El Sacro Imperio Romano de Oriente, tras verse separado definitivamente del occidental tras la muerte de Teodosio en 395, dejó de lado la nomenclatura nobiliaria usada anteriormente. Muy influenciados por los griegos y las culturas orientales, adoptaron una pompa que nada tenía que ver con las austeras costumbres romanas. De hecho, en Occidente se les conocía como "griegos", y a la nación como Romania y no como Bizancio.
Manuel II Paleólogo y sus hijos protegidos por la Virgen y Sta. Ipomoni |
Esto dio lugar a la creación de una serie de títulos de lo más rimbombantes, destinados generalmente a la familia imperial pero que, en realidad, eran meramente honoríficos y sus titulares carecían de poder. Eran, por así decirlo, un método para dar a entender al resto del personal quién era más afín al emperador, o quién gozaba de su amistad y su aprecio. En orden práctico, el recibir tal o cual título solo repercutía en la indumentaria que podía vestir el agraciado con el mismo, de forma que en los saraos cortesanos podían dar envidia al resto de parientes por poder llevar dos anillos más o una corona más gorda. Porque esta gente, al contrario que en el imperio de Occidente, en el que la familia imperial carecía de títulos, se dedicaban a dar nombramientos a diestro y siniestro, posiblemente para crear una eficaz red de adeptos ya que eran unos tiempos en los que los posibles candidatos a heredar la corona tenían una irritante tendencia a recurrir a vías expeditivas para logar la misma. De hecho, era costumbre que en las monedas apareciera no solo el retrato del emperador, sino también el del heredero designado por el mismo a fin de que el pueblo tuviese bien claro quién era el futuro mandamás de forma que cualquiera que recurriera al asesinato no pudiera luego salir diciendo que el emperador lo había nombrado heredero a él. Bueno, vamos al grano...
Basilicón de plata que muestra en su reverso al emperador Andrónico II y su hijo y heredero el sebastokrator Miguel |
Los monarcas dejaron de lado el título de césar en tiempos de Heraclio, concretamente en 629. Éste adoptó la forma griega basileus, quizás por marcar las diferencias con los occidentales. También usaban los títulos de autokrator y kyrios, que traducimos como autócrata y señor, así como los del khronokrator y kosmocrator, legislador del tiempo y legislador del mundo. Cualquier cosa, vaya... En un alarde de chispeante ingenio, los últimos emperadores se denominaron como prophyrogenitos, o sea, nacidos de la púrpura como alusión a haber venido al mundo en el palacio real y manifestando así su legitimidad, lo cual era bastante ventajoso en un imperio en el que los monarcas dejaban tras de sí una miríada de bastardos deseosos de degollar a los legítimos para hacerse con el poder. En cuanto a las esposas de los monarcas, recibían los títulos de basilissa, kyria y despoina. Y para los casos en que el emperador no era hijo del anterior monarca, se otorgaba al padre del mismo el título de basilopator, o sea, padre del basileus.
El sebastokrator Isaac Komneno |
Los herederos solían recibir el títulos de sebastokrator. Fue creado por el basileus Alexis para su hermano Isaac, ya que inicialmente se utilizaba para designar a personas que gozaban de especial confianza. Posteriormente, como digo, se otorgaba a los príncipes herederos. Sus esposas recibían el título de sebastokratorissa. El de kaisar o césar era el usado por los herederos hasta la creación del anterior. Una vez que se generalizó el de sebastokrator, el kaisar quedó en tercer lugar de importancia. Los emperadores lo usaron para enaltecer a personas de gran relevancia tanto a nivel político como militar. Un ejemplo lo tenemos en Roger de Flor, nombrado megaduque cuando partió con sus almogávares en ayuda del emperador Andrónico II como premio a sus servicios. Al lote añadió a una de sus muchas sobrinas en matrimonio, que eso de emparentar con nada menos que el basileus daba mucha categoría. En cuanto a la esposa del kaisar, recibía el título de kaisarissa.
Luego venían una gran cantidad de títulos ya meramente honoríficos para repartir entre la parentela, la cual se moría de gustito cuando los nombraban con rangos tan sonoros como los de panhypersabastos, protosebastos, que eran los prefijos pan y proto combinados con sebastos. O sea, que los traducimos como todo majestad el primero y primera majestad el segundo. Como título inferior usaban el sebastos a secas que, aunque en origen se aplicaba a los emperadores, luego fue relegado a la familia. Y podemos añadir también los de pansebastohypertatos, panoikeiotatos y protopoedros, que dejaban sin resuello a los nomenclatores de la corte cuando los nombraban al hacer acto de presencia en cualquier fiestorro de palacio.
Fuera de la familia imperial también gastaban títulos sonoros. El funcionariado de palacio tampoco se quedaba atrás a la hora de hacer uso de rangos de lo más peculiares. Veamos algunos:
Miembros de la familia imperial |
Por un lado, tenemos a los logothetes, meros secretarios y burócratas que desempeñaban diversos cargos en función de su nombre completo. Había varios, que conste.
El megalogothetes era el jefe de la burocracia, además de ser el responsable de las cuestiones financieras y jurídicas.
El logothetes tou dromou era el encargado de cuestiones diplomáticas y postales.
El logothetes tou oikeiakon se encargaba de temas domésticos y económicos a nivel local en la capital del imperio, Constantinopla.
El logothetes tou genikou era el que se ocupaba de los impuestos.
Y finalmente, el logothetes tou stratiotikou era el pagador del ejército. Obviamente, no es lo mismo cobrar la paga de un tipo con un título tan altisonante que de un cabo furriel birrioso.
Por otro lado, tenemos al protoasekretis, un funcionario encargado de los archivos y de toda la documentación oficial. Y como rangos menores en la corte estaba el parakoimomemos, que era un guardia que se encargaba de forma discreta de la seguridad del basileus, el pankernes o copero, que se llevaba todos los marrones cuando alguien quería envenenar al emperador, y el megakonostaulos o caballerizo mayor.
Molan, ¿eh? Es lógico que se dieran de puñaladas por ostentar esos títulos tan chulos. Bueno, como ya es tarde dejo los rangos militares para otra ocasión. Ojo, son tanto o más enrevesados que los vistos hasta ahora.
Bueno, ahí queda eso.
Hale, he dicho
No hay comentarios:
Publicar un comentario