Iluminación medieval en la que se aprecian un alcón y un bec-de-corbin |
Por desgracia, las denominaciones de determinados tipos de armas se prestan, como hemos visto a lo largo del tiempo, a gran cantidad de errores, confusiones y tergiversaciones. Ello es debido, aparte del desconocimiento general del tema por los "expertos" que suelen hablar sobre estas cuestiones, a que los idiomas evolucionan mientras la sesera de algunos permanece igual desde tiempos del Homo Afarensis. De aquí que se cometan tantos errores y que, al final, nadie se aclare y se denominen de la misma forma armas diferentes, o de distinta manera armas iguales.
Duelo entre dos caballeros combatiendo con picos de cuervo |
Ante todo, debo reconocer que he pasado un largo rato pensando como titular esta serie. Obviamente, quería una denominación española, que para eso estamos en España y, como muchos ya saben, detesto los extranjerismos. Y jurovos que no ha sido fácil, sangre de Cristo...
Para empezar, en la rica y gloriosa lengua de Cervantes no hay un solo término que describa de forma inequívoca a este tipo de armas. En el Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias no hay nada. En el Diccionario Etimológico Militar de Almirante, cuatro chorradas sin coherencia y, encima, se contradicen con las que cita Leguina en su imprescindible Glosario de Voces de Armería. Solo hay un término que se aproxima, creo, y aparece precisamente en el Leguina: DESTRAL.
Concretamente, en una cita del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano sobre un fragmento de "El Libro de Alexandre":
Pero que nadie piense que en la lengua de Schakespeare la cosa es más fácil. No, nada de eso. En inglés tenemos que rebuscar en la gramática medieval para saber de qué va la cosa. Vean, vean...
En cuanto al término ax, proviene del inglés antiguo aeces, que más adelante evolucionó a aex y finalmente a ax. La forma axe es relativamente moderna, ya que data del siglo XIX. En ese tiempo empezó a prevalecer en detrimento del término más antiguo ax, el cual está actualmente en desuso a pesar de ser la forma culta del mismo.
Finalmente, concretar que tanto gabachos como italianos no se comieron el seso. Los primeros las denominaron como hache o hache de pieton, y los segundos como ascia da fante (hacha de infante) o azza a secas, o sea, hacha en ambos casos. Incluso hay un tratado sobre esgrima escrito en Francia en el siglo XV y que se titula Le jeu de la hache, lo que corrobora que cuando estas armas estaban en pleno uso ya las denominaban de esa forma.
Y quieto todo el mundo, que aún no hemos terminado. Nos queda una variante: el bec-de-corbin y el martillo de Lucerna, que aunque todo el mundo piensa que son la misma cosa en realidad son dos diferentes. Estuve en la duda de si incluirlas en la serie de los martillos pero como se trata de armas de dos manos a las que se daba exactamente el mismo uso que los alcones, pues finalmente decidí estudiarlas en esta otra serie.
¿Verdad que es absolutamente enloquecedor? Bueno, como ya me estalla la cabeza con esta historia, vale por hoy. Aunque ha sido precisa una entrada solo para dar cuenta de las terminologías y etimologías de estos chismes, creo que ha merecido la pena porque, de esa forma, sabremos qué es cada cosa y podremos fardar enormemente con nuestro cuñado más abominable cuando, visitando un museo militar, lo dejemos callado y humillado ante nuestra sapiencia. En cuanto a las diferencias entre tipologías y terminologías, de eso ya se hablará en la siguiente entrada.
Hale, he dicho...
Concretamente, en una cita del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano sobre un fragmento de "El Libro de Alexandre":
"Mandó luego delante entrar a los peones con
destrales agudos, con bonos segurones"
Pero esto se contradice con un detalle, y es que estas armas, precisamente estas, no eran de uso común entre los peones, mira qué casualidad. Y además, el término destral se contradice también con la denominación que aparece en el Almirante, en el que dice que se trataba de una pequeña hacha o segur arrojadizo usado por los gisarmiers gabachos. Conclusión: destral no nos vale.
Por otro lado, tenemos el término pico de cuervo aportado también por Leguina y que lo equipara al de alcón (citado por él pero obtenido del Diccionaro Militar de Hevia), definiendo pues el pico de cuervo como un
...arma blanca enastada a manera de hacha de armas, teniendo
por el lado opuesto un pico o gancho de hierro.
Y el alcón es definido de la siguiente manera:
Arma blanca enastada lo mismo que pico de cuervo, a manera de un hacha de armas, teniendo por el lado opuesto un gancho o pico de hierro, con el que procuraban desmontar al enemigo y matarle sin defensa. Esta arma la usaba la infantería contra la caballería.
Pero Almirante, para acabar de fastidiarlo todo, dice que alcón es sinónimo de falconete. La verdad, en esa acepción creo que mete un gazapo glorioso. Y no ya porque es el único sitio donde aparece ese sinónimo, sino porque tiene mucho más sentido la denominación de Leguina. Así pues, y para concluir con la terminología hispana, proclamo que son picos de cuervo o alcones. Por cierto que en la Wikipedia esa los llaman hachas de petos, pero al menos el autor del artículo reconoce que el palabro es un invento suyo en referencia a los petos atornillados con que, a veces, se unían las cabezas de armas a las barretas en enmangue, como ya vimos en las entradas dedicadas a los martillos de guerra. Pero la cosa es que esos petos no los llevaban por norma, sino más bien en contadas ocasiones por lo que eso de hacha de petos me chirría un poco por describir una excepción y no una regla, así que tampoco nos sirve. Además, no es un término oficialmente reconocido, qué carajo.
Batalla de Aljubarrota |
Actualmente es habitual ver que se les suele denominar como poleaxe o pollaxe, que traducimos como hacha enastada. Esto es una perogrullada tanto en cuanto todas las hachas llevan un asta aunque mida medio palmo, pero bueno... sería relativamente correcto si no fuera porque el hacha forma parte de una cabeza de armas compuesta por más elementos. Pero el término original no es poleaxe, sino pollax (se pronuncia polax, que más de uno empezará a sonreír con expresión malévola con eso de las pollax). Hoy día, si ponemos la palabra poll en un diccionario en línea, aparecen las acepciones votación, encuesta o sondeo. Así pues, vuecedes se preguntarán qué leches tienen que ver las armas enastadas con las elecciones, aparte de ser un instrumento muy útil para eliminar rivales políticos incluyendo al presidente de la comunidad de vecinos. Pero la cuestión es que en los albores del siglo XV, el término poll hacía referencia a la cabeza y al cuero cabelludo, y no fue hasta 1620 cuando se asimiló a temas electorales por los "recuentos de cabezas", o sea, de personas para los censos electorales o para los recuentos de votos.
Una ilustración del De Arte Gladiatoria Dimicanti, una de los mejores manuales para el uso de estas armas |
Quizás sean los tedescos los que le dan el nombre más descriptivo: fussstreitaxt, palabro rarísimo traducible como hacha para combatir a pie. Y es así: el pico de cuervo era en sí un arma destinada a duelos y para cuando los caballeros y hombres de armas echaban pie a tierra en plena batalla y que, en vez de recurrir a una alabarda, muy similar en forma y cometido, o una bisarma, preferían uno de estos alcones quizás por aquello de que siempre hay clases, digo yo... Por cierto que también las denominaban como mordaxt, término bastante gráfico ya que se puede traducir como hacha para matar, lo cual es de una evidencia palmaria, digna de las cuadriculadas mentes germánicas. No van a necesitar un chisme así para hacer ganchillo, ¿no?
Réplica moderna de un alcón |
Bien, así pues ya tenemos las etimologías y denominaciones en las lenguas más comunes, por lo que ya hemos dado un paso de gigante que vuecedes se podrán ahorrar gracias a que he destruido varios miles de neuronas solo con este tema y que ruego me reembolsen al menos en parte. Por lo tanto, tenemos:
ESPAÑOL: Alcón, pico de cuervo
INGLÉS: Pollax, pollaxe, poleaxe
ALEMAN: Fussstreitaxt, mordaxt
FRANCÉS: Hache, hache de pieton
ITALIANO: Ascia da fante, azza
Bec-de-corbin |
Bien, aunque hablamos de un arma cuya morfología difiere respecto a la anterior tanto en cuanto carece de hacha en su cabeza de armas, era también utilizada como arma de duelo y para combatir a pie. Originaria de Francia, los gabachos le dieron el nombre de bec-de-corbin, término que todo el mundo traduce como pico de cuervo o pico de grajo. Sin embargo, sírvanse vuecedes poner el término corbin en un traductor, a ver que pasa. ¿Ya? ¿Aparece algo? Nada, ¿verdad? Resulta que cuervo se dice en francés corbeau y grajo, freux. Entonces, ¿qué es un corbin? Pues, al parecer, es el diminutivo en francés medieval de esos bichos, o sea, cuervito o grajito.
Pero, ¿qué pasa con los demás idiomas? ¿Cómo se denomina un bec-de-corbin en inglés o en español? Pues me da la impresión de que el término no fue jamás traducido debido a que el uso de este tipo de armas fue cuasi exclusivo de Francia y poco más. Al parecer, también se les denominaba como bec-de-faucon, o sea, pico de halcón, pero la terminología más conocida es la primera. Y alguno me dirá que qué pasa con los martillos de Lucerna. Pues no pasa nada ya que es una denominación moderna data del siglo XIX y que se empezó a utilizar para diferenciar una tipología característica de esa ciudad Suiza muy similar al fusssstreithammer, un martillo de dos manos para combatir a pie. Así pues, los suizos germanoparlantes los llamarían en su época fussstreitaxt, fussstreithammer o rabenschnabel y los francoparlantes, pues igual que en francés: bec-de-corbin. En italiano denominaban a estos chismes como mazzapicchio, que podríamos traducir como maza que golpea. Resumiendo:
FRANCÉS: Bec-de-corbin, bec de faucon
ALEMÁN: Fussstreithammer, rabenschnabel
ITALIANO: Mazzapicchio
Martillo de Lucerna |
FRANCÉS: Bec-de-corbin, bec de faucon
ALEMÁN: Fussstreithammer, rabenschnabel
ITALIANO: Mazzapicchio
¿Verdad que es absolutamente enloquecedor? Bueno, como ya me estalla la cabeza con esta historia, vale por hoy. Aunque ha sido precisa una entrada solo para dar cuenta de las terminologías y etimologías de estos chismes, creo que ha merecido la pena porque, de esa forma, sabremos qué es cada cosa y podremos fardar enormemente con nuestro cuñado más abominable cuando, visitando un museo militar, lo dejemos callado y humillado ante nuestra sapiencia. En cuanto a las diferencias entre tipologías y terminologías, de eso ya se hablará en la siguiente entrada.
Hale, he dicho...
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