Ya en una entrada anterior dimos cuenta del final de algunos reyes que, contrariamente a los cánones establecidos, no tuvieron a bien palmarla de forma heroica en famosas batallas o, ni siquiera, a manos de algún chalado que escuchaba voces y se los cargaron en algún atentado de poca monta que les permitiera pasar a la posteridad como mártires. Lógicamente, la relación de monarcas caídos en el cumplimiento de sus funciones es casi tan exigua como la lista de políticos honestos, de forma que la mayoría de ellos pasaron del Más Acá al Más Allá como cualquier hijo de vecino. Así pues, como hoy es sábado, me invade una sensación de molicie inusitada y no estoy por darle mucho a la tecla, añadiremos algunos reyes más a la lista de fallecidos por muertes chorras e impropias de su elevada alcurnia. Veamos pues...
Enrique IV de Castilla
Sobre este controvertido monarca se ha dicho de todo y se han hecho multitud de conjeturas aparte de la impotencia que dio pie al nefando mote con que pasó a la historia. Abúlico, débil de carácter, con desviaciones sexuales de todo tipo, afeminado, misántropo y esquizoide son solo una ínfima muestra de la larga lista de las, reales o supuestas, taras con que ha sido catalogado a lo largo del tiempo. La realidad es que muy fino no debía carburar cuando, según decía Alonso de Palencia en su "Crónica de Enrique IV",
"... cualquier olor agradable le era molesto y, en cambio, aspiraba con delicia la fetidez de la corrupción, y el hedor de los cascos cortados de los caballos, y el cuero quemado, y otros aún más nauseabundos."Según Marañón, esta peculiar conducta es habitual cuando se padecen determinadas anormalidades sexuales, así que queda claro que este hombre no estaba del todo sano.
Estatua orante de don Enrique en el monasterio de Guadalupe (Cáceres). En realidad, los restos están tras el retablo mayor, en un nicho abierto en el muro |
Herodes Agripa
Ángel poniendo las peras a cuarto a Herodes, por chulo |
Paciente con gangrena de Fournier. Sin comentarios |
Fernando II de Aragón
El católico Fernando el Católico en tiempos de su primer matrimonio, cuando no precisaba de brebajes chungos para cumplir como un machote |
Lytta vesicatoria, el bicho asesino |
Cripta de la catedral de Granada donde don Fernando espera el Día del Juicio junto a su Isabel. A la Germana la mandaron a que se buscase otro marido |
Alejandro I de Grecia
Alejandro I de Grecia |
Reseña aparecida en el diario ABC del 26 de octubre de 1920 donde se informa del deceso del monarca |
Un pariente del macaco asesino. Tiene la dentadura de un mastín el muy hideputa... |
Bueno, ya vale por hoy. Además, es hora de llenar el buche porque, como siempre afirmo categóricamente, SPIRITV SINE CORPORE FORTIS NIHIL ESSE.
Hale, he dicho
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