El hisn es el castillo árabe por antonomasia. Mucho más abundantes en España que en Portugal, nuestra geografía está literalmente sembrada con las fortificaciones que nos legaron los andalusíes, generalmente modificadas en mayor o menor grado por castellanos o aragoneses a fin de readaptarlas a sus usos militares. Pero, a pesar de ello, conservan su impronta en lo referente a su morfología, muchos de cuyos elementos fueron adoptados por los reinos cristianos. De hecho, hay incluso castillos edificados en territorios que, aunque ya no pertenecían a los musulmanes, siguieron sus patrones constructivos. Por poner un ejemplo, el de Santa Olalla de Cala (lo pueden ver en la foto de cierre), en Huelva, mandado construir por Sancho IV hacia 1293, es una réplica del estilo implantado por los almohades, que fortificaron su territorio a fondo durante los años en que fueron la clase dominante entre los árabes peninsulares. Bien porque el alarife que trazó su planta era morisco, bien porque el castellano que la llevó a cabo fue un alumno aventajado de estos, el caso es que tiene los típicos elementos de la arquitectura militar andalusí. En el plano de abajo tenemos un hipotético hisn con una morfología aplicable a la mayoría de los que podemos ver repartidos por la geografía hispana. Vamos a verlo con detalle...
La torre A es donde se encuentra la puerta de acceso al recinto. Es la típica puerta en recodo que ya se pudo estudiar en la entrada dedicada a las mismas. Esta conformación era especialmente ventajosa para los defensores, ya que, para llegar a ella, los atacantes podían ser hostigados de flanco desde la muralla. Esto permitiría a la guarnición diezmarlos antes siquiera de poder entrar por la puerta en cuestión. Pero, si a pesar de todo lo lograban, se encontraban dentro de una ratonera con una puerta más que franquear. Esta torre suele ser confundida actualmente con la torre del homenaje característica de las fortificaciones románicas o góticas, pero no tienen nada que ver. El concepto de "torre del homenaje" no existía entre los andalusíes, para los que el castillo no tenía las connotaciones socio-políticas que tenía en los reinos cristianos. Esta torre mayor era simplemente eso, una torre más grande y hueca por la base para dar cabida a la puerta. Su planta superior no era usada como vivienda por el alcaide, sino que era una cámara destinada, como las de las demás torres del recinto, a defenderlo.
En el amplio patio de armas tenemos:
B: Un aljibe, con una capacidad adecuada para tener suministro de agua para la guarnición y los animales que hubiera en el castillo.
C: Unas hipotéticas dependencias para la tropa: cocinas, comedor, dormitorios, etc. Lógicamente, podía haber varias de ellas repartidas por el patio de armas. Para ver su localización basta observar los mechinales en la muralla, señal inequívoca de que allí hubo una techumbre.
D: La vivienda del alcaide. Esta es una de las principales diferencias entre los castillos cristianos y los árabes. Mientras en los primeros el alcaide se alojaba en la torre del homenaje, en los segundos se solía construir una pequeña casa en el patio de armas. En algunos casos, y si el espacio disponible lo permitía, la zona residencial quedaba separada del conjunto mediante un muro diafragma. Por poner algunos ejemplos, tenemos el castillo de Gormaz (Soria), o el de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). En ambos quedan restos claros de lo que fue vivienda del alcaide de la fortificación. Obviamente, en muchos casos no queda ni rastro porque dicha vivienda era de madera. Observad los posibles restos de cimientos cuando visitéis un castillo típicamente árabe. Es posible que veáis lo que queda de estos edificios. Además, si la categoría del castillo lo requería, contaban incluso con baños.
E: Una torre albarrana. Son características de esta morfología. En el castillo de Trujillo (Cáceres) podemos ver ejemplares que nos ilustran perfectamente sobre su cometido.
F: Ahí tenemos las torres de flanqueo habituales en cualquier castillo.
Como vemos, hay claras diferencias entre los estilos andalusíes y los de los reinos cristianos. Ojo, no confundamos las torres-puertas reconvertidas en torres del homenaje por los castellanos o aragoneses, o las viviendas palaciegas ubicadas en patios de armas construidas por nobles cuando el castillo de turno perdió su utilidad puramente militar. En ambos casos, hablamos de modificaciones o adaptaciones a un uso concreto, no de un estilo propio.
En el plano de alzado de superior podemos ver el aspecto de una torre-puerta convencional. A la izquierda tenemos una vista del flanco de la torre donde se abre la puerta. Desde la muralla, sombreada en marrón oscuro, la guarnición puede hostigar a todo aquel que pretenda acercarse. En la cámara superior, una o varias aspilleras se abren con el mismo fin. Igualmente, desde la azotea se puede batir a los atacantes con disparos de ballesta. No veréis matacanes en estas torres, elemento defensivo propio de castillos cristianos. En este caso, he ilustrado una hipotética torre fabricada con tapial sobre una zapata de sillería, técnica que, como ya hemos visto varias veces, era habitual entre los andalusíes. Finalmente, observar que el acceso a la cámara superior se realiza por el adarve, el cual es cortado por la torre, mediante dos puertas, una a cada lado. Esto estaba encaminado a impedir que, en caso de que los asaltantes se hicieran con el control del adarve, cerrarles el paso y proseguir la defensa desde dicha torre.
En el centro tenemos la torre en sección. En la bóveda de la planta baja podía abrirse una buhera desde la cual podía hostigarse a los atacantes caso de franquear la primera puerta. En la estrechez de esta cámara era prácticamente imposible batir la segunda puerta con un ariete, y más si desde la buhera les lanzaban de todo: brea, piedras, virotes de ballesta... Para subir a la azotea, dispone de una escalera embutida en el grosor del muro.
Y a la izquierda tenemos una vista de la torre desde el interior del castillo. Vemos la segunda puerta, una aspillera sobre ella para, caso de haber asaltantes en el patio de armas batirlos desde la torre, y una de las escalera de acceso al adarve. Este es otro elemento característico de los hisn, y es la escasez de escaleras. Mientras que, como vimos en la entrada dedicada a los castillos románicos, en estos son bastante numerosas, en los árabes es lo contrario. El motivo no era otro que impedir o retrasar al máximo el acceso de posibles asaltantes al patio de armas. De podo sirve apoderarse del adarve si no había escaleras para bajar del mismo. Y con el adarve cortado por la torre-puerta, e incluso por alguna torre de flanqueo, los atacantes estaban literalmente vendidos: ni podían saltar los varios metros que los separaban del suelo, ni podían avanzar, ni llegar a una escalera. Y todo ello, adobado por constantes disparos de ballesta desde las azoteas de las torres cercanas. Precisamente el desconocimiento de la ubicación de las escaleras podía ser motivo para desechar la posibilidad de un asalto y optar por el uso de máquinas de asedio, el minado de una muralla si era posible o, simplemente, estrechar el cerco hasta que la guarnición se rindiera por hambre y/o sed.
Finalizo concretando que no debemos confundir el hisn con la alcazaba o el alcázar. Un hisn podía ser más grande que una alcazaba, pero la diferencia radicaba en que en la última había zonas destinadas a la autoridad civil, así como otras para refugio de personas y animales en caso de ataque. El hisn, por contra, era un recinto puramente militar. En fin, basta leer la entrada dedicada al alcázar para tenerlo más claro, así como la distribución de cada tipo de fortificación.
Bueno, creo que lo he explicado con claridad.
Hale, he dicho
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