querrían que acudiese en su auxilio?

Pero lo que casi todas quieren ignorar, o igual es que lo ignoran de verdad, es que las pruebas para mujeres son mucho menos exigentes para ellas que para ellos, y que una mujer, por mucho que se machaque en el gimnasio, carece de la masa muscular de un hombre y, lo más importante, del arrojo viril proporcionados por la testosterona, y eso es así porque lo ha dispuesto la Naturaleza. No es culpa de ellas, ojo, sino una mera cuestión biológica que el hembrismo rampante se niega, no ya a reconocer, sino también a mencionar. Les guste o no, los machos mamíferos son superiores físicamente a las hembras, y eso lo vemos en los humanos, los felinos, los vacunos, los caprinos, los bovinos, los cánidos e incluso en los cetáceos y los paquidermos. Dime, alma de cántaro, ¿cómo una bombera de 60 kilos y 1'65 de estatura va a tener la misma capacidad física que un bombero de 85 kilos y 1'80 de estatura?

Bueno, supongo que muchos de los que me leen habrán visto más de una vez este tipo de vídeos, de modo que no hace falta explayarse más en el introito que les he expuesto para ponernos en contexto. Sea como fuere, lo cierto es que el tenebroso experimento de ingeniería social basado en destruir el principal pilar de la sociedad, la familia, ha calado en las generaciones más jóvenes féminas, que son las encargadas de seguir perpetuando la especie. Hablamos de mujeres de hasta 30 años que están en edad fértil (a partir de los 35 el huerto empieza a secarse) y a las que se ha incrustado un odio acérrimo hacia los hombres, hasta el extremo de que nos consideran menos juguetes sexuales y/o proveedores de sus caprichos. De formar una familia tradicional, nada de nada, mientras que los hombres de la misma generación se siguen rigiendo por los mismos valores que sus abuelos en ese sentido: buscar una mujer con la que formar pareja, tener hijos y, en fin, lo habitual desde hace mogollón de miles de años. 

¿Cómo es posible que millones de mujeres hayan llegado a comulgar
con estas consignas absurdas y hayan sido cegadas por el odio?
Bien, el discurso de estas criaturas con idiocia cronificada ya sabemos cuál es. Básicamente, ellas pueden hacer lo mismo que nosotros, son independientes de nosotros, tienen su trabajo, su casa, sus amiguitas, sus admiradores en las redes sociales y, por supuesto, si les arde la entrepierna lo tienen muy fácil para refocilarse con cualquier pardillo porque, innegablemente, en esas cuestiones llevan las de ganar. Las hembras de todas las especies ejercen una irresistible atracción sobre los machos, y con las homínidas ocurre lo mismo si bien, a causa de las leyes demenciales dictadas en los últimos años, cada vez son más los seguidores de la MGTOW, acrónimo de "Men going their own way", los hombres que toman su propio camino, una filosofía o modo de vida por el que pasan totalmente de las mujeres y que crecen de número a una velocidad increíble. De hecho, yo me sumé hace tiempo a esa forma de vida, cuando mi paciencia con el mujerío se vaporizó, y doy fe de que mi existencia es ahora infinitamente más apacible, satisfactoria y plena porque hago literalmente lo que me sale del níspero sin tener a mi lado a una hembra reprochándome, protestándome y dando el coñazo todo el día. Esto corrobora el hecho de que el principio de acción y reacción funciona, y que muchos hombres se han hartado de ser los malos de la película porque así lo dictan cuatro misándricas mal o nada folladas que vomitan odio contra nosotros. De hecho, muchas mujeres ya empiezan a notar los efectos de la reacción a su acción, porque los tíos huyen de ellas como de la peste ante la amenaza de una denuncia por acoso o violación para, simplemente, vengarse de algún desaire. Ya sabemos que las hembras son asaz viscerales y rencorosas.

Bueno, pasemos ya a la enjundia del tema, que para luego es tarde. ¿Qué pasaría si, de repente, 17 millones de naves provenientes de Raticulín evacuaran a todos los hombres del mundo incluyendo los neonatos? Respuesta: las habitantes exclusivas del planeta, uséase, las mujeres, tardarían menos de un año en desaparecer, o quizás antes. ¿Qué cómo me atrevo a afirmar semejante dislate, cuando las líderes feminazis juran por sus brechas salariales que ellas son iguales o superiores a los hombres? Pues me atrevo y, además, con argumentos, cosa que ellas no hacen ya que basan su discurso en dogmas y mantras totalmente falsos y artificiosos. Ojo al dato:

A ver, que igual me falla la vista... ¿Aparece alguna señora o
señorita en esa foto? Creo que no
Estas lerdas que con tanto vigor aseguran que un planeta sin hombres sería un Edén parten de una base errónea, que es el ambiente en el que ellas se desenvuelven: ciudades provistas de todo, tiendas llenas de todo, luz, internet, agua corriente, automóviles, transportes públicos, etc. Sin embargo, en su idiocia calcificada no se han percatado de un detalle: ¿quiénes son los que han construido los edificios, las calles, el alumbrado, etc.? ¿Quiénes conducen los camiones de reparto? ¿Quiénes hacen que haya electricidad? ¿Quiénes trabajan en la industria petrolífera para que haya combustible para coches, autobuses, trenes, aviones, etc? ¿Quiénes cultivan el campo? ¿Quiénes mantienen la ganadería? Criaturas, el mundo que conocéis lo han construido los hombres. Sí, los malvados heteropatriarcas opresores que os mantenían encerradas en casita pariendo críos mientras ellos se daban la vidorra padre ahogándose cuando el pesquero donde curraban se hundía, cayéndose desde 50 metros de altura desde una torre de alta tensión, palmando por millones en las guerras, cultivando, sembrando, cosechando, trillando, aventando, ensacando, moliendo y amasando el trigo para que comieseis pan, asfaltando una calle a más de 50º para que a vuestros utilitarios guais no se le jodiese la suspensión, poniendo ladrillos en un andamio de 10 pisos de altura sin arnés para que tuvieseis un techo. El esmarfon de última generación con el que colgáis chorradas en el Tictoc lo inventó un hombre. El utilitario guay lo diseñó un hombre. Hasta el tinte con que os quemáis la melena lo fabrica un hombre. Que sí, que hay alguna mujer en el ajo, pero son la excepción, no la regla.

En esta creo que tampoco...
Pero vayamos un poco más allá de los tópicos que se suelen repetir. El verdadero problema ante un mundo sin hombres es que las máquinas, las herramientas y todo lo que sirve para fabricar lo que sea están ideados para ser manejadas por hombres, lo que indudablemente es una muestra más de que el heteropatriarcado se las ha ingeniado para que las mujeres no puedan manejarlas, por lo que la culpa de que las máquinas solo puedan usarlas los hombres es de los hombres. Un ejemplo: apenas un 11% de mujeres se dedican a cuestiones agrícolas, si bien no se especifica en la estadística en qué oficio concreto aunque no hace falta ser muy sagaz para deducirlo: recolectoras y operarias en factorías de procesamiento de productos agrícolas. Lo cierto es que yo no he visto nunca una mujer en un tractor o una cosechadora. Entonces, cuando empiecen a escasear los productos de la industria primaria, ¿qué pasará? El tractor está diseñado para que lo manejen hombres, que son los que pueden montarle una grada que pesa un huevo, o los contrapesos delanteros que pesan dos huevos (más de 100 kg. en algunos casos). Ahora, la lista de turno me replicará afirmando que ese trabajo pueden hacerlo entre varias mujeres, o que pueden fabricar tractores aptos para mujeres. Cierto, pero el problema es que la maquinaria destinada a fabricar tractores también está diseñada para que la manejen hombres, por lo que tendrían que partir literalmente desde cero, uséase, fabricar máquinas sin máquinas adecuadas. Resultado: vuelta al arado de toda la vida.

En esta tampoco...
Un matadero. Aparte de que pocas mujeres aceptarían matar animalitos porque es algo que les produce espanto, las máquinas para despiece son mamotretos que pesan horrores porque están diseñadas para que sean manejadas por hombres. Resultado: liarse a hachazos y tardar un día entero en cuartear una res, porque tendrían que usar un hacha pequeña ya que las grandes son demasiado pesadas para ellas. En cuestión de semanas, el veganismo se impondría por pura necesidad. Se acabaron los chuletones, ñoras...

Una obra. Los sacos de cemento pesan 50 kg. Una carretilla llena de ladrillos te deja los lomos pelín doloridos, y cuando tienes que lanzar 300 uno a uno al colega situado en el piso superior, los brazos parece que se te caen al suelo. ¿Qué tal abrir una zanja a pico y pala porque está en un sitio donde no entra una excavadora? ¿Y remover continuamente con el palaustre el mortero de un cubo de goma para que no se asiente? La muñeca duele que te cagas si no estás habituado.

Vámonos de pesca. Temporal chungo. El barco se menea una cosa mala, a pesar de lo cual hay que estar en cubierta para sacar las redes. Un golpe de agua puede lanzarte por la borda y adiós muy buenas. ¿Y qué tal los que se meten en las almadrabas a trincar atunes de 200 kilos muy cabreados?

En esta seguro que no. De hecho, unos segundos antes esa alcantarilla estaba
hasta la boca inundada por un líquido con un inquietante color marrón
grisáceo. El primate que asoma la cabeza estaba sumergido en el mismo
Hay que ver lo que pesa una bombona de butano, y si son dos pesan el doble, y tienes que subirlas a un 4º piso sin ascensor. Son las dos de la tarde, mes de julio, sensación térmica de 53º. Pero eso da lo mismo. Hay que subir las bombonas porque, de lo contrario, el cliente llamará muy cabreado al distribuidor y el butanero será puesto de patitas en la calle en cuando llegue de repartir.


El tractor ha pinchado la rueda gorda. Hay que desmontarla y llevarla rodando hasta la máquina. Pero la rueda, que por sí pesa una burrada, lleva dentro unos 200 litros de agua o más, dependiendo de su tamaño. Si no tienes la pericia necesaria, la rueda se caerá, y hay que levantarla. Horrrrrrrrible, ¿no? Y encima, a causa de la mugre y la tierra acumulada entre llanta y neumático, hay que echar mano al desmontador para despegarlos y que la máquina pueda entrar en acción. Chungo, ¿qué no?

El tenebroso subsuelo, donde circulan las aguas negras. Levantar la tapa cuesta lo suyo. Unos 120 kilos de hierro colado al que un hombre fuerte le cuesta trabajo tirar de ella con una gavilla en forma de gancho. Métete dentro, donde la fragancia embriagadora no te satura la pituitaria y el desayuno desearía abandonar tu estómago. Y hay ratas. Ejércitos de ratas negras correteando, nadando, saltando... Y no, ponerte una mascarilla humedecida con Nenuco no va a servir de nada.

¿Mola sacar petróleo? Los currantes de las plantas o plataformas petrolíferas tienen que manejar tubos y utillaje que pesan una burrada, y nada de tomárselo con tranquilidad porque el tiempo apremia. Cargan un petrolero, lo llevan a una refinería y, finalmente, el conductor del camión que suministra a la gasolinera tiene que sacar unos tubos gordos y pesados que hay que conectar a la cisterna y al depósito de la gasolinera. Resultado, vuelta al troncomóvil.

¿Alguna se anima? Total, son 52 kg. de nada...
En fin, podría estar dos meses enumerando trabajos en los que esas mujeres que quieren vernos desaparecer no podrían o tendrían muy difícil llevar a cabo. Y no es culpa del manido heteropatriarcado, ni del machismo, ni nada similar. Es cosa de la Naturaleza, que ha hecho evolucionar a los machos mamíferos con una serie de capacidades destinadas a proveer y proteger a su clan. No pretendan subvertir un orden establecido por una evolución de millones de años, porque es simplemente imposible. Tendrían que pasar cientos de miles de años para que las hembras humanas se acercasen un poco a los machos, y para entonces ya se habrían extinguido porque durarían a lo sumo cuatro generaciones ya que los que ponen la semilla se largaron a Raticulín a vivir apaciblemente y a refocilarse con androidas sumamente complacientes a las que nunca les duele la cabeza, nunca protestan y siempre hacen lo que les pidan. Luego las desenchufan y a roncar como un oso satisfecho.

En el momento en que se vaciasen los supermercados y los almacenes de los distribuidores de alimentos empezarían a pasar hambre. En el momento en el que se agotasen las reservas de combustible, adiós al transporte, la calefacción, la electricidad, etc. Pero no ya por el hecho de que no puedan o dejen de poder producir alimentos y energía, sino porque no sabrían como hacerlo porque los que manejaban el tractor, los pesticidas y los barcos que transportaban el petróleo habrían desaparecido antes de explicarles como funciona la cosa. 

Es injusto que a las señoritas las releguen a pintar uñas mientras que
a los machistas opresores los premien permitiéndoles soldar bajo
el agua, que es la hostia de emocionante
Resumiendo: un mundo sin hombres sería un mundo condenado a muerte en el mismo instante en el que el último de ellos se subiese a la última nave enviada desde Raticulín. Vuestra Arcadia femenina, vuestra Lesbos planetaria, tardaría pocos meses en empezar a desmoronarse. La mayoría de vosotras, dulces criaturas, no sabéis ni cambiar una rueda, arreglar un enchufe, pescar ni un boquerón, o sembrar otra cosa que no sean bulbos de gladiolos. La mayoría de vosotras sois presa del pánico ante la visión de un ratón, o por oír un ruido rarito, u os bloqueáis en situaciones de peligro porque la biología no os ha diseñado reaccionar adecuadamente. A la mujer le gusta, aunque se niegue ahora a reconocerlo, sentirse protegida por un hombre. La estampa habitual es la de la mujer acurrucada en el sofá, con su hombre echándole el brazo por encima (¿alguien ha visto o experimentado la imagen opuesta alguna vez?). Si ocurre algo raro en la calle, de inmediato buscará su protección, mientras que el hombre se interpondrá de forma totalmente instintiva entre ella y el peligro, y la abrazará para hacerla sentir segura.

Foto obviamente manipulada para que parezca
que ese malvado padre muestra afecto por su
nena. Igual es un degenerado pedófilo, quién sabe
Y concluyo, que ya he escrito bastante. Ya que tanto anheláis un mundo sin hombres, ¿os gustaría ver partir hacia Raticulín a vuestros padres, hermanos, hijos y maridos/parejas? ¿Todos son maltratadores, opresores y violadores? ¿Es un maltratador ese padre que se ha deslomado para sacaros adelante sin que os falte de nada? ¿Es un violador ese hermano que le ha partido la cara al chulito que os tiraba del pelo en el cole? ¿Es un opresor ese hijo que durante nueve lunas habéis llevado en vuestro seno?

Estúpidas. Os habéis dejado lavar la sesera por cuatro locas con los sobacos teñidos de morado sin daros cuenta de que solo querían montar un chiringuito para vivir sin doblarla a costa vuestra. Pero ya estáis empezando a notar los nefastos efectos de vuestra estulticia palmaria. Dentro de un lustro, cuando ni un malvado opresor os haga puñetero caso, maldeciréis la hora en que os dejasteis llevar por una ideología tóxica como pocas se han visto en la historia. Y entonces, ajo y agua, por imbéciles. Anda y que os den.

Hale, he dicho

CETERVM CENSEO PETRVM SANCHODICI ESSE DELENDAM

O volvemos a esto o, aunque los hombres no nos vayamos a Raticulín, el mundo occidental se irá al carajo en dos o tres generaciones. Si la rojambre  y la progresía antisistema sigue propalando su tóxica maldad, nuestra sociedad está condenada a extinguirse o, peor aún, a ser dominada por las que pasan de gilipolleces feministas y engendran hijos, conservando a ultranza la familia como núcleo principal

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