Por regla general, muchos piensan que la homosexualidad no solo estaba tolerada en Roma, sino incluso vista en cierto modo como si se tratase de una especie de moda o pecado menor. Sin embargo, independientemente de que la condición de bisexuales u homosexuales fuesen cosa sabida en determinados personajes como Trajano, Galba, Sila o el depravado Gaio Calígula, que además practicaba el incesto, la realidad es que en modo alguno era considerada como moralmente aceptable por el personal. Recordemos, por ejemplo, cómo a César se le acusó durante mucho tiempo de haberse prostituido a Nicomedes, rey de Bitinia, cuando éste le dio asilo al verse obligado a largarse de Roma cuando Sila lo proscribió, y hasta se tuvo que vengar de los que lo tacharon de μαλακός (malakós, blando), que era como los griegos denominaban de forma despectiva a los homosexuales, calzándose a las parientas de todos sus enemigos políticos para demostrar que de malakós nada y, de hecho, toda su vida fue un hembrero de tomo y lomo. Séneca lo manifestaba claramente en sus QVÆSTIONES NATVRALES (VII,31.3) cuando decía que "aún no hemos abandonado por completo toda virilidad. Lo que nos queda de buenas costumbres desaparece bajo la elegancia y brillantez de nuestros cuerpos. Hemos vencido a las mujeres en afeites; los colores de las meretrices, que nuestras matronas rechazaron, los hemos adoptado nosotros. Aféctense actitudes afeminadas, paso inseguro y delicado: no andamos, nos deslizamos; nos adornamos los dedos con anillos, y en cada falange brilla una piedra preciosa". Así pues, como vemos, el tema de la homosexualidad no estaba ni remotamente tan tolerado como se suele imaginar, independientemente de que la alta sociedad se permitiera semejantes prácticas ya que, como pasaba, pasa y pasará, los que detentan el poder y la riqueza suelen hacer lo que les da la real gana.
Así pues, los EFFEMINATA y los CINÆDI estaban muy mal considerados, y solían ser blanco de las puyas y las demoledoras ironías de los picos de oro de la época. Otro ejemplo lo tenemos en la Sátira II de Juvenal, donde narra como un miembro de la nobilísima familia de los Gracos "...dio 400 sestercios de dote a un tañedor de corneta (se refiere al CORNV)" al desposarse con el mismo como si de hembra se tratase, y añade que "...gran cena hubo luego donde estuvo la nueva desposada (el Graco ya citado) del consorte en el pecho reclinada". ¿Qué a santo de qué este introito acerca de la homosexualidad en Roma? Pues para que vuecedes se pongan en situación para comprender mejor el cómo y el por qué de estos peculiares gladiadores. Veamos pues...
Como ya sabemos, dentro de toda la FAMILIA GLADIATORIA, los RETIARIVS eran considerados como la clase más baja, los infames entre los infames. Este desprecio supino se debía a que sus técnicas de combate eran consideradas como poco honorables ya que se basaban en agotar al adversario, abusar de su agilidad para esquivar sus golpes y ataques y, en definitiva, rehuir en todo momento el cuerpo a cuerpo aprovechándose de su red para atraparlos. Según Suetonio, el inefable Clau-Clau-Claudio "hacía degollar a todos los que caían (...) y, en especial, a los RETIARII, cuyo semblante moribundo le gustaba contemplar". ¿Y cómo diferenciar, dentro de los vilipendiados RETIARII, a los que aún eran más abominables según la moral romana? Pues vistiéndolos con una túnica por ser considerada esta prenda como algo propio de afeminados entre luchadores que, salvo contadas excepciones, combatían cubiertos exclusivamente por el BALTEVS y el SVBLICACVLVM. Recordemos que, para un romano, vestir una túnica con manga larga estaba mal visto por ser precisamente propio de afeminados, de modo que ya podemos ver cómo eran de puntillosos con estos temas. Así pues, de esa forma se creó un nuevo tipo de gladiador asimilado a los RETIARII pero que, para marcar la diferencia de cara al público, luchaban vestidos con una túnica. Eran pues los RETIARII TVNICATI.
SECVTOR, el adversario habitual de los RETIARII |
Obviamente, no por ser homosexual uno se veía obligado a la condición de gladiador, ni mucho menos estaba considerado como un delito como asombrosamente aún ocurre en nuestros días en determinadas culturas sino que, simplemente, se les diferenciaba del resto de luchadores quizás como una forma de escarnio por tratarse, según Petronio, de GLADIATORIS OBSCENVM. Ya sabemos que los romanos eran especialmente imaginativos a la hora de buscar formas con las que hacer más divertidos los MVNERA, y una de ellas consistió en echar a la arena a un RETIARIVS señalado como afeminado por su indumentaria para que se viera las caras con un SECVTOR o un MIRMILLO, en teoría muy machotes ambos. El Graco mencionado anteriormente dio un lamentable espectáculo ya que, según Juvenal, "estaba de tridente armado siguiendo al MIRMILLO por la arena" para, finalmente, fallar al lanzarle la red y salir echando leches para no caer ante su irritado contrincante, el cual se sintió extremadamente humillado por verse obligado a combatir contra un EFFEMINATVS que, además, era evidente que no se trataba de un profesional, sino uno de tantos romanos que se alistaban en un LVDVS para, durante un tiempo previamente pactado, luchar en la arena. De hecho, por relatos como este hay autores como S. G. Owen que sugieren que el uso de la túnica podría servir para señalar la diferencia entre los típicos gladiadores esclavos de los que se alistaban en los LVDI por su propia voluntad. Sin embargo, yo personalmente difiero de esta opinión ya que, según hemos visto en entradas anteriores, todo aquel que se pusiera en manos de un LANISTA renunciaba a todos sus privilegios como ciudadano, y se veía relegado a la misma condición infamante que el resto de la FAMILIA GLADIATORIA durante toda la duración del contrato. Y, por otro lado, los que se alistaban para combatir como THRÆCIS, HOPLOMACHE, etc., no vestían ninguna prenda diferente a las usadas por sus colegas esclavos ni llevaban encima nada que los distinguiese como ciudadanos que habían elegido convertirse en gladiadores por su propia voluntad.
Los LANISTÆ los aceptaban como pupilos porque la demanda de gladiadores era constante, y si encima podía ofrecer a los EDITORES de los MVNERA algo más, digamos, exótico, pues más dinero obtenía por el alquiler de sus luchadores. De hecho, incluso se sugiere que podrían actuar como cómicos, organizando divertidas peleas entre gladiadores convencionales muy cabreados por verse obligados a luchar contra una especie de payasos circenses. En todo caso, lo que sí sabemos en que los TVNICATI no podían convivir con sus colegas heterosexuales ya que estos los despreciaban con toda su alma y eran habituales las pendencias y riñas entre unos y otros. Un RETIARIVS convencional QVI NVDVS PVGNARE, que combatía desnudo, o sea, con el torso descubierto, detestaba a aquellos que lo hacían vestidos con la dichosa túnica. Así pues, para evitar males mayores los TVNICATI eran alojados en dependencias aparte, separados del resto de sus colegas, IN QVO MORBVM SVVM EXERCEAT, o sea, donde practicaban su pasión sin que nadie les diera el coñazo.
Colijo que para ingresar como TVNICATVS en un LVDVS no bastaba con ser homosexual a secas, o sea, un hombre de apariencia normal pero con apetencias contrarias a su sexo, sino que debían ser EFFEMINATA o CINÆDI, es decir, hombres de aspecto y maneras afeminados. Un EFFEMINATVS era en sí un sujeto de apariencia y hermosura femeninas, mientras que un CINÆDVS, latinización del griego κιναιδος (kinaidos), eran sujetos cuyo aspecto era aún más ambiguo y, por decirlo de alguna forma, indefinido, y que además se prestaban a ser sodomizados y a adoptar el rol pasivo en una relación homosexual. Como es lógico, poner en la arena a un gladiador de apariencia viril aunque en realidad fuese homosexual no despertaba el morbo entre la berreante plebe que se desgañitaba en los anfiteatros, así que echaban por delante a los TVNICATI que, con su indumentaria, ya anunciaban lo que eran. En todo caso, algunos autores sugieren que la afluencia de gladiadores homosexuales a los LVDI podría ser debida a que allí nadie los incordiaba demasiado y podían practicar sus apetencias sin que nadie los molestara. Al cabo, solo los personajes de postín se lo podían permitir sin tener que dar cuentas a una sociedad tan contradictoria como la romana ya que, según Séneca, "mientras que uno se amputa lo que le hace hombre, el otro busca asilo deshonrado en el circo, se vende para morir y se arma para hacerse infame", o sea, que se unían motu proprio a un LVDVS para convertirse en un gladiador. Diría pues que queda claro que, en efecto, muchos homosexuales preferían alistarse con un LANISTA a pesar de caer en un oficio infamante y peligroso con tal de librarse de la presión social y familiar.
Por otro lado, en modo alguno debemos considerar a los TVNICATI como unos inútiles que solo salían a la arena para causar la rechifla de la plebe. Como es lógico, las tendencias sexuales no tienen nada que ver con el coraje y el vigor físico aunque en aquellos tiempos se pensaba lo contrario, así que podrían enfrentarse con cualquier adversario con las misma probabilidades de éxito que un RETIARIVS heterosexual a pesar de las burlas de Juvenal al respecto cuando, refiriéndose a los TVNICATI, decía que "estas mismas son a quienes fatigan y hacen sudar la cíclada (prenda propia de matronas) y la seda. Nota el quejido con que dan los golpes que les enseñó el maestro, como se dobla el yelmo bajo el peso...". Si embargo, Suetonio relata cómo durante unos juegos presididos por Calígula, cinco TVNICATI se enfrentaron con otros tantos SECVTORES, rindiéndose los primeros a los segundos apenas comenzó el combate. Cuando Calígula ordenó degollarlos por su escasa o más bien nula combatividad, uno de los TVNICATI echó mano a su tridente y escabechó a sus cinco enemigos, dejando al personal con un palmo de narices, especialmente al controvertido césar que vio aquel acto como "el asesinato más cruel" tanto en cuanto los TVNICATI, una vez rendidos y sentenciados, debían aceptar su destino según las normas. No se sabe como acabó la cosa, pero merece señalar que el TVNICATVS le echó bemoles y que, en cierto modo, la rendición debió ser más bien un ardid para acabar con los SECVTORES en un periquete.
Un EQVES, gladiador que combatía a caballo. Quizás su túnica estaba permitida por emular durante los combates a la caballería convencional |
En fin, no se sabe mucho más de estos curiosos combatientes. Debieron aparecer durante el principado, quizás en tiempos de Gaio Calígula, al que su degenerado carácter le hacía idear chorradas cada vez más surrealistas para contentar a la plebe cuando se despertaba creyendo que era Venus o incluso Zeus. Tampoco se sabe cuando desaparecieron, al menos como homosexuales declarados pero, en cualquier caso, no deja de ser digno de señalar que, en una sociedad como la romana, estos personajes fueran tan mencionados por autores como Juvenal, Séneca o Petronio, lo que es un claro indicio de que alcanzaron cierta fama. Por último, comentar que no se sabe a ciencia cierta por qué en el caso de los TVNICATI se consideraba la túnica como signo de infamia ya que otros gladiadores como los EQVES o los VENATORES las usaban sin que por ello sufrieran ningún menosprecio. A mi entender, la causa más probable sería, como se mencionó anteriormente, porque los gladiadores luchaban con el torso desnudo, lo que se tomaba como signo de hombría, por lo que los que carecían de esa condición debían hacerlo cubiertos. O, también como una posibilidad, que dicha túnica estuviese provista de mangas largas lo que, como ya comentamos anteriormente, se consideraba propio de afeminados, siendo muy mal visto vestirlas salvo en el caso de críos pequeños y ancianos que, por su edad, precisaban de prendas de abrigo.
Bueno, se acabó lo que se daba, amén.
Hale, he dicho
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