jueves, 27 de febrero de 2014

El EQUES, el gladiador a caballo




Bueno, proseguimos con los gladiadores, que aún quedan algunos por estudiar. Hoy, los EQVITES, o sea, los jinetes.


Creo que a estas alturas es ya más que evidente la enorme creatividad que desarrollaban en Roma a la hora de idear los más variados espectáculos y, como está mandado, también hubo luchadores a caballo. Su existencia ya está constatada a finales de la República a cargo del pico de oro de Marco Tulio Cicerón, el cual hablaba en una ocasión de un político poco popular que fue abucheado por la plebe por "los gladiadores y sus caballos" presentados en unos juegos en los que era el EDITOR. Sin embargo, curiosamente, los datos más completos que nos han llegado a nuestros días no proceden de la pluma de ningún romano, sino del visigodo Isidoro de Sevilla en sus "Etimologías", donde nos da pelos y señales sobre esta variedad de gladiadores.

Así, nos explica que "...de los varios tipos de gladiadores, la primera actuación corresponde a los ecuestres. Dos EQVITES, precedidos por estandartes militares, entran en la arena, uno por el oeste y otro por el este, montados sobre caballos blancos, tocados con pequeños yelmos dorados y portando armas ligeras." Por lo tanto, queda claro que eran estos EQVITES los que iniciaban los MVNERA que comenzaban por la tarde tras las actuaciones de los PAEGNIARIVS, los gladiadores bufos que estudiamos en la entrada anterior. 


El equipo de un EQVE era bastante más ligero que el de sus colegas de a pie. El armamento defensivo estaba confiado a una GALEA provista con la máscara facial habitual pero sin crestón. Solo tenían a cada lado un portaplumas en los que se colocaban vistosas plumas de avestruz, águila o pavos reales. El ala de estos cascos era pequeña y recta, tal como vemos en las fotos de la derecha.


Vestían una amplia túnica corta sin mangas sujeta con un ceñidor, la cual les llegaba por encima de las rodillas para que no les estorbase al cabalgar o luchar, y ambos combatientes las usaban de colores diferentes para poder ser identificados por el público. El brazo derecho lo llevaban protegido por la habitual MANICA y las piernas por polainas de cuero y, más raramente, por FASCIÆ. Al parecer, no usaban silla de montar o, al menos, en las representaciones artísticas que se conservan no aparecen. Sus monturas, como vemos en la ilustración de la izquierda, iban provistas de testeras de cuero con una protección para los ojos a fin de preservarlas de posibles accidentes durante el combate. Estos caballos eran por lo general animales pequeños, de una alzada de entre 140 y 150 cm., si bien fibrosos y fuertes.


Su armamento ofensivo constaba de una lanza de unos 2-2,5 metros de largo o de un VERVTVM, una pequeña jabalina de poco más de un metro de longitud que era usada por los VELITES de la infantería romana. Usaban esas armas para combatir a caballo, mientras que recurrían a un GLADIVS o una SPATHA cuando tocaba luchar a pie. Como defensa portaban una PARMA EQVESTRIS, o sea, el escudo circular propio de la caballería, de unos 60 centímetros de diámetro, o un CLIPEVS, escudo oval también propio de los jinetes. En la ilustración inferior podemos ver la apariencia tanto de la LANCEA como del VERVTVM. La primera es la típica lanza provista de una moharra de forma triangular o lanceolada fabricada de hierro o bronce y con cubo de enmangue para su fijación al asta. La pieza central, fabricada de bronce, merece la pena reparar en ella ya que, como cosa curiosa, lleva una tira del mismo material alrededor del cubo de enmangue para reforzar su unión con el asta. A continuación tenemos un VERVTVM que, como vemos, es más corto que la lanza. Sus moharras podían ser, bien como la que aparece a la izquierda, formando un largo cubo en enmangue rematado en una pequeña punta piramidal y que abarcaba alrededor de 1/4 de la longitud del asta a fin de darles peso, o bien una punta triangular convencional como el ejemplar de la derecha. Estas jabalinas tenían un elevado poder de penetración, y más si eran lanzadas por un combatiente experto. Por cierto que, al parecer, incluso se fabricaban de una forma aún más simple, recubriendo de metal la punta afilada del asta como si se tratara de un simple cubo de enmangue puntiagudo similar a las jabalinas que usan actualmente los deportistas.






Bien, esta era la panoplia de los EQVITES pero, ¿cómo luchaban? La mayoría de las representaciones artísticas que han llegado a nuestros días los muestran combatiendo a pie, por lo que cabe pensar que la lucha se iniciaba a caballo y hostigándose con las lanzas y, caso de caer, seguirían a pie. Isidoro de Sevilla menciona como un EQVES saltaba de su montura mientras que su adversario caía derribado, obviamente por un golpe de lanza. De ahí podemos suponer igualmente que, como comentaba más arriba, no usaran silla de montar y que por ello fuera relativamente fácil acabar en el suelo. La ilustración de la derecha nos permite imaginar como sería la lucha cuando uno de los combatientes era derribado y que, obviamente, intentaría lo propio con su enemigo para acabar luchando a pie en igualdad de condiciones.


A la izquierda tenemos una escena representada en un mosaico en la que vemos como dos EQVITES, ya sin sus monturas, combaten a pie. Según podemos observar, sus escudos están adornados con vivos colores para que el público pueda identificarlos fácilmente. Se trata de MATERNVS y HABILIS, los cuales combaten en unos juegos organizados por un tal SYMMACHIVS según reza en la inscripción que vemos arriba y que dice QVIBVS PVGNANTIBVS SYMMACHIVS FERRA MISIT MATERNVS HABILIS. Esto viene a querer decir que Symmachius provee de armas y armaduras a estos luchadores, Maternus y Habilis.


La siguiente escena recrea la victoria de uno de ellos: HAEC VIDEMVS SYMMACHI HOMO FELIX. HABILIS [vs] MATERNVS. O sea: Aquí vemos a Simmachius, hombre afortunado (por haber ofrecido tan gran espectáculo). Habilis ha apiolado bonitamente a Maternus, el cual yace sobre un charco de sangre bastante aparatoso. Observen vuecedes un detallito que les permitirá no solo saber qué gladiador resultó vencedor y cual muerto en un combate cuando contemplen un mosaico, sino que apabullarán a sus cuñados y los dejarán humillados ante su sapiencia: ¿Ven el círculo cruzado por una barra tras el nombre de Maternus? Es la letra griega THETA, o sea, una T que es la primera letra de la palabra THANATOS: muerte. Esa letra aparece en todos los mosaicos en los que se representan combates de gladiadores, supongo que memorables ya que merecían un mosaico para ello solos, y junto al nombre indica cuales fueron vencidos y muertos.


Por último, cabe pensar que la intervención de EQVITES debía dar fuste a cualquier MVNVS que se preciara ya que, como es lógico, el uso de luchadores a caballo implicaba un gasto mayor. Un ejemplo lo tenemos en los bajorrelieves que aparecieron en la tumba de AVLVS VMBRICIVS SCAVRVS, DVVMVIRO y rico empresario pompeyano dedicado a la elaboración de GARVM, la famosa salsa de pescado romana. En la tumba, que podemos ver a la izquierda quedó cumplida constancia de los juegos que se organizaron en su honor y que nos muestran con todo lujo de detalles los diferentes gladiadores que combatieron en los mismos, así como la VENATIO que se llevó a cabo.


A la derecha lo podemos ver en un grabado decimonónico (c.1824). La parte sombreada en rojo es la que corresponde al detalle en el que aparecen dos EQVITES en plena lucha y que figuran en primer lugar por ser los que iniciaban el MVNVS. Junto a cada gladiador aparece el nombre del mismo, el del lanista y el número de combates en el que habían participado. Como dato curioso, señalar que tomaron parte ocho parejas de gladiadores más dos VENATORES, por lo que supongo que debieron costar un pastón para tratarse de un mero funcionario y empresario provinciano aunque igual tenía algún cuñado influyente y, presionado por la parienta, tuvo que retratarse. Con todo, el concejo de la ciudad aprobó la colocación de este monumento en su honor, una estatua ecuestre y dos mil sestercios para los gastos del funeral, así que debía caerle tela de bien al personal o bien debió llenar los bolsillos de sus colegas a base de bien, que ya sabemos como las gastan los políticos y lo bien que se devuelven los favores entre ellos.

En fin, dilectos lectores, estos eran los gladiadores a caballo que, como hemos visto, debían ofrecer un espectáculo más variado que sus colegas convencionales. Ya seguiremos, que aún quedan varios más por estudiar.

Hale, he dicho...



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