miércoles, 30 de abril de 2014

Mitos y leyendas. ¿Murió el rey Harold en Hastings?



Por lo general, cada vez que ha ocurrido un acontecimiento que ha cambiado el curso de la historia, se ha creado de forma paralela una leyenda que sazona deleitosamente el evento y nos deja la duda perpetua para mayor solaz de los aficionados a estos temas ya que nos permite conjeturar a base de bien y obligar con ello a nuestros cuñados y compadres a largarse enhorabuena a gorronear a otro sitio y a que nos dejen en paz, amén.

Este es uno de esos casos controvertidos que aún no ha hallado respuesta y, tras más de mil años transcurridos, dudo mucho que se encuentre. Hablamos de los hechos acontecidos el sábado 14 de octubre de 1066 en Hastings, una villa costera emplazada en el condado de Sussex, al sur de Inglaterra. Fue uno de esos días en que por la mañana la historia lleva un curso aparentemente inamovible y, al ponerse el sol, dicha historia ha cambiado para siempre jamás.

Supongo que los que me leen han leído o escuchado hablar "cienes de miles de veces" de la batalla de Hastings, en la que el duque de Guillermo de Normandía, haciendo valer sus derechos al trono inglés, se personó en la isla para reclamarlos al sajón Harold Godwison, cuñado del extinto monarca Eduardo el Confesor el cual se había colocado la corona y no estaba dispuesto a cederla a nadie. Pero el que no sepa de qué hablo, antes de proseguir la lectura mejor que eche mano a San Google y se ponga al tanto porque esta entrada no va de la batalla en sí misma, sino del enigmático destino del rey Harold. En todo caso, y de forma muy resumida, diré que fue una batalla larga y sangrienta, en la que los huscarles sajones lidiaron bonitamente con sus hachas danesas y sus muros de escudos contra los arqueros y los jinetes normandos, y cierto es que al buen duque le costó grandes trabajos acabar con éxito la jornada porque los sajones resultaron ser más duros de roer de lo que imaginaba. Así pues, daremos un pequeño salto en el tiempo y comenzaremos nuestro relato hacia las cuatro de la tarde, cuando las tropas del duque se reagrupan para llevar a cabo un último intento de romper la línea inglesa ya que, en esa época del año y a esa latitud, la noche era ya inminente: una hora de luz a lo sumo. O sea, que había que acabar como fuera con la resistencia enemiga porque la batalla había durado todo el día, sus tropas estaban agotadas y, como es lógico, estaban en tierra extraña, rodeados de sajones -y sajonas, naturalmente- deseando rebanar sus gañotes de invasores continentales.

En este punto empieza la controversia, ya que no hay unanimidad al respecto y, al parecer, las crónicas de la época no dicen nada claro en lo tocante a este tema. En todo caso, parece ser que los normandos avanzaron contra los ingleses por lo que sus arqueros, o bien dejaron de disparar, o bien lo hicieron con un acusado ángulo de elevación para alcanzar las filas traseras de los huscarles sin herir a los suyos. En teoría, en ese momento fue herido el rey Harold que, según la tradición, fue alcanzado por una flecha en el ojo derecho. Abajo podemos ver la escena en el Tapiz de Bayeux:



La segunda figura por la izquierda nos muestra a Harold, el cual acaba de recibir la flecha en el ojo o sobre el mismo. Con la mano intenta arrancar el proyectil. Pero a la derecha vemos como un caballero normano se abalanza contra el rey sajón y le asesta un tajo en la pierna con su espada. Arriba, en latín, nos explica lo que acaba de ocurrir: HAROLD:REX:INTERFECTVS:EST, o sea, el rey Harold ha sido asesinado. Esta escena, aunque aparentemente irrelevante por resultar lógica en una batalla, es la que ha sido y es más motivo de debate. Ni un solo cronista ni juglar francés contemporáneos hicieron mención de este suceso. Nadie dijo que el sajón fue alcanzado por una flecha en el ojo, ni tampoco que había sido rematado por un caballero normando. Solo en el tapiz es donde se hace referencia a la muerte de Harold. ¿Qué pasaría pues?


Tipos de puntas de flecha
usadas en Hastings.
En primer lugar debemos reparar en un detalle: la indumentaria y el armamento de Harold varía de una escena a otra. ¿Es la misma escena con personajes diferentes, o es la sucesión de los hechos y que por despiste o por las reparaciones y zurcidos realizados a lo largo del tiempo han cambiado los colores del hilo por desconocimiento de la historia? No se sabe. En cuanto a la flecha, actualmente se baraja una teoría que la considera un símbolo: la flecha en el ojo, o sea, la ceguera, era un castigo divino por haber sido un perjuro ya que había dado su palabra al duque de que le apoyaría en sus pretensiones al trono inglés, cosa que, evidentemente, no hizo. Pero la falta de referencias por parte de los contemporáneos acerca de este símbolo, que en su época sería reconocible por todos, hace dudar de ello. ¿Y si la flecha fue añadida con posterioridad? Podría ser... Entonces, ¿qué puñetas es lo que se sabe?


Aeldgyth rebusca entre los cadáveres
El cadáver de Harold jamás apareció o, al menos, nadie pudo corroborar que, en efecto, había muerto. Y aquí es donde empieza la leyenda que dice que el sajón, malherido, fue reconocido y retirado del campo de batalla por unas mujeres que se dedicaban, como era habitual, a expoliar los cadáveres. Tras hacerle una cura inicial lo llevaron a una curandera de Winchester que le reparó como pudo su averiada jeta y todos los trastazos que tenía por el cuerpo. Mientras tanto, dos frailes de la cercana abadía de Waltham, de la que el rey había sido patrocinador, llamados Osgod Cnoppe y Aethelric Childemaister llamaron a su viuda, Aeldgyth Swannescha- Edith Cuello de Cisne-, para que lo reconociera. Ella afirmó que había podido reconocer el cadáver por una marca que solo ella conocía ya que estaba en un estado más que lamentable, empezando a descomponerse, ennegrecido y con la cabeza y el rostro hechos puré. Pero se dijo que, en realidad, lo hizo para conformar a los frailes, los cuales enterraron en la iglesia de la Santa Cruz de Waltham a un desconocido. Por otro lado, la madre del difunto, Gytha Thorkelsdóttir, ofreció al duque el peso en oro del cadáver de su hijo, ya que se decía que Guillermo lo había retirado del campo de batalla y lo tenía a buen recaudo o que incluso lo había mandado enterrar en la playa para que su sepultura no se convirtiera en un lugar de peregrinación. Sin embargo, éste respondió que no estaba dispuesto a vender su cuerpo, por lo que le había preparado un funeral vikingo y fue incinerado. En definitiva, ninguna crónica contemporánea afirmó de forma categórica que el cuerpo del sajón fuera el que los frailes enterraron en la iglesia de Santa Cruz.


Abadía de Waltham en la actualidad. Su apariencia
original no tiene nada que ver con la que tenía en
la época que nos ocupa
Mientras ocurrían estos sucesos, el sajón se recuperaba de sus heridas y maquinaba como recuperar el trono. Pero ya era tarde porque el duque Guillermo se había asentado firmemente en el poder: había ido liquidando a los nobles sajones que no estaban por la labor de someterse a su autoridad y había repartido sus tierras entre sus barones. Cruzó el canal en busca de ayuda, pero fue inútil, así que asumió que todo lo que le había pasado era un justo castigo divino por su perjurio, así que se largó a Tierra Santa como penitencia. Su vida la pasó como ermitaño ocultando su identidad y, en el momento en que alguien parecía reconocerlo, se iba a otro sitio. Estando en Gales, entró a su servicio un tal Sebricht el cual, cuando le preguntaba si había estado en la batalla de Hastings, le replicaba que sí, y que cuando se libró dicha batalla no había nadie más querido para Harold que él mismo. Al final de sus días decidió decir la verdad al cura que acudió a confesarle, haciéndole jurar que no diría una sílaba de lo que oiría mientras él estuviera vivo. El cura, está de más decirlo, le dio su palabra.

- Es cierto que yo era antes el rey de Inglaterra, Harold por nombre - reconoció el sajón-. Pero ahora soy un hombre pobre, acostado sobre cenizas y que oculté mi nombre a mí mismo para poder ser llamado cristiano.


Supuesta tumba de Harold en el lugar en que estaba el
altar mayor de la antigua iglesia de Santa Cruz, en
la abadía de Waltham. Fue demolida en el siglo XVI
Por último, un hermano menor de Harold llamado Gyrth(1) fue llamado por el rey Enrique II cuando este era ya un hombre de avanzada edad para preguntarle si podía asegurar que el cuerpo de su hermano era el que estaba enterrado en Waltham, a lo que replicó que "... podía tener a un compatriota suyo enterrado, por no a Harold". Incluso le fue presentado el ataúd en presencia del chambelán de la iglesia y de varios testigos, y volvió a decir que Harold no estaba allí. Era evidente que la nueva dinastía pretendía ante todo no dejar atrás posibles aspirantes que en un momento dado les reclamaran el trono.

Funeral vikingo
Resumiendo: su supuesto hermano aseguró que el huésped de la sepultura de Waltham no era Harold. Cuando su madre reclamó el cadáver, el victorioso duque dijo que lo había incinerado cuando hubiera sido mejor para él mostrarlo muerto a fin de eliminar sospechas y que nadie pudiera discutir que el nuevo monarca era él. O igual optó por hacerlo desaparecer para que, como comentaba más arriba, su sepultura no se convirtiera en un lugar de peregrinación. Su mujer identificó un cadáver irreconocible para que los monjes tuvieran a quien meter en el hoyo. Y, por último y como siempre digo acerca de las leyendas, cuando el río suena agua lleva. No sería el primer muerto que no ha muerto, ni el primer monarca derrotado que prefiere el anonimato para no ser asesinado por segunda vez, y esa vez sin posibilidad de error a manos de los sicarios reales. ¿No desapareció para siempre don Rodrigo tras la batalla de Guadalete?


En el año 2003, un historiador local llamado John Pollock indicó que los restos del sajón podrían estar en el presbiterio de la iglesia de la Stma. Trinidad, en la ciudad de West Essex de Bosham (foto de la izquierda). En dicha iglesia aparecieron durante unas obras unos restos en un sarcófago de piedra a los que les faltaban la cabeza y parte de una pierna. Esto aportaría la enésima teoría que, según Pollock, se basa en que el rey sobrevivió a la batalla y, preso del duque, fue decapitado por éste. En cualquier caso, ni el canciller de la diócesis de Chichester, de donde depende la iglesia de Bosham, estaba por la labor de airear osamentas milenarias ni tampoco hay forma de localizar posibles descendientes para llevar a cabo una prueba de ADN que aclarase de una vez el misterio. Y para terminar de liar este tema, nos queda el CARMEN DE HASTINGÆ PROELIO (Poema de la batalla de Hastings), atribuido al obispo de Amiens, el cual fue contemporáneo al evento y que da cumplida cuenta de los últimos momentos de Harold en el campo de batalla. Según dicho poema, fue el duque Guillermo el que hirió al sajón asestándole una lanzada que le atravesó el escudo y, a continuación, el pecho. A continuación, el conde Eustace de Boulogne le asestó un tajo justo por debajo del borde del yelmo, o sea, le cortó la cabeza por la mitad. Hugo de Ponthieu le clavó una jabalina en el vientre y, por último, Walter Giffard le separó la pierna del cuerpo de un tajo en el muslo, curiosamente la escena que aparece en el tapiz. 

Aún se podría rebuscar alguna que otra teoría más, pero las mencionadas son las más relevantes. Así pues, que cada cual se quede con la que prefiera. La pregunta lleva ya más de mil años en el aire: ¿Murió Harold en Hastings? Si alguien lo averigua, sírvase informarnos. 

Bueno, pues eso.

Hale, he dicho...

(1) Según la VITA ÆDWARDI, Gyrth Godwison había nacido hacia 1032, por lo que cuando se libró la batalla de Hastings, en la que en teoría murió, tendría unos 34 años e incluso aparece en el Tapiz de Bayeux. Según la leyenda, no pudo estar presente en la batalla por ser aún un niño. En este caso, la leyenda parece nada viable ya que Enrique II empezó su reinado en 1154, por lo que Gyrth debía ser casi centenario en aquella época. Casualmente, tampoco se conoce el lugar donde fue sepultado, ni quien se hizo cargo de su cadáver. Y, también casualmente, otro hermano por nombre Leofwine, un año menor que Gyrth y que era conde de Kent, Essex, Midlesex, Hertford y Surrey, también murió en Hastings y, al igual que sus hermanos, tampoco apareció ni se sabe donde fue sepultado, cosa rara para un noble de tan elevado rango. Esta es, al parecer, la leyenda de los muertos ignotos.


VBI:HAROLD:SACRAMENTVM:FECIT:WILLELMO:DVCI
"Donde Harold hizo juramento al duque Guillermo"
En esta escena, Harold Godwison jura sobre unas reliquias que prestará su apoyo a Guillermo de Normandía en
sus pretensiones al trono inglés. Su perjurio fue la causa de todo lo acontecido.







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