Este fue el primer logo que diseñé para firmar las fotos e ilustraciones del blog |
Hoy, hoy se cumple la primera década de vida de CASTRA IN LUSITANIA, como ya avancé hace varias semanas. No me entra en la cabeza que ya hayan transcurrido diez años, lo que implica ser diez años más viejo que cuando empecé a contar historias y mis augustas barbas se han cubierto de una capa de escarcha, gongoriano eufemismo para no decir claramente que el porcentaje de canas supera con largueza al de pelos que antaño lucían un hermoso tono castaño rojizo.
Publico esta breve reseña por dos motivos: uno, para recordar la efemérides. Y dos, para que nadie piense que he palmado, ni me ha agredido el maldito bicho coronario ni he sido víctima de un atentado organizado por el agresivo grupo antisistemático de los C.D.R (Cuñados Despreciables y Resentidos), ya que no publico nada hace 20 días. No obstante, los que me siguen desde hace tiempo ya saben que, de vez en cuando, la musa toma las de Villadiego y me deja en la estacada una temporada. Pero que no cunda el pánico. Esa malvada volverá un día de estos, así que también puedo aprovechar para organizar mi siempre caótico archivo de fuentes, ilustraciones, libros, etc.
Y por añadir algunas curiosidades para que tengan de qué hablar con el kioskero, el del bar o incluso con sus cuñados, que sé que me detestan profundamente, tomen nota de algunas chorraditas que nunca he mencionado:
1. Mi logo, el yelmo Maciejowski, es muy anterior a la creación del blog. Procede de una serie de dibujos que elaboré dedicados a un fallido proyecto de un libro sobre estos temas. El proyecto no prosperó simplemente porque, como es habitual en mí, no tuve la constancia necesaria para ello, y solo pensar en tener que ir de editorial en editorial probando suerte me quitó las ganas. Por aquel entonces lo de la autopublicación en Amazon aún no existía, al menos en España.
2. Aunque ya lo he dicho alguna vez, lo repito para los que no lo sepan. El título del blog significa Castillos en Lusitania, tomando Lusitania como sinónimo de Portugal si bien esa provincia romana abarcaba dos tercios del sur del país actual, así como otras zonas de lo que hoy es España, sobre todo de Extremadura. La temática inicial era exclusivamente los castillos del país vecino.
3. El nombre. Si les digo que "Amo del Castillo" fue una ocurrencia de una conocida que me abrió una cuenta de correo porque yo no era capaz de hacerlo puede que alguno me tome por memo de solemnidad, pero hace doce o trece años la cosa informática se me hacía aún muy cuesta arriba. Yo usaba solo una cuenta en Yahoo, y como las de Google funcionaban mejor pues me cambié de bando. Me preguntó qué nombre quería que le pusiera, a lo que repliqué que me daba lo mismo porque era para usarla a nivel personal, no de trabajo (en aquella época eso del correo electrónico aún era un tema serio, ya saben). Por lo tanto, y sabedora de que la cosa castillera me gustaba mucho, pues puso eso del amo del castillo.
4. Mis seguidores más veteranos recordarán que antes solía cambiar con cierta regularidad la portada, si bien el tema era el mismo: un guerrero delante de un castillo que, por norma, era de Portugal. Bien, pues las caras visibles de esos guerreros eran de conocidos o incluso familiares a los que trasplantaba sus jetas a mis ediciones fotochoperas. Por lo visto les hacía mucha ilusión eso de verse retratados con una armadura gótica o similares.
5. Esta es la foto original sin editar de la portada que llevan viendo hace ya algunos años. Pertenece al castillo de Lanhoso, en el distrito de Braga, al norte de Portugal. El cielo- por desgracia perdido junto a mi colección de cielos a raíz de una avería en un ordenador- fue tomado un atardecer en las cercanías de Albacete.
y 6. El guerrero que ven ante el castillo en plan desafiante es un Frankenstein obtenido de cuatro fotos distintas más el escudo, que no es una foto, sino un dibujo mío.
Bueno, con estas seis chorradas vale de momento, no sea que para la próxima me vea sin nada que contar.
En fin, criaturas, esperemos que dentro de otros 3.652 días (incluyo los bisiestos) aún sigamos contando batallitas y vuecedes leyéndolas.
BENEDICO VOBIS y esas cosas que se dicen, amén de los amenes
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